Chapter 13: I swear, brother

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Me meaba. Me meaba muchísimo. La chica con la que había estado desde que había bajado del escenario se reía como una puta loca y me seguía a todas partes. Le decía que me esperara, que iba a mear o si quería aguantármela mientras o algo. Se lo tomó literal pero la mandé a tomar viento. Total, si luego la volvía a ver seguro que me la camelaba en un momento. Qué piba más rara. No sé dónde coño me estaba metiendo. Era un garito muy raro, casi como una puta nave industrial y es que nuestra música empezaba a gustar bastante. Estaba como en una especie de garaje pero sin coches, con mogollón de columnas grises que llegaban muy alto. Miré hacia arriba y me sorprendí de lo alto que estaba el techo. No sé por qué seguía andando. Ahí no había jodidamente nadie, pero no sé por qué seguía andando. Podría haber meado en cualquier sitio, pero no. Aquella actuación había sido la hostia. Me había hecho ilusión tocar cerca de casa, en Liverpool nada más y nada menos. ¡La puta ciudad de los Beatles! Había estado cientos de veces, pero un concierto ahí era... bua, lo mejor que me podía pasar. Y la próxima parada sería The Cavern, lo sabía. Me giré para comprobar que la piba sea había ido. ¡Qué mal, qué pesada! No había nadie, pero aun así tenía la sensación de que no estaba solo. Me recorrió un escalofrío por la espalda, un escalofrío raro. Finalmente encontré el sitio ideal para mear, así que me bajé la bragueta mientras silbaba una de nuestras canciones. Seguro que podía llevarme a un par de pavas al hotel. Estaban locas por mí, lo notaba. Siempre había gustado a las chicas, pero en aquel momento era una pasada, casi irreal. Me volví a abrochar y entonces lo escuché. Tenía a alguien detrás. Sentí algo de miedo por si era alguna piba loca. O el novio de alguna piba loca. Me volví lentamente y contra la otra pared estaba apoyada una chica con una larga melena negra como la tinta, mirándome a través del humo de su cigarrillo. Estaba muy buena, con una minifalda tartán y una chupa de cuero. Sonreí y me fui acercando a ella con mis andares. Y entonces habló entre el humo.

- Joder, no sabía que cantabas tan mal.

Me paré en seco. Ahora podía verla. Los ojos de mi hermana me devolvían la mirada tras unas espesas pestañas negras. No podía creerme lo que veía. Había cambiado muchísimo, ¡joder que casi la confundo con una piba! ¡Y estaba ahí, había ido al concierto! Sin aguantar ni un minuto, corrí hacia ella, la cogí por la cintura y la levanté para darle tres vueltas mientras me reía como un loco.

- ¿Qué coño haces aquí? – reí - ¿te has escapado de casa? ¡Joder, cómo has cambiado...! ¿Cómo que canto mal?

Estaba tan feliz que no podía ni aguantarme. Le besé la cara, la dejé en el suelo y la volví a abrazar. Había pasado dos años sin ver a mi hermana, y en ese momento me daba cuenta de lo que la había echado de menos. Normalmente, con las tías, las drogas, el alcohol y los conciertos, me quedaba poco tiempo para pensar en casa, no como Noel, que intentaba llamar a mamá un par de veces por semana. Sentí alegría, y también algo de tristeza. Me sentí triste al pensar que habíamos pasado de ser los mejores amigos del mundo a ser casi unos desconocidos. Es decir, ¡casi le tiro los trastos a mi hermana! Estaba preciosa, realmente preciosa y el pelo oscuro le favorecía mucho. La miré de arriba abajo y pensé que había debido crecer como diez centímetros o así, pero aquello no era posible.

- He venido con unos amigos, no te emociones tanto.

Sonrió y parecía que se iluminaba el mundo. La abracé otra vez y ella hundió su rostro en mi cuello. De repente sólo quería estar en casa con ella, tirados en el sofá mientras nos contábamos cosas. Pero eso pasaría en pocos días, y podríamos estar todo el tiempo del mundo juntos.

- Ven conmigo – dije cogiéndole de la mano – te llevaré con Noel y los demás, vamos.

Se río de una forma musical y negó poco a poco con la cabeza.

- No, tengo que irme ya. Me están esperando fuera – dijo de forma misteriosa – pero dile hola de mi parte.

Me pareció extraño porque siempre habían estado unidos, pero no le di más importancia. Apoyó las manos en mi pecho y me palpó los hombros después, mientras yo sonreía sin saber qué estaba haciendo. Luego me tocó el pelo y lo revolvió un poco.

- Me gusta tu pelo así, más largo. Te queda bien.

Iba a responder, pero entonces se escuchó una moto aproximarse, y apareció un tío montado en una vespa negra. No se quitó el casco ni nada, y cuando quise darme cuenta Rose se había montado tras él. Fruncí el ceño y la miré desconcertado.

- ¿Pero qué...?

- Nos vemos en unos días, hermanito – sonrió abrazando por la cintura al chico de la moto.

Y en menos de un momento se habían ido. Me habían dejado solo en aquel sitio. Solo y desconcertado. ¿Quién coño era ese tipo? ¿Por qué Rose no había querido ver a Noel? Con estas y más preguntas en la cabeza, volví a donde estaban todos. Noel estaba tirado en el sofá hablando con una piba pelirroja.

- Tío, tío, tío. He visto a Rose.

Asentí con la cabeza y supongo que debí parecer muy ansioso, pero la cuestión es que él me miró como si estuviera loco.

- ¿Cuánto éxtasis has tomado?

- Que no, joder – odiaba cuando Noel me trataba como a un niño pequeño – que era ella, de verdad. Hemos hablado. Se ha teñido el pelo y ahora tiene unas piernas muy largas – dije atropelladamente – Te lo juro, ¡estaba abajo! Y se ha ido en moto...

Noel me volvió a mirar así, con ese gesto de superioridad característico que me sacaba de quicio.

- Ya, ya... oye, ¿por qué no me traes unas cervezas?

- VETE A LA MIERDA, NOEL.

Me di la vuelta y cogí una cerveza para mí. Más valía que diera una vuelta y volvía a encontrar a la chica de antes. Qué piba más rara.


* * *

Bueno, siento mucho haber tardado tanto, pero finalmente soy libre y podré ir publicando varias veces a la semana. Muchas gracias por la paciencia, este capítulo ha sido corto, pero mañana volveré a subir. Muchas gracias otra vez por estar ahí.



(What's the Story) Morning Rose?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora