Mi vida comenzaba a tomar un poco de sentido desde que Luke ya no está para joderme, pero aún no me siento pleno.
Kellin no ha sido vengado aún, y se quiénes me faltan. Y pagarán.Parecía que yo ya existía en la escuela, aún no era popular pero ya tenía amigos, y lo mejor de todo es que ahora Hood e Irwin me temen.
He llegado de la escuela, mamá no se ha aparecido desde ya hace un año, estoy comenzando a creer que ahora si ya me abandonó por completo, que importa? Acaso me dolía? Ella nunca ha estado para mi, y ahora lloraría por que se fue? Eso está más que claro, ella no me ama, y yo a ella tampoco.
Me encierro en mi cuarto, busco mi pijama, me cambio.
Y... Si, yo ya no existiera?...
Y... Si sólo dejara de respirar...
Esa posibilidad cruzó por mi cabeza cuando vi mis cicatrices.
Aún así yo pensaba que debía vengar a mi ojos de botón.
La pesadez de mis ojos hacia que quedara dormido por breves segundos sentado, así que me acosté.
(•••)
Para cuándo me sentí descansado ya era de madrugada, levanté torpemente mi adormilado cuerpo, tenía trabajo que hacer...
Ahora tenía un plan, y mi objetivo no era matarlo instantáneamente, Hood rogaría por su vida.
Comencé mi recorrido hasta la casa de Calum, las calles estaban completamente vacías, hacia un frío peculiar, en el ambiente había un aroma a humedad, la brisa poco a poco se fue transformando en una lluvia suave, ya se habían formado charquillos en los que se reflejaba mi sombra, entre la poca luz que había y el sonido monótono de la lluvia podía notar cierto aire de paz, mi corazón en cierto modo tenía descanso y había vuelto a latir. El camino era más largo de lo que tenía planeado, tanto que me cansé pronto, a lo lejos divisé una parada de bus así que me dirigí hacia ella, una farola con rayo tenue de luz mantenía la parada iluminada, me senté un rato esperando que mis pies dejaran de latir y que dejara de sentirme tan cansado, mi poca condición física hacia que me sintiera peor cada vez, no se sí era anuncio de que me estaba deteriorando más rápido de lo común.
Unos cuantos grillos y cigarras se escuchaban como fondo ante la escena sombría que se formaba rápidamente con las sombras de los grandes sauces llorones que habían a los lados de las aceras.
Un par de minutos más y ya estaba descansado, así que reanudé mi camino hasta la casa de Hood.
A un par de metros podía ver la luz de una recámara encendida.
Lentamente voy acortando la distancia y subo por la tubería del agua que está a un costado de la casa, camino seguro por las tejas del techo, algunas crujen ante mi peso. Llego hasta la ventana iluminada por una tenue luz y en efecto veo al puberto de no más de 17 años de edad, con la portátil en su regazo, unos auriculares en sus oídos y su expresión temerosa frente a la pantalla del aparato.
Toco la ventana y al instante el joven Moreno se sobresalta y voltea rápidamente hasta la ventana.
Hace una cara de sorpresa y levanta su perezoso trasero de la cama.
- Que se te perdió por acá? Eh?
- A mi... Nada, sólo quiero pasar para conversar
- A esta hora?, Además; por que lo haría?
- Ábrela
- No Michael! Que crees que soy idiota?
Acaso no has escuchado los rumores?
- No me interesa el resto de la gente, sabes solo me importas tu
- Viejo, creo que estas confundido yo...
No dejé a Calum terminar la frase, mientras conversábamos pude destornillar la bisagra que mantiene la ventana cerrada, así que ahora es mío.
- Mierda Michael, aléjate por tu bien hijo de puta!
Conmigo llevaba una mochila, en ella habían instrumentos para poder hacer correctamente el trabajo.
Tomé al moreno inmovilizandolo, saqué como pude la primer jeringa que ocuparía, un sedante poderoso como para tenerlo quieto unas 4 horas, acerqué la sustancia a su cuello y con sumo cuidado penetré su carótida, el sedante no tardaría en hacer efecto.
Y efectivamente en un par de segundos Calum se encontraba inmóvil, movía nerviosamente los ojos hasta que se quedó quieto.
Saqué una manta para camilla de hospital, la acomodé sobre un restirador[1] que estaba junto al escritorio de Calum, ajusté las perillas hasta que me quedara cómodo, extendí dos cobijas de su ropa de cama y después la manta para hospital, cargué a Calum hasta la "plancha de trabajo" que acababa de improvisar.
Delicadamente quité la ropa en su totalidad del cuerpo de Calum, haciendo memoria de mis clases de anatomía humana, recorrí el cuerpo palpando cada articulación, cada unión de músculos, y cada lugar sensorial por dónde debe pasar una rama principal de nervios. Después de conocer el terreno en dónde debería trabajar procedí a ponerme los guantes y a limpiar mis huellas de su piel.
Una a una fui borrando el rostro de mi identidad, acto seguido saqué el bisturí más grande y con sumo cuidado abrí la cavidad ventral, lo primero que tenía en mente es conectar su colon con la boca del estómago. Abriendo una por una las capas de la piel, hasta llegar a los órganos, el estómago, hígado y los intestinos eran visibles, así que procedí a desenredar los intestinos, hice a un lado el delgado ese sólo estorbaría, seguí con el colon ascendente hasta llegar al tramo final del intestino grueso, tome un bisturí delgado e hice las incisiones debidas para separarlo del ano, una masa café y pastosa comenzó a chorrear junto con abundante sangre, con delicadeza limpié la zona, después cortaría la boca del estómago por debajo del diafragama,con hilo quirúrgico cocí el colon con la boca del estómago, después hice un poco de espacio para que la actividad del diafragma no estropeara la sutura; y así fué, dedique no más de dos horas para lograr aquella azaña, después cerré la abertura.
Calum sólo tenía espasmos por el dolor, no podía articular palabra.
Después lo mantuve estable con suero a través de una inteavenosa. Tres horas después ya había clareado un poco.
Empezaba a amanecer, los rayos del sol se colaban por la ventana.
Ahhh
Veo que ya has despertado, bien sigamos con el trabajo.
Sus ojos mostraron terror, aquel pánico que sientes cuando sabes que no tienes las riendas en una situación peligrosa.
Gotas de sudor empaparon rápidamente la frente del moreno.
Con cuidado comencé a retirar la piel de su cara, haría un trofeo o una lámpara con eso, aunque no creo que de mucha luz, su piel es oscura.
De nuevo permanecía mudo, hizo intentos de ponerse erguido pero no funcionaria.
Dejando ya a la vista los músculos faciales, y una ramificación de vasos sanguíneos, continúe con la piel del resto del cuerpo, pero la mesa me haría el trabajo difícil así que improvisé un arnés que colgaría del techo para poder suspenderle y así hacer el trabajo pulcro que necesito.
Al cabo de varias horas ya tenía la piel completa, casi de una sola pieza.
Mírate, quien pensaría que si eres humano, al menos físicamente. Lamento tener que darte la noticia de que no morirás pronto, me he ocupado tan bien de las micro hemorragias que han parado por completo, además estás bien nutrido con la intravenosa que te he puesto. Estoy cansado tanto que quiero dormir.
He dejado suspendido a Calum un rato para que la sangre escurra bien.
Bajó a la cocina, después de todo tengo necesidades fisiológicas, y; la familia de Calum se encuentra fuera.
Tomo el tostador, una barra de pan, jitomates, queso, un cuchillo de carnicería, un poco de salami y subo de vuelta a la habitación del joven.
Pongo todo en la cama, acerco una mesa que está a un lado de la computadora fija.
Esto necesita un mantel. Salgo al cuarto de baño, ahí en dónde debe haber ropa limpia, tal vez encuentre un mantel decente. Y efectivamente un mantel satinado, blanco se encontraba finamente doblado. Ahora un florero, ah y un vino tinto, una copa.
Acomodo la mesa como solía hacerlo mamá y salgo en busca de unas flores frescas.
Ella siempre ponía flores frescas en la mesa.
En el jardín trasero encuentro un rosal, corto algunas pero me he pinchado con una de las espinas.
Vuelvo y preparo lo que será mi emparedado.
Con cuidado trato de rebanar un trozo de carne de la pierna superior de Calum supuse que serían igual las piezas de carne que en un cerdo.
Hecho ya mi almuerzo comencé con la oración de gracias y procedí con la comida.
Bien hay algo de mentira en que las personas son mierda, la carne de Calum es deliciosa, y; eh de decir que me hecho 3 emparedados.
El pobre no paraba de retorcerse...
Como me aburrí fácilmente decidí ver televisión y dormir un poco, mañana será otro dia.
Acaso lo que estoy haciendo esta bien?
Mamá lo aprobaría? Y, si está sufriendo sólo por que sospecho de el?
Soy igual de mierda que el?
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Mike Is A Killer •5sos•
FanfictionMichael Gordon Clifford es un estudiante promedio de 16 años de edad, su vida se basa prácticamente en observar al Rubio ojiazul que se encuentra a diario por los pasillos del colegio, en prometerse que nadie lo lastimaría y en pasar largos periodos...