Capítulo 26

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-¿Guardaespaldas? –cuestionó Iruka, con las posibilidades de supervivencia ahora disminuidas.

¿Quién protegería a Naruto de su muerte sería un guardaespaldas? Su niño era mejor que todos los hombres armados que existían en el mundo. Solo oír su nombre hacía que las bandas terroristas se pusieran alerta, no había persona más capaz de salvarse que él ¿Y planeaban ponerle un peso muerto cómo guardaespaldas?

-No cualquiera, obviamente –bufó Jiraiya, rebuznando en el proceso-. Es uno capacitado de un mismo nivel, o hasta superior, que ha tenido Naruto. Sus habilidades son tan perfectas y mortales que fue distanciado de su familia cuando era joven, y ahora se encuentra retirado. Pero podemos volver a incorporarlo como un corto trabajo.

-¿Cómo están tan seguros de eso? –inquirió el peliplata, curioso. ¿Quién pudo haber tenido tales habilidades antes de que él ingresara a la organización? Porque claro, en los 10 años que él se encontraba incorporado, no había visto a ninguna persona llegar al nivel de su querido hijo. O al menos acercarse a este.

Aquella persona sonaba con muchos años de experiencia.

-Fue entrenado por el mismo Hashirama en sus últimos años, y tiene más conocimientos de todos los grupos terroristas que cualquiera de nosotros. Es un prodigio, como su hijo.

Un sentimiento de perplejidad surgió tal cual caño abierto. Hashirama, el mismísimo padre creador de la organización, con una capacidad de ataque y defensa perfecta ¿Entrenando a un pupilo? Sus oídos no se lo creían.

-¿Lo conocemos?

-Y no sabrías cuanto –carcajeó Tsunade, por la complicidad y engatusada que estaban creando-. Su vida dentro de la organización también era un secreto, estaba dentro de otra rama, una superior a las de AMBU y RAIZ. La última proeza, como era nombrado.

-¿Para cuándo estaría a nuestro servicio?

-Primero será acorralarlo –explicó Jiraiya-, hace mucho que dejó la organización, y no importa cuán ventajosa suene tu oferta, siempre las rechaza. Debemos mantener primero un ojo en él.

-¿Qué sucede si no acepta? –Iruka se mantuvo temple en todo momento, pero esa pregunta rondaba por su mente ¿Si no le importaba la vida de su hijo? ¿Qué ocurriría en ese caso?

-Ahora quienes suenan negativos son ustedes ¿No que iban a hacer todo por su hijo?

Todo sonaba muy fácil para ser real, demasiado corto y sin problema. Parecía más un engaño, un muy vil engaño. Un sentimiento de belicoso surgió en la mente de Iruka. No es que no apreciara su vida, pero su trabajo lo estaba mandando a la misma muerte, aun retirado. No es que le importara, claro; pero la integridad de su hijo contaba con su apoyo, y no podría hacer algo muerto.

Por su lado, Kakashi intentaba estudiar la mente de los mayores. Él era un antiguo miembro, entró muy joven –no tanto como Naruto- pero con la edad como para haber sido considerado una molestia en sus primeros años. Y en todos ellos, no había tenido información, ni conocido a alguien con las habilidades de ataque y defensa que su hijo. Tal vez el difundo Hashirama, o su hermano; sin más ellos ya tenían su tiempo muertos y era improbable un retorno a la vida.

-¿Qué debemos hacer para acorralarlo?

-Eso, mi querido alemán, no es algo con lo que puedas decir tan fácilmente –comentó Tsunade-, siquiera saber que él existe es algo de lo cual casi todo el mundo encuentra ignorante.

-Pero ustedes saben quién es –bufó.

-Por supuesto –berreó Jiraiya, molesto de que desconfíen de su información-, pero guardamos un código de silencio, no podemos decir su nombre. Y mucho menos presentárselo.

-¡¿Entonces cómo quieren que sea el guardaespaldas si ni siquiera sabemos quién es?! –exaltó-. Al menos una forma de contactarlo, algo. Cada vez que hablan en código me dan jaqueca.

-Oh, no se preocupen por eso. Él debería estar enterándose de eso en cualquier momento. Intentará desaparecer por un tiempo para que no encuentren su rastro, pero pueden usar eso para atraparlo.

-¿Acorralarlo?

-Es lo mismo. Ustedes pueden usar eso a su favor, como una prueba. No se lo habremos dicho directamente el nombre, sin más ustedes sabrán quien es.

-Solo le pedimos algo... -murmuró la rubia.

Por un momento pareció que padecían de una gran tristeza, pero inmediatamente fue cambiada por un rostro de indiferencia y cinismo.

-¿Qué cosa? –susurró Iruka.

-Nunca desconfíen de él.

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-Yosh... estoy listo para empezar –se alentó a sí mismo, pero sin las ganas que le ponía a su antiguo trabajo. Tal vez sea porque no era algo que le costara la vida.

Gaara había desaparecido en las escaleras del segundo piso, y lo había dejado solo en el primero, no era que le importase, pero se sentía algo intimidado ¿Si las personas lo veían como un bicho raro?

Al diablo las personas, ahora la cosa era no parecer un estúpido delante de ero-sennin, ese viejo podría burlarse de él de por vida si comete el más mínimo error en un trabajo tan simple.

"Mocoso insolente, dices ser un espía profesional y no puedes siquiera poner una buena cara ante los clientes"

Agh, sí que iba a rabiar si esas palabras salían por su boca.

Logró conocer a Konan, que era una peliazul con una gran sonrisa y la voz más dulce que haya podido escuchar en toda su vida. Parecía ser alguien muy femenina, pero tenía aquel toque de carácter agresivo el cual parecía ser por si algún viejo verde –Ero-sennin- se acercaba.

Penosamente odiaba esas cosas.

-Mesero... -escuchó llamar.

Tu primer cliente, alentó la voz de su cabeza. Y siguiendo sus indicaciones, fue por ellas.

-Ya voy.

En el transcurso de la tarde pudo ver como Gaara se las encargaba de cargar algunas bandejas con la cabeza, algunas veces dos en una mano. Quiso intentarlo, pero al hacerlo casi vuelca la comida de la mesa 10.

Recién a eso de las 18 horas, el local empezó a llenarse de pubertos con grandes dosis de hormonas rodeándolos. Llegó a reconocer a varios de su escuela, y le entraron ganas de llorar, no se podía deshacer de esos perdedores ni en su trabajo.

Para su gran fortunio, Gaara le pidió a Konan que lo reemplaza en el segundo piso y ahora se quedaría con él en el primer piso.

-Estas horas suelen ser las peores –le murmuró entre recorridos, esquivando a los clientes que se paraban de improvisto e iban corriendo como niñitos de kínder por el local-, y suele durar hasta las 8, lo mejor es hacer todo sin hablar y rogar que la hora pase rápido.

Asintió rápido y cargó y esquivó pedidos con su gran agilidad, cosa que hizo que varios se le quedaran mirando como si fuera una exhibición.

Eso no lo hubiera avergonzado, si no fuera por ese par de ojos carbón pegados en su espalda.

-¿Naruto? ¿Eres tú?

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Enserio ruego disculpas, pero entré en un estado de depresión al escribir, creo que por los choques emocionales. Pero solo bastó con una clase de biología y mucha motivación en mis paredes para acercarme a la computadora.

Ahora mismo escribo el 28 lo más rápido posible, si puedo lo subo hoy mismo como disculpa por mi gran retraso de un mes. Inclusive había cerrado mi cuenta de Wattpad del celular para no leer las notificaciones, pero me sentía culpable.

Bueno, me está llegado la imaginación. Lo mejor es que me ponga a escribir, disfruten el capítulo.

¡Voten y comenten! Si lo logro subo hoy otro.


Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora