Capitulo V

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Capitulo V

Recuerdos dolorosos parte III (final)


Si quiero

Cada que recuerdo esas palabras me sonrojo y sonrió como tonto, pero nunca pensé que acabaría tan súbitamente.

Pasaron los años, y todo iba viento en popa con la relación, nunca pensé que duraríamos más de 2 años, era perfecto, me sentía en las nubes cada que estaba con él, bueno, teníamos discusiones algo estúpidas, pero sabíamos lidiar con eso, el día en que mi alegría no pudo mas fue ese glorioso 13 de Abril del 2014, era una tarde muy cálida por la primavera que estaba en pie en este lado del hemisferio, para esas fechas, Santiago había acabado su carrera, pero decidió no trabajar de eso, en lugar de eso, decidió ser policía, como tenía contactos en altos cargos de la seguridad, le fue fácil entrar, al poco tiempo y por su buen desempeño fue ascendido a detective cosa que no me agradaba mucho, ya que se arriesgaba mucho y había días en que no lo veía, pero me estoy desviando, una vez más, era 13 de Abril, estábamos juntos en la sala junto a mis hermanos y su familia, ya que no se por qué organizo una reunión, a lo mejor Ally lo sabía, ya que a ella le encantaba organizar planes con él.

Todos estábamos reunidos en la mesa del comedor

-Hoy estamos que estamos todos reunidos, quiero hacer varios anuncios-dijo Santiago-

-¿Ahora serás locutor de radio?- dijo Jessica, su hermana mayor-

-No, tonta, primero, ya me ascendieron a detective como sabrán, eso quiere decir que tendré una mejor paga...

-¡Genial!-interrumpió su hermana-

-Ni me pidas nada porque ya me gaste el sueldo de la quincena.

-Ash, bueno y ¿se podría saber en qué?

-Pues compre unos dulces para Jiro y bueno ropa para mí, pero compre algo muy importante que quiero que vean todos, en especial tu Jiro

Me extrañe que dijera eso

-Podrías acercarte para que me ayudes-Me lo dijo algo serio-

Me acerque extrañado

-Bien, -se arrodillo frente a mi- Kenjiro Yoshimura, quisiera saber si, tu-en ese momento saco una caja de su chamarra- quisieras ser mi pequeño esposo gruñón –abrió la caja y en él había un anillo-

Todos incluyéndome, nos quedamos atónitos, yo no sabía que decir, de hecho estaba a punto de desmayarme de la impresión, si no fuera por la loca de mi hermana Alexine

-Jiro, ya responde que me muero de la emoción

-S-s-s-s-si quiero

Al momento que dije esto todos gritaron de alegría, hasta su mamá se lleno de lagrimas y corrió a abrazarnos

-Jiro, sabes que tu eres como mi hijo, y me alegro que ahora si podre decirte hijo, aunque sea por obra de esta unión.

-G-gracias señora –sonreí-

Después de todos los abrazos y cumplidos...y una que otra broma, todos nos fuimos a dormir ya que era muy tarde, así que la hermana y la mamá de Santiago se quedaron a dormir.

Ese día, aparte del compromiso, fue nuestra primera vez, si, fuimos muy lentos al dejar pasar dos años, pero fue algo mágico, pero jamás pensé que esa felicidad acabaría pronto y de una manera trágica.

Nuestra felicidad empezó a acabarse a partir de ese 20 de junio, el día en que Ally fue secuestrada, el captor se estuvo comunicando con la familia, quería que le entregáramos una joya de la familia, aun no se por qué la quería, como la joya estaba en nuestra ciudad natal, tuvimos que ir por ella, el captor aun siendo pues eso, el captor, se mostro comprensivo, más que nada por su ambición, nos dio como fecha límite el 25 de ese mismo mes.

El día llego, teníamos la joya, el captor pidió que yo la entregara en un viejo café abandonado, pidió que no le dijéramos a la policía y yo como idiota desesperado, lo obedecí, llegue a la dirección, hice todo lo que me indico para llegar al lugar del encuentro, allí estaban, Ally en una silla y el secuestrador con la típica capucha que le cubría la cabeza.

-A-aquí esta lo que buscas, deja ir a mi hermana-dije con temor-

-Tú no me ordenas, acércate

Obedecí y llegue cerca de él, cuando estaba frente a él le di la joya

-Muy bien niño, ten a tu hermana, no me sirve ya

La libero y estábamos a nada de irnos cuando escuche una voz familiar, desearía no haberla escuchado

-¡Quietos!-ordeno el dueño de esa voz familiar-

Dirigí la mirada hacia donde provenía la voz, era Santiago, no sabía que estaba asignado al caso

-¿Qué haces aquí?

-Eso debería preguntar yo

El secuestrador saco su arma y nos apunto a Ally y a mí

-Les dije que no llamaran a la policía, pudo ser un final feliz, pero no me arriesgare a ir a prisión.

Santiago se acerco a Ally y a mí que estábamos apanicados

-Déjalos salir, ya tienes lo que quieres –trato de negociar Santiago-

-No es una opción, el que quería esto, dijo que si pasaba algo así, tendría que matar a los que estuvieran cerca de mí

Justo cuando acabo eso, preparo su pistola, yo estaba aterrado y ni se diga de Ally

-Bueno, fue un error haber llamado a tu amigo, salúdame a tu abuela cuando la veas

Cuando dijo esto disparo, como pude empuje a Ally para protegerla y espere lo peor, y en efecto sentí el dolor, pero no pensé que sería más doloroso, hasta que vi la realidad, Santiago me estaba abrazando dándole la espalda al secuestrador, el había recibido la mayor parte del impacto, aunque yo también lo recibí

-¡Q-que hiciste idiota!- grite aun con el dolor físico que sentía-

-Proteger a mi amado-lo dijo con una sonrisa

Luego de eso se me nublo la vista.

Cuando desperté estaba en un hospital, al parecer había sido operado para verificar el daño, a mi lado estaba Eili y Ally

-¡Despertaste!-Ally me abrazo-

-¡Duele! –Me queje y la retire de mi persona-

-Lo siento

-Descuida, ¿Qué paso?

-La bala te alcanzo a lastimar, pero gracias a Santiago, no llego a dañarte algún órgano vital

-Me alegro, y ¿Cómo esta Santiago?

Los dos se quedaron viendo un rato, hasta que Eili se armo de valor para decirme esa noticia

-Santiago falleció, al parecer la bala daño su hígado, hubo una hemorragia interna no pudieron contenerla a tiempo y ya no pudieron hacer nada

Cuando dijeron eso, sentí que mi mundo se detuvo, al principio pensé que era una broma, hasta que vi llorar a Ally, en ese momento supe que no mentían, desde ese día me culpe por no haberme cuidado y no decirle a la policía lo que ocurría, así que me culpe por la muerte de mi amado, y desde ese instante, algo dentro de mí, murió con Santiago.


Crónicas de un héroe patéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora