-cuídate mucho, sueña todo los días conmigo, piensa en mi que yo también pensaré en ti- beso mi frente. -te quiero mucho- añadió mirándome y besó mis labios.
Un beso que siempre recordaré, porque era de aquellos que querían nunca terminar, entregar todo en el momento para ser especial, uno suave, delicado y mortal a la vez.
Toqué mis labios recordando lo que pasó hace unas horas... Cómo podré dormir con su imagen en mi cabeza. En qué momento llegue a sentir de tan manera por Kyuhyun.
Mis días seguirían, pero la llegada de Kyuhyun le dio un giro en 180° a mi vida. No me vería sin él, no lo digo de la forma "muero si no está él conmigo, me suicido, me tiro de un puente". No.
Sólo que llegó a romper una rutina, un círculo vicioso que he estado viviendo durante los últimos 2 años, y me ha echo profundamente bien el compartir sonrisas, momentos gratos con él porque su compañía vino a apaciguar mi soledad de cierta forma.
Así que no estar con él por estos días, en cierta forma me asustaba.
Cuando veía a mi alrededor, mis 4 paredes me invadían y se hacian cada vez más grandes, encontrándome sola e ínfima, "me sentía pequeña en un lugar tan grande".
Cada vez que ocurría esto mis ganas de regresar o por lo menos visitar Chile seguían en pie. Era algo que después de largos dos años, lo necesitaba. Extrañaba cada parte de mi vida allá, mi casa, mi perro, mi habitación, las discusiones con mi madre y padre, las tristezas vividas en la preparatoria, las salidas junto a mis amigos, las navidades y fiestas junto a toda la familia. Era ese ambiente familiar el que extrañaba.
Si vuelvo a Chile, lo único que me preocupa es volver a ver a Cristóbal, ha pasado tanto y a la vez poco tiempo, que mi miedo a no saber reaccionar me atemoriza.
¿Qué será de él? Habrá entrado a la carrera universitaria que quería, seguirá todavía viendo a sus amigos, seguirá teniendo problemas familiares, seguirá teniendo sus recaídas, habrá logrado superarlas, seguirá en contacto con Catalina, estará junto a alguien, se habrá mudado de la cuidad, se habrá enamorado. Todo lo que respecta a él me es un misterio, pasar de ser amigos inseparables a dos personas que no se hablan, duele.
Me pregunto que pasará por su cabeza, ¿me recordará?
Miles de veces trate de preguntar por él pero no podía, algo me lo impedía, buscaba las palabras adecuadas, pero no llegaban, cuando se trataba de Cristobal, todo se volvía difuso, él era mi tema pendiente. Pero mientras más evitaba pensar en él, más recuerdos me seguían atormentando.
Y mis ganas de saber de él, no solucionaban mucho. Más bien empeoraban las cosas.
Recuerdo cuando él se escapaba y subía por mi ventana para jugar play. Nuestra amistad era basada en la hermandad, yo no tenía hermanos y él tampoco. Podíamos pasar noches en vela jugando y hablando de trivialidades propias de niños de tan sólo 5 años de edad. Nuestro punto de rivalidad siempre fue la comida, quién era capaz de llenar su boca con mayor número de dulces.
Fuimos creciendo y nacieron mis hermanos, nos sentimos dos padres primerizos al ver y jugar con los bebes, chistoso ya que apenas superabamos los 8 años.
Las vacaciones de verano eran exclusivamente de nosotros, la laguna que quedaba a 10 minutos de nuestra casa era nuestro destino predilecto, infinitas tardes pasamos en ese lugar, como también ahí fue nuestro primer beso.
Aun recuerdo nuestra primera pelea, él estaba furioso porque el vecino de enfrente quería jugar conmigo.
-NO, no lo permitiré. Tú eres mi amiga y conmigo debes jugar- fueron sus palabras. Yo no comprendía el por qué de su enojo si podíamos jugar los tres juntos, y como decidí jugar con Ignacio, él me acusó a nuestras mamás. Lloraba como un niño sin su biberón, pero luego de ese pequeño impass comprendí que sí me quería y que yo era la única amiga que tenía.
Nuestra adolescencia juntos fue chistosa y caótica, él con espinillas y yo con mi primera menstruación. Ambos avergonzados de cosas tan naturales, pero superábamos cada problema que se nos presentara, con mucha pero muuucha ayuda de nuestras madres que a la vez eran muy amigas. Y gracias a eso nos volvimos cómplices.
Cuando cumplí los 13 años, mis padres decidieron separarse. Fue sin duda un gran golpe para mi vida.
Me acostumbré a llevar una vida totalmente estructurada "papá + mamá + hijos = felicidad". Si eso se quebraba, mi vida se desmoronaba.
Y así fue.
Mis primeros conflictos, bajé mis calificaciones, dejé de asistir a clases por un tiempo, dejé de hablar con mis amigas. Sentía una gran pena en mi corazón y mis noches se resumían a eternos llantos extrañando lo que en algún momento fue mi vida.
Esos perfectos domingos de paseos llenos de risas, abrazos y muestras de cariño, unidad, y pensamientos como 'mi familia es inquebrantable'. Ya no estaban, de un mes a otro ya no lo tenía. Sentí que ya no tenía nada.
Mi madre tuvo que trabajar doble turno para mantener la casa, nuestra abuela materna decidió cuidarnos en casa de ella. Por consecuencia ya no podía estar tanto con Cristóbal.
En un principio no podíamos ver a nuestro padre por conflictos entre ellos, peleas por teléfonos eran pan de cada día, por más que mi madre se ocultara yo veía su sufrimiento y me hacia sufrir aun más. Rabia e impotencia sentía, ¿por qué yo? me he portado bien, no he hecho nada malo. Por qué no podemos ser felices como una familia normal.
llegué a odiar a mis padres por no cumplir su promesa "estar juntos hasta que la muerte los separe".
Pero con el tiempo comprendí que nunca lo fuimos. ¿qué es normalidad?
¿vivir fingiendo amar? ¿compartir habitación fingiemdo amor por alguien que no lo tenías? ¿amar sin ser amado? Eso no es de dios, y ningún ser humano sería capaz de soportarlo por mucho tiempo.Ese fue mi momento oscuro, donde más bajo caí, donde más insignificante me sentí. Pero hubo alguien que ha pesar de todo lo vivido estuvo ahí para mi, alegrándome y llenándome de risas aunque mis ojos estuvieran rojos e hinchados de tanto llorar.
Una carta, un helado, una noche de juegos, una sonrisa un abrazo cuando más lo necesitaba, eso y mucho más me dio Cristóbal. Podíamos pasar semanas sin vernos, pero al regresar desde la casa de mi abuela siempre él estaba en la puerta de mi casa esperando por mí.
Es por esto y mucho más que siempre va a ser alguien muy importante, y me duele aún más pensar que quizás no estuve para él en los momentos que más me necesitaba.
La vida me ha dejado claro que estos dos años no han pasado en vano.
Ahora son vacaciones allá, podría decirle a mi prima que viniera a visitarme unas semanas o quizás a mis hermanos. Necesito de ese amor familiar, ese abrazo y conversaciones interminables.
extraño a mi familia ' no normal '.
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Mi cómplice eterno (kyuhyun♥) [PAUSADA]
Fiksi Penggemar¿Amor no correspondido? Cómo poder acercarme a ti si lo único que nos une es vivir en el mismo edificio, cómo hablarte si no puedo mantenerme sobre mis pies cada ves que veo. ●●●●●●●●● ¿Cómo logrará Amanda corresponder al amor de alguien que solo lo...