Capítulo único

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No había lágrimas, ni reclamos, ni gritos, ni excusas, lo único que se escuchaba era silencio, que ocasionalmente era rasgado por el suave sonido de la tela al ser doblada.

Ambos sabían que el drama era innecesario, la decisión estaba tomada y no había vuelta atrás.

-Prometo que llamaré seguí...

-No

-Pero...

-No lo hagas

-¿Llamar?

-Prometer algo que ambos sabemos no cumplirás

-Lo haré, yo...

-Ya basta.- dijo el rubio en un tono apagado dando así por terminada la discusión, sin embargo el chino no daba su brazo a torcer.

-Llamaré Hunnie, o escribiré, lo haré porque no podría simplemente olvidarme de ti, no podría no saber como estas, si me extrañaras tanto como yo a ti.

El rubio sintió esas palabras como puñales en su ya destrozado corazón. Dolían. Dolían porque las anteriores promesas se habían roto, porque la presión de una relación era mucha, mas si era a distancia, con el tiempo Tao dejaría de llamar, dejaría de escribirle, dejaría de pensar en el, con el tiempo y la distancia el amor se iría perdiendo de a poco, lo había visto con sus hyungs, LuHan había dejado de lado su amor por XiuMin para centrarse en su carrera, y este último se había refugiado en Chen.

El no quería pasar por todo ese dolor, porque MinSeok había entrado en una espiral de depresión tan dolorosa que no sólo lo lastimó a el, también hizo mella en los demás miembros.
Había logrado sobreponerse gracias a las bromas interminables de JongDae y a su infinito amor por el mayor.

El no quería dañarse y a los demás en el proceso, porque sabía que sus hyungs lo querían, pero ninguno lo amaba, ninguno seria capaz de salvarlo de si mismo.

-Iré a preparar algo para almorzar

-SeHun, mirame

No podía, si lo hacía se quebraría por completo, y todo su convencimiento se iría a la mierda.

-Mirame- repitió el pelinegro tomándolo de la barbilla para alzar su rostro.

-Ya lo discutimos, lo mejor seria terminar esto de una vez y...

-No, podemos hacer que funcione, podríamos...

-¡No! No podemos, YO no puedo, no soy tan fuerte, no podría enfrentar todo el dolor que conlleva una relación a distancia, no podría saber que te tengo pero en realidad no. Por favor, sólo estamos atrasando lo inevitable- dijo terminando en un susurro.

-Llamaré cuando me halla establecido y hablaremos de esto con mas calma.

-No es necesario, hemos dicho lo que había que decir- abrió la puerta y antes de salir escucho un murmullo apenas audible, tan bajo y suave que le hizo estremecerse.

-Volveré.

Y esta ultima palabra fue pronunciada con tanto sentimiento, que el rubio se vio incapaz de refutarla.

AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora