Capítulo 19.- Josh

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-¡JOSH!

Doy un respingo y miro a mi alrededor. Es como si me hubiera trasladado a un lugar sombrío. Hace frío. Estoy en lo alto de un escenario. En frente hay cientos de personas, observándome y con ropas andrajosas. A ambos lados de esta marea de gente hay decenas de cámaras y otras personas que, en este caso, visten con ropas modernas, cómodas, gafas de sol y gorras. Sin embargo, yo y el resto de las personas que hay sobre el escenario, vestimos más elegantes.

-¡Josh! ¡Tienes que presentarte voluntario! ¿Se puede saber que te pasa? - Francis Lawrence se acerca hacia el escenario, apartando a las personas que encuentra a su paso.

-Yo... Yo...

Vuelvo a la realidad. Estamos grabando la Cosecha, pero me he quedado completamente traspuesto.

-Ve a tu trailer y tómate algo. Quiero que vuelvas al cien por cien, ¿me oyes?

Comienzo a caminar y le pido disculpas cuando paso a su lado. Llego a la zona donde están los trailers y, justo cuando voy a entrar al mío, Sam sale del suyo, que está justo en frente.

-¿Josh? ¿Que haces aquí?

Le hago un gesto para que me siga y se aproxima corriendo. Entramos en el trailer y abro el frigorífico. Saco de él un botella de agua pequeña y me la termino de dos tragos. Tomo aire y comienzo a explicarle lo sucedido.

-Francis no debe estar muy contento – dice cuando he terminado de contarle.

-Ya es la segunda vez que me pasa, Sam.

-No ha vuelto a hablarte, ¿verdad?

Niego con la cabeza.

-Y hay más. He estado hablando con uno de sus amigos. Dice que no está bien. Al parecer pasó algo el otro día y se ha separado de todo el mundo. Dice que no sale de su casa y que se ha alejado de su mejor amiga. Estoy preocupado.

Sam suspira y se deja caer en el sofá, junto a mí.

-He encontrado algo que tal vez te sirva. Toma.

Me entrega una pequeña tarjeta: "Clases nocturnas de idiomas. Nos ajustamos a cualquier horario. Las clases pueden impartirse en su domicilio o en nuestra academia" y a continuación aparece una dirección de Atlanta.

Miro a Sam interrogante.

-¿Para qué quiero esto?

-Para aprender español. -vuelvo a mirara la tarjeta.

Sam se levanta de mi lado y vuelve a frigorífico. Saca de él una lata de Coca Cola y me la entrega.

-Toma. Vas a necesitar muchas de estas para aprender español y grabar todo lo que queda en una semana.

-Eres el mejor – me levanto con la lata en una mano y la tarjeta en la otra. La guardo en mi bolsillo y despeino a Sam.

-Lo sé – dice este satisfecho.

Salgo del trailer con mi lata en la mano y con una enorme sonrisa en la cara.

La siguiente semana se basa en grabaciones, clases de español, estrés y más estrés, falta de sueño pero, sobre todo, en bebidas energéticas.


Diario de JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora