Capítulo 5

104 7 2
                                    

Llegué al aeropuerto de Madrid en aproximadamente 1 hora y 10 minutos, sobre las 9:30. No sentía apenas las piernas, se me hacía raro caminar. Cogí mi maleta y mis mochilas, y al salir de allí me encontré con mis abuelos. Sonreí al verles y fui a abrazarles.

-Os había echado de menos.

-Nosotros también a ti. -Ambos sonrieron.

Cogimos las maletas, y nos fuimos a casa. Al llegar a casa de mis abuelos, me quedé asombrada. Vivían en el centro de Madrid, justo al lado de la puerta del sol, y la casa era bastante grande y moderna, con habitaciones bien iluminadas y cuartos grandes. Mis abuelos me indicaron cual era mi habitación, y era un cuarto más grande que el anterior que tenía en málaga. Las paredes eran de color crema bastante claro y el suelo estaba hecho con tablas de madera en un color marrón claro. Había un escritorio, blanco también, bastante grande y con una lámpara al lado para estudiar y un lapicero gris,  al lado del escritorio había un armario blanco con pajaritos negros dibujados en las puertas. También había un espejo bastante grande en el que podías verte de pies a cabeza al lado del armario. Habían varias estanterías blancas, las cuales estaban vacías por ahora. La habitación se veía bastante bien por ahora. Deshice las maletas y las mochilas. Mis abuelos me dijeron que podía visitar Madrid antes de que me recogiera Mangel para ir con Rubius. Sí, lo sabían todo. Me miré al espejo, y me miré el pelo. Que desastre, está demasiado largo, despeinado y... para que voy a engañar, estaba horrendo. No quiero que me vean así. Busqué en Google Maps una peluquería cercana por aquí, cogí mi dinero y me fui a arreglar el pelo. Después de varios minutos, entré. Era una peluquería bastante grande y las dependientas parecían amables. Había poca gente, de pronto, una dependienta con el pelo rosa claro se acercó a mi sonriente.

-Hola, ¿Desea algo? -Preguntó amable.

-Yo... Quería arreglarme el... pelo -Sonreí tímida.

-¿Tienes reserva para ahora?

-No... acabo de llegar de Málaga... no sabía ni que había una peluquería aquí...

-Tienes suerte, ahora no nos toca a nadie, pasa por aquí por favor. -Me señaló a una de esas cosas para lavarte el pelo.

Me lo lavaba, mientras yo estaba en mis pensamientos.

-Y bien... ¿Que quieres hacer con esta preciosa melena? -Preguntó la dependienta.

-No se... pero no quiero que se vea como antes, quiero seguir siendo rubia, pero a lo mejor con mechas de otro color... no se...

-Vale, ¿Cómo te llamas?

-Me llamo ___...

-Muy bien ___, ¿Confías en mi?

Asentí con la cabeza. La dependienta me colocó un antifaz de color negro que me impedía ver, las otras mujeres a las que estaban peinando también les habían puesto uno. 

Pasó aproximadamente una hora y cuarto desde que la peluquera empezó con su trabajo ''Ya estás ___'' Dijo con tono orgulloso ''¿Lista?'' preguntó, asentí con la cabeza y me quitó el antifaz. Ahora tenía flequillo largo que casi me tapaba el ojo derecho, y mi pelo era más corto, me llegaba unos 15 centímetros por debajo del hombro, y seguía teniendo mi color natural, solo que me puso mechas californianas de color rojo llama. Mi pelo ahora estaba liso, y yo parecía otra persona. Le sonreí a la peluquera y le di las gracias. Pagué, y me fui a casa. Al llegar mis abuelos me miraron asombrados, y me sonrieron. ''Estás preciosa'' dijo mi abuela, a lo que yo me sonrojé. Entré en mi habitación y preparé la mochila para cuando viniera Mangel tenerla lista. Metí mi pijama blanco con gatitos dibujados, y metí también una sudadera negra y unos pantalones vaqueros por si me manchaba los pantalones que llevaría. Eran las 11 y yo estaba de los nervios. Nuevo mensaje.

La elección perfecta. (ElRubius y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora