El tren.
Soy escoltada hacia una habitación cubierta de tapiz café por parte de cinco agentes de la paz; No ha pasado un minuto cuando mi padre entra por la puerta.
Este se acerca a mí y por detrás de él se asoma el cuerpo de mi madre entrar, la palma de mi padre se dirige a mi espalda para proporcionarme un par de palmadas.
-Te has visto increíble, seguro ganaras, te has visto firme, demuéstranos de que eres capaz Clove- apoya mi padre, Vaya que mi ego aumenta. –Seguro. La próxima vez que les vea seré ganadora- esbozo una sonrisa. –Clove, solo recuerda el no confiar, mantén tus ojos abiertos, incluso cuando duermes- comenta mi madre ¿Es eso posible?.
Finalmente dedicamos una mirada unos a otros, quizá la última. Mis padres son llevados afuera por parte de los agentes de la paz y yo soy escoltada al tren junto con Cato.
-Le diré a Brutus y Enobaria que están aquí- pronuncia Rouge. –Por cierto, me ha encantado el color de tu vestido Clove, rojo intenso- finaliza. Que guste de él es una grosería a mi vestido. –El rojo es parecido al de la sangre de los tributos que matare- le respondo causando una mirada extrañada por parte de Rouge. –Espero que no actúes de esta forma en la entrevista- me regaña y al retirarse en busca de Brutus y Enobaria se escucha su voz frustrada:-Es peor de lo que imagine- lo que me causa gracia.
Poco después de que esta se retirara, Cato habla. -¿Tienes algún problema?, me refiero, a tu estatura- pregunta este, serio. –No es así rubio teñido- respondo.
La boca de este se encuentra entre abierta, sin embargo, escasos segundos antes de que este pudiera pronunciar algo se adentra un par de personas al lugar.
-Me ahorrare una estúpida presentación y seré directo. ¿En que son buenos?- pregunta un hombre calvo seguido de una morena. –Espada, lanzas, combate cuerpo a cuerpo, arco, agilidad- responde Cato Vaya egocéntrico. –Perfecta puntería, agilidad, lanzas, rapidez y cuchillos- sonrió satisfecha, No eres el único egocéntrico en este tren Cato. –Es muy pequeña, no lo lograra- señala mi compañero. –Eres un idiota- rio sarcástica. –Puedo tomar un cuchillo y encajarlo por tu garganta cuando me plazca- le advierto. –Tal vez deberías aprender a defenderte sin uno, no siempre tendrás un cuchillo en la palma de tu mano- se dirige hacia mi Enobaria a favor de Cato.
Este levanta sus cejas y sonríe victorioso. Ha logrado el dejarme frustrada con un solo comentario.
-En todo caso será más ágil, o como mínimo podrá esconderse en lugares pequeños- defiende Brutus.
Cato frunce el ceño.
-No pasara el baño de sangre- se defiende. -¿Y cómo estas tan seguro de eso?- arqueo mis cejas.
-Por qué eres una niña estúpida- responde a mi pregunta, Una vez más y te atravieso con tremendo cuchillo de cocina. –El idiota aquí serás tú, por confiado- contraataco.
-¡Vaya que tienen carácter!, sin embargo, sus estúpidos comentarios deberán esperar al finalizar la alianza, una vez pase esto podrán ser tan sanguinarios como desean- comenta Enobaria.
-En realidad, por más que me resulte divertido escuchar a un par de niños pelear, deben parar- apoya Brutus.
-Sinceramente, debo descansar, no sé qué planes tenga el teñido o cualquiera de ustedes, pero yo me voy- digo.
Me voy a zancadas y llego a la puerta indicada.
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¡Nuevo capitulo!
Cato y Clove han peleado, clasico de este par de bordes.
Pronto tendran una conversación estable, espero.
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Our sarcasm game; Cato y Clove.
Science FictionSabía que mis pupilas dilatadas reflejaban miedo, por primera vez en mi vida, temí a los juegos, por un segundo eterno.