*Conversación por teléfono*
-Hola caracola.-dije y rápidamente esbocé una sonrisa.
-Hola...-contestó Ross con voz algo apagada.
-¿Te pasa algo?
-Eh... No tranquila. No es nada.
-Algo tiene que ser, siempre en vez de decir hola, dices adiós y hoy has dicho hola.
-Parece un trabalenguas- reí.- Me conoces bastante bien, ¿no?
-Exactamente, así que dime qué es lo que te pasa.
-Me han dado las notas de las recuperaciones... Y he aprobado solo una.
-¿Cuántas suspendiste?
-Tres. Entonces quizá repita.
-Vaya... ¿Y no tienes más recuperaciones?
-Una, si no la apruebo es mi fin. Mis padres no me dejarían salir y entonces no te vería nunca...
-Tranquilo, ya veras como apruebas. Yo te ayudaré a estudiar.
-Va-vale... Bueno, ¿mañana nos vemos?
-¡Claro! Ya te diré la hora.
-Vale, te quiero.
-Yo más, buenas noches.
-Que duermas bien.A la mañana siguiente me levanté ya que escuché el timbre de la puerta. Me puse una pequeña rebeca y fuí a ver quién era. Abrí la puerta y Kira se abalanzó sobre mí. Estaba llorando.
-¡Kira! ¿Qué te pasa?
-Ally... Ally se va hoy...
-¿¡Hoy!? ¡Dijo que se iría en dos meses!
-No... Nos mintió... Creo que se va esta tarde. Tenemos que ir a su casa ya, vístete vamos.
-¿Pe-Pero como voy a ir ahora? Tengo que vestirme y todo.
-¡Pues venga! Date prisa, mientras te prepararé el desayuno, por favor...
-Está bien...Fui corriendo a mi habitación. Abrí el armario y cogí una camiseta con estampado, unos vaqueros largos y unas zapatillas. Me peiné lo mejor que pude, haciéndome una coleta alta, y bajé.
Kira había preparado dos tostadas con Nutella y una taza con leche y cacao.-Vaya, no sabía que eras tan rápida.-Dije sentándome en la silla y cogiendo una tostada.
-Pues ya ves.-Reímos.Me tomé las tostadas y la leche y nos fuimos.
-¿Crees que estará en su casa?-Pregunté mientras Kira conducía.
-Claro que sí. Están haciendo la mudanza.
-Eso espero...Llegamos y en la puerta de su casa habia un camión de una empresa de mudanzas. Llamé a la puerta y por suerte abrió el padre de Ally.
-Hola chicas, ¿queréis algo?-Nos preguntó.
-¡Hola! ¿Está Ally?-Dije yo.
-Eh... Sí claro, esperar.Tardó unos cinco minutos y por fin vino Ally.
-Hola... ¿Queréis algo?-Dijo ella.
-¿Que si queremos algo? ¡Nos has mentido!-Contestó Kira subiendo el tono de voz. Ally empezó a llorar.
-No quería haceros daño... No queria que os preocupaseis por mi...
-Ally...-Dije yo.-Si nos hubieras dicho la verdad no estaríamos ahora aquí...
-¿Cuándo te vas?-Preguntó Kira.
-Esta tarde.-Respondió Ally. Yo me apoyé en la pared de su casa y caí hacia el suelo, sentándome.
La vida a veces es una mierda... Una de mis mejores amigas se va, solo seremos dos... Ahora todo será tan diferente.
-¡No! ¿Por qué nos has mentido? No Ally, no...-Gritó Kira.
-¡Kira! No grites por favor.-Decía Ally entres una de sus lágrimas.Después de estar casi toda la mañana en casa de Ally, despidiéndonos de ella, Kira y yo nos fuimos cada una a nuestra casa.
El verano empezó bien, pero acabará fatal.
Necesitaba hablar con alguien y mi madre no estaba en casa así que llamé a Ross.-¿Ross?
-¡Hola!
-¿Qué... Qué tal?-Dije mientras me salían lágrimas de mis ojos.
-Yo bien, pero tú... ¿Qué pasa?
-Necesito verte.
-¿Está tu madre en casa?
-No.
-Bien, pues en diez minutos estoy allí.
-Vale, gracias.Después de esto colgué y me fuí a lavar la cara. Me afectará mucho que Ally se mude. Con ella he pasado tantos momentos juntas... La conozco desde el colegio, eramos inseparables, como uña y carne, pero al empezar el instituto nos distanciamos un poco, y en el segundo curso de secundaria volvimos a juntarnos. Conocimos a Kira y hasta ahora. Las tres chicas más locas de la ciudad, las que todos los días están juntas...
¡Holaaa! ¿Qué tal estáis? Yo bien, supongo.
Espero que os haya gustado el Capítulo 2, ha sido bastante "triste" pero bueno... Todo se arreglará.
Por cierto, decirme en los comentarios si os está gustando y algo que queráis que pase en el siguiente capítulo, la mejor propuesta la pondré y diré de quien es.
Y con esto me despido, ¡disfrutar!
Chau.
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¿Y así es la vida?
Novela JuvenilElla era poesía. Sus versos rimaban entre mis labios cada día. Sus letras nadaban en mi mirada al verle. Pero ya no había tiempo para un rato. Sus metáforas, sus símiles, sus hipérboles; tanto era ella. A su lado yo era una triste sinfonía sin vida...