Metí mis manos en los bolsillos de la chaqueta vieja que Dylan me había dado para cubrirme del frío aterrador que había comenzado a hacer después de la escuela. Al pasar por afuera de una tienda me quede observando unos segundos para asegurarme que mi aspecto estuviera bien. Necesitaba ese trabajo. Londres me esperaba.
-Miren a la gorda observando con ansias devorarse toda la pastelería-
Cerré mis ojos por unos segundos y luego mire más allá de mi reflejo, claro que esto era una pastelería. Estaba jodida, esto les dará como para un mes mas de burlas. Me gire y dispuse a seguir caminando, pero ellas se pusieron en mi camino, solté un poco de aire y me dispuse a esquivarlas pero no tuve buenos resultados.
-¿No te vas a defender esta vez?- preguntó Lana y me enseñó su blanca dentadura.
Claro que no me iba a defender, recién estaba logrando que mi ojo morado se fuera, no quería que volviera a aparecer.
-Permiso- susurre y trate de avanzar, pero fui a dar al piso. Solté un quejido y me quede en el piso hasta que ellas se alejaron. Ya estaba comenzando a acostumbrarme a los años de burla. Una chica que pasaba por ahí me ayudo a levantarme y luego siguió su camino, sacudí mi ropa y seguí mi camino hasta la parada de buses.
Luego de subir al bus y caminar un resto, volví a observar el papel donde Dylan me había escrito la dirección y subí mi vista hasta la casa frente a mi. ¡Esto no era una casa! Era algo así como un palacio. Tiene que ser una maldita broma, esto se ve tan elegante y yo vengo tan "así" vestida. Quise retroceder pero una señora con una adorable cara me observaba desde el otro lado del portón. Con una sonrisa se acercó hasta mi, mientras que yo arreglaba mi ropa.
-Buenos días- dijo de forma tan elegante que pensé que estaba hablando con la reina Isabel.
-Buenos días- susurre. Tengo problemas con el volumen de mi voz, tengo que admitirlo.
-¿Vienes por el puesto de trabajo, cariño?- me sonrió mientras habría el portón.
-Ajá- asentí con la cabeza y ella me miro confundida- Si, vengo por el trabajo- me corregí. La sonrisa volvió a su rostro.
-Muy bien, por favor acompáñame-
Me dedique a seguirla a una distancia que creí correcta, mientras iba observando todo el lugar. Esto era como del tamaño de mi escuela. De seguro la familia que vive aquí es muy grande. Pase mis dedos por las esculturas que estaban en la entrada, ni una pizca de polvo.
-Todo se mantiene muy limpio en esta casa, tal y como le gusta al señor-
Me gire y pude ver a un hombre alto de semblante totalmente serio, llevaba un traje pulcramente planchado y limpio, me observo fijamente y con un poco de miedo quite mi dedo de la escultura.
-Buenos días- dije mientras escondía mis manos tras la espalda, tal como él estaba parado.
-Buenos días señorita...-
-Jade, soy Jade- dije
-Buenos días señorita Jade, yo soy Andrew, el mayordomo- estiró su mano frente a mi, rápidamente limpie mi mano y la estreche con la de él.
Se hizo a un lado y abrió la puerta para nosotras, le hice un gesto con la cabeza y seguí a la señora de cara adorable. Tuve que hacerme para atrás al entrar, todo estaba tan perfectamente limpio y ordenado, parecía sacado de una revista.
Me sobre exalte un poco al sentir como alguien tiraba de mi chaqueta, mire a mi lado y era una de las chicas del servicio supongo, así que deje que me la quitara y luego la colgó junto a unos cuantos abrigos mas, sentí vergüenza por primera vez de la ropa que usaba, ya que parecía aun mas roñosa junto a todos esos abrigos caros.
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Señor Malik
Fanfiction-¿Cómo es que puedes vivir así?- aparto el cabello de mi cara y me observo... Estaba horrible, pero aún así él no dejaba de observarme con dulzura. -Aprendes a convivir con el dolor...-inhale y trate de levantarme-...se vuelve tu mejor amigo- Apre...