LA APUESTA

1K 51 20
                                    

La apuesta.

Bella Pov

—¿Entonces, como tengo que llamarte profe o mamá? –preguntó Cintia inocentemente mientras la llevaba tomada de la mano, bueno más bien la llevaba arrastrada de mi mano ya que no tenía ninguna gana de ir al colegio nuevo. Era su primera vez y se estaba haciendo la remolona.

—Puedes llamarme profesora Swan, o profe a secas o... — abruptamente detuve mi paso para mirar fijamente a mi hija de tres años que, si bien físicamente era igualita a sus padres, pelo cobrizo y ojos chocolate, por dentro era una mezcla altamente letal y explosiva entre sus tíos Alice y Emmett, algo muy difícil de lograr, igualar, y, por supuesto superar.

—¿Sabes?, mejor no me llames –le contesté adivinando una futura travesura Emmetiana detrás de esa insistencia.

—Pero, ¿y si necesito decirte algo?

Me volví a parar bruscamente ya que había vuelto a reanudar mi apresurado caminar...aquí había gato encerrado, eso estaba más que claro.

—Simplemente levanta la mano y cuando te de la señal me preguntas.

—Pero, ¿y si estas de espaldas y no me ves?

—Esto...ummmm...no te preocupes ya me volveré.

—¿Sabes?, esto no me hace gracia, eres mi madre, ¿por qué no puedo llamarte mamá?

—Porque esto es el cole y yo aquí soy tu profesora no tu madre.

—Entonces tendré que llamarte profe.

—Bueno, pero profe sin más, no quiero ninguna trastada Cintia Alexandra Cullen.

—Jo mamá no voy a hacer nada.

—Eso espero hija, eso espero

Y continué con mi paso acelerado ya que si seguíamos a este ritmo no llegaríamos nunca a la escuela y yo no me podía permitir el lujo de llegar tarde ya que a mis alumnos no se les podía dejar solos ni dos nanosegundos. Eran demasiado pequeños y...demasiado traviesos todo al mismo tiempo.

Suspiré con tristeza al recordar a Edward...como echaba de menos a mi Edward...pero él estaba fuera cumpliendo su sueño y yo no tenía derecho a interponerme en su camino...me consolaba pensando que ya quedaba poco y por fin podríamos estar juntos otra vez.

Suspiré de nuevo y mientras apuraba el paso empecé a recordar nuestro tórrido comienzo.

Primer Flashback

—Lo siento señorita Swan pero la doctora Weber está de vacaciones y sus pacientes han sido derivados al Doctor Edward Cullen –¿un hombre...? ummm...¿un ginecólogo hombre mirándome, metiendo la cabeza y sus manos por...mis partes nobles? yo que tu esperaría Swan, total que más te da quedarte embarazada hoy que pasado mañana.

—Esto y...dígame ¿hasta cuándo estará de vacaciones la doctora Weber?

—Pues no sabría decirle, pero por lo menos tardará como tres meses en volver, ha tenido un bebé ya sabe y...

—¡Madre mía! ¿tres meses?, yo no puedo esperar tres meses-. Vamos a ver Bella céntrate, tienes dos opciones o dejas que un hombre, más bien un doctor, hombre al fin y al cabo, pero doctor, te mire por ahí para valorar la posibilidad de la fecundación in vitro o...simplemente te esperas. Claro que también puedes buscar otra ginecóloga. Pero ¿donde coño encuentro una ginecóloga de urgencias?

—¿Señorita, sigue usted ahí? –escuché que me llamaba la enfermera desde el otro lado de la línea.

-Esto...um...sí, aquí estoy ¿cuándo podría recibirme esto...el doctor Cullen?

LA APUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora