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--Marzo de 1835--
La luna se posó en el manto nocturno como cada noche, iluminando el frondoso bosque de coníferas que guardaba y protegía entre sus altos pinos un magnifico castillo con estilo medieval, el gran castillo de la descendencia de vampiros pura sangre, los Lee.
La descendencia Lee había sido una de las primeras familias de vampiros en poblar el planeta, por lo que era uno de los clanes más puros y antiguos.
Los últimos herederos de la familia Lee, eran tres bellos jóvenes varones que poseían no sólo una enorme fuerza completamente sobrehumana, sino también una extrema belleza que hacía que humanos, e incluso los mismos vampiros, sucumbieran en sus encantos y dejaran poseer sus almas y cuerpos a su placer...
-Relata un chico de cabellos cobrizos sentado en un sofá rojo en la oscuridad de una habitación-
Mis padres tienen cien años de haber finalmente muerto, después de siglos de vida. Mi familia es la pura sangre más fuerte, poderosa y hermosa de todas las demás familias de primera clase que existen y habitan en este planeta... me gusta ser el mejor.
Me gusta ser el único...
¿Tienes curiosidad de saber cómo soy? ¿La oscuridad no te deja ver la belleza que poseo?
Pequeño humano...
Mi cabello castaño y brillante, como el sol en el día, adorna mi hermoso rostro haciendo que los débiles humanos, como tú, caigan rendidos a mis pies... mi suave y pálida piel, esta que los de tu inocente raza humana tanto desea lamer, besar, probar, sentirla entre sus labios, es la que me sirve para atraerte hacia mí, hacia mi potente cuerpo, hasta mis carnosos labios... y mi rostro... ¿Qué puedo decirte de mi rostro? ¿Aún no puedes verlo? ¿La oscuridad no te deja, pequeña?
Mírame...
(Es una foto de kyu pero no se puede pegar fotos asi que es la foto de arriba... esta hermoso..)
¿Acaso no soy hermoso?...
Mi nombre es KyuHyun, soy el menor de tres hermanos, los últimos tres herederos de mi clan. Aparentando una edad de 21 años humanos, cuando en realidad tengo 200. Puedo enamorar a la humana o humano que yo quiera porque sí, me fascina tirarme a los de tu raza. El sexo es una de las pocas cosas que más me encanta en este mundo. El placer de sentir a un sumiso chico o chica debajo de mi cuerpo, dándome el placer que necesito, llenarlo de
mi esencia, penetrándolo duro... ahhhhhh! ¡Es magnífico!
Me encanta...
-Relata un joven de cabellos negros sentado en el banco de un hermoso jardín de rosas rojas-
- mghhh... que rico...
Me encanta sentir esto... esos labios feminos en...
-aghhh... vamos, cariño, más rápido...
...en mi enorme virilidad.
-aghhhh... así es, pequeña, trágatela toda...
Agarro con mis manos un mechón de cabello color trigo de la hembra que tenía haciéndome una deliciosa mamada para imponer mi propio ritmo... podía sentir como llegaba hasta su garganta... como se ahogaba con mi erecto miembro, pero aun así seguía forzándola a tragársela toda para sentir esa magnífica sensación que se llama... orgasmo.
¿Quieres sentirla tú también, niña humana?...
Sólo tienes que acercarte a mí un poco más...ven... ven a mí...
Acércate y acaricia mi oscuro y rebelde cabello; acércate más y toca mi suave, pálida y congelada piel que te derretirá aunque mi cuerpo este muriendo de hipotermia; minimiza esa distancia que nos separa y siéntate sobre mis piernas para que mis expertas manos te seduzcan, te den el placer que los de tu débil raza no pueden darte; ven y quítame la ropa, déjame desnudarte y darte tan duro hasta romper la cama, seguido del suelo, hasta llegar al mismo infierno ya que mis feroces embestidas te calentaran como si estuvieras siendo incendiada por el fuego de Lucifer. Gemirás y gritarás tan fuerte y tantas veces mi nombre hasta quedar sin un hilo de voz...
