Sun Woo, hoy es tu cumpleaños, ¿lo sabes? Claro que lo sabes, que tonto soy. Durante bastante tiempo he pensado qué regalarte, y ayer por la noche Jin Young propuso que te escribiera una carta, que idea más gay, pero como es lo único que tengo…
¿Recuerdas el día en que nos conocimos? Yo sí, era invierno y hacía un frío que calaba en los huesos, nada me apetecía menos que salir a la calle para que el estúpido de Jin Young me presentará a su amigo de la universidad. No planeaba ir, dejaría que pasará la hora acordada y le llamaría diciendo que tuve un compromiso importante o algo así; pero el desgraciado llegó a mi casa de improvisto contigo detrás. Ah, incluso recuerdo lo bien que te veías con ése abrigo oscuro abotonado hasta el cuello y los rastros de nieve en tu cabello, ¿y yo? Yo aún tenía puesto el pijama viejo y rasgado que me regaló mi mamá cientos de siglos atrás. Cuando dijiste tu nombre con ésa voz tuya que tanto me gusta los colores me subieron a la cara y dije el mío balbuceando como una colegiala frente al chico que le gusta mientras el idiota que nos había metido en éso reía como el animal que es. Ah, fue tan incomoda ésa visita y cuando te fuiste deseé no volver a verte nunca más al mismo tiempo que pedía por encontrarnos de nuevo.
Y como siempre mis plegarías sólo se cumplieron a medias, fue entonces que descubrí que ibas en la misma clase que Jin Young y me cruzaba contigo a cada segundo, aquello era muy raro y hacía que me sintiera como uno de esos ratones que ponen dentro de un laberinto para verlos confundirse. Incluso creí que era plan del idiota ése. Después de tres meses escabulléndome de tu alcance con ése primer encuentro aún fresco en mi cabeza, el animal de mi amigo fijó otro encuentro donde tuve que volver a verte. Ésa vez salió mejor: charlamos, nos conocimos un poco más allá del nombre del otro e incluso me pediste mi número de teléfono. Debo decirte que en ése entonces jamás se me paso por la cabeza que pudiera enamorarme de ti, no porque tuvieras algo malo o no fueras guapo, sino porque eras un tío y tenías pene igual que yo.
Creo que pasaron otras tres semanas para vernos de nuevo, pero esta vez solos, tú y yo, sin ningún idiota que se riera cada que yo me sonrojaba con tus preguntas. Aquella vez fue muchísimo mejor que la anterior y puedo decir con toda seguridad que fue en ese momento cuando me dí una idea de cuan importante serías en mi vida. Hablamos mucho, bromeamos otros tanto y nos abrimos el uno al otro sin conocernos casi de nada. No sé, creo que nos convertimos en amigos entonces porque después de eso comenzamos a hablar más seguido y sentarnos juntos durante nuestros descansos en la facultad. En algún punto que no soy capaz de recordar, nosotros y el imbécil de Jin Young nos volvimos inseparables. Íbamos juntos a todas partes, eramos como la sombra del otro y no había poder humano o titánico que nos separaba. Y me imagino que ser tan unidos asustaba a muchos, porque incluso ahora no soy capaz de olvidar las miradas tan horribles que nos dedicaban en los pasillos cuando pasábamos.
Y entonces pasó. Llegamos a un punto sin retorno en el que dejamos de ser amigos para ser algo más, incluso cuando ninguno de los dos se dio cuenta. Yo sabía que lo que sentía por ti era más que amistad o hermandad, pero me daba tanto miedo admitirlo, me asustaba de mis propios sentimientos. Fuiste tú quien dio el primer paso y me besó. No hubo declaraciones cursis ni promesas de amor eterno ni ninguna de esas tonterías, sólo un beso. Uno muy brusco y poco tierno, por cierto, pero fue suficiente. Dos meses después nos mudamos a un viejo y horrible departamento en una espantosa zona de la ciudad, pero a ninguno nos importaba mientras estuviéramos juntos. Argh, éso sonó demasiado gay.
¿Te cuento algo? Dong Woo y Chang Sik apostaron sobre cuánto duraríamos juntos. Creo que ninguno ganó porque ya llevamos cinco años y a ninguno se le había pasado ésa cifra por la cabeza. Yo tampoco me lo imaginaba, en serio, y tus padres tampoco. Supongo que no se opusieron al principio porque pensaron que era una etapa tuya y que se te pasaría con el tiempo, pero después de los dos años tu madre te insistía para que salieras a citar a ciegas con mujeres hermosas y yo me ponía celoso a morir. Fuiste a todas, pero siempre volvías a casa, me abrazabas, me dabas un beso y pedías de cenar; y yo sólo me reía como estúpido. Tengo que decir que siento mucho que tu madre y tú se distanciaran por mi culpa. Yo entiendo que ella esperaba que te casarás con una hermosa mujer con clase y la llenaras de nietos. Yo sé que tú querías tener unos hijos que yo no podía darte y que siempre que tocábamos el tema decías que no importaba y que podíamos comprar un perro o dos.
Ese año te graduaste de la universidad y comenzaste a ganar más dinero, entonces tuvimos la oportunidad de mudarnos a un apartamento en el centro de la ciudad. Seguía siendo un lugar pequeño, sólo para ti y para mí, pero seguía siendo perfecto. De pronto echo de menos el anterior y sus tuberías chirriantes que me despertaban a mitad de la noche muerto de miedo. Aunque reconozco que éste es mucho mejor.
Sun Woo, no te compré nada por tu cumpleaños, en lugar de eso te escribí ésta carta, pero no te importa, ¿cierto? Aprovecho para decirte que eres un imbécil por irte el día de tu cumpleaños. Sé que tienes trabajo que cumplir y que sin el dinero que ganas en el bufete es importante para seguir viviendo como lo hacemos, pero es injusto. También quiero que sepas que eres mi amigo, mi novio, y -aunque aún no sea legar el Corea- mi esposo. Como se te ocurra meterte a la cama con otra persona independientemente del sexo que sea, te cortaré al tu pequeño amiguito, ¿entendido?
Lee Jung Hwan
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Para ti [B1A4 Fanfiction: BaDeul]
Fanfictionun Woo, hoy es tu cumpleaños, ¿lo sabes? Claro que lo sabes, que tonto soy. Durante bastante tiempo he pensado qué regalarte, y ayer por la noche Jin Young propuso que te escribiera una carta, que idea más gay, pero como es lo único que tengo… [http...