"Be free.."

La conocí...

Eran las 10 pm y la fiesta no parecía ser diferente a las demás; la misma música, el mismo licor, la bebida preferida, mis amigos bailando y yo con la mirada al vacío. Al término de la canción todos se sentaron en la mesa de nueva cuenta, pero con una amiga extra, y digo asi porque ella no estaba con nosotros antes de ese musical. -ella es Alice, una amiga de la prepa, hace meses que no la veía y ahora estará aquí conviviendo un poco con nosotros. - dijo Carlitos, mi mejor amigo. Todos nos presentamos, conversamos un poco sobre lo que habitualmente se habla al conocer a alguien, yo casi no hablé, me quedé viendo el antro y las luces que había, me hacían sentir mareada y eso me ponía loca en cierto modo, no noté que mis amigos salieron a bailar nuevamente, hasta que alguien toca mi hombro.
-¿eres así de callada o el lugar no te gusta? - dijo Alice con una sonrisa hermosa, sus ojos negros hacían ponerle una mayor intensidad a su mirada, sus labios me parecían perfectos para besar, su cuerpo torneado y su falda que me dejaban ve sus trabajadas piernas, simplemente hermosa. Alto, ¿dije hermosa?, definitivamente el alcohol y las luces del lugar me tienen mal.
-no, ninguna de las dos, es solo que tuve un día largo y prefiero por el momento admirar las luces y el ambiente. ¿Tu por qué no fuiste a bailar con los demás? - intenté entablar una conversacion, mis manos sudaban.
-creo que todos venían en plan de pareja, y a Carlitos se la acaban de hacer grande por estar conmigo, creo que debió agregar el hecho de que soy gay cuando me presentó. - No podía creerlo, ella también lo era, también amaba el arte como yo.
-woow! En tu boca suena muy bonito y fácil de decir, no sé por qué conmigo no suena así.- ahora no solo mis manos sudaban, sino que me sentía algo nerviosa por culpa de ella, tenía una mirada seductora que a cualquier persona pone mal y yo no sería la excepción. -mira qué emocionante, pensé que al llegar sería todo aburrido, ahora si puedo decir que valió la pena venir.- me miró sonriente, Dios ¿por qué me mandas bellezas así si sabes que me gusta pecar?, mi demonio interior daba saltitos de emoción, mi cerebro me ponía letreros que decían peligro! La vas a cagar y perderás tu! . Pero ya era tarde, ya tenía grabada su mirada y su sonrisa en algún lugar de mi ser.