Algo toca mi nariz... algo lame mi oreja... algo está tirando de mis pantalones...
Abro los ojos y me encuentro con lobo sosteniendo una correa – ¿y tú como aprendiste eso? –rasco su peluda cabeza y él me devuelve un ladrido señalado lo mucho que quiere salir
-ya va, déjame buscar algo que ponerme en los pies –encuentro las zapatillas que horas antes le había arrojado a Michael y me las coloco, al rozar mi marca mi corazón vuelve a latir -¡maldito Michael y sus frases sin sentido! –lobo ladra de nuevo, me pongo de pie y el no espera por, mi baja corriendo las escaleras.
Al bajar noto a mi mamá y hermano preparando la cena – ¡Rony te despertaste! La cena estará lista en diez minutos –grita mamá sacudiendo una cuchara de madera.
-le daré un leve pase a lobo y regreso –agarro el abrigo de Bastian que se encuentra en el sofá, me lo coloco y salgo. La noche está bastante fría y al parecer lobo quiere olfatear cada plantita, papel y hojita que encuentra en el camino.
-¿no que estabas muy necesitado de salir? Apúrate que la cena esta lista ¿no quieres comer? –el me devuelve la mirada pero se entretiene olfateando un poste de luz
-¿hablas sola? –una voz profunda me sobresalta, al girarme me encuentro con Dante. Cierto, habíamos quedado en vernos esta noche.
-estoy tratando de convencer a lobo de que se apure –esta vez el no le ladra.
-veo que él no te hace caso –se produce un silencio incomodo ninguno de los dos sabe que decir –Rony... yo...no sé cómo hacer esto
-¿hacer qué?
-tratarte como si no te conociera, mantener la distancia y darte tiempo de que me vuelvas a conocer.... Me es difícil, noto como te pongo nerviosa –da un paso hacia a mí y extiende la mano como si quisiera alcanzarme pero la deja caer –te alejas de mi y eso me mata.
-lo siento, no... yo no sé... no quiero que te sientas así, pero es que no te recuerdo –sus ojos reflejan tristeza lo que hace que me den ganas de consolarlo –bueno, eso no es del todo cierto –sus ojos se abres grandes y algo brilla en ellos –sueño contigo, una versión más rustica de ti, usas armadura y tienes el pelo más largo, otras veces estamos bailando, yo tengo puesto un vestido y tu una especie de traje al mejor estilo príncipe encantador de Disney.
-la última vez que estuvimos juntos fue en un baile –vuelve a acercase a mí, coloca una mano en mi mejilla y con su pulgar acaricia mi labio inferior. Calor, electricidad, fuegos artificiales llenaban mi rostro con esa leve caricia, se sentía en el aire una fuerza que me empujaba hacia a él.
-quiero besarte ¿puedo? –no pude responder, simplemente asentí con la cabeza, el sonrió y comenzó acercar sus labios a los míos, pero antes de que pudiera hacerlo lobo tiro de la correa lo que hizo que me alejara de Dante.
-¡Rony! –Bastian me llamaba desde la entrada de mi casa – ¿Por qué tardas tanto? –Al ver a Dante frunció sus cejas y se enderezo –la cena está servida, hay para uno más –se dio media vuelta y volvió a entrar.
Antes de que la situación se vuelva a poner incomoda decidí que era mejor hablar –será mejor que entre.
-¿no me invitas a cenar?
-no lo tomes a mal... esto va algo rápido, necesito terminar de procesar esto. No te voy a negar que siento una atracción hacia ti –y hacia Michael, no te hagas la tonta. Me recuerda mi conciencia –pero te pido tiempo. ¿Si?