II

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Tomando el papel del hombre de la casa, abro la puerta y veo al hombre que acompañará a mi madre. Era un hombre de cabellos negros y cortos, vestido de traje -el cual estaba desabrochado los primeros tres botones, dejando ver su cuello y un poco de su torso blanco-, llevaba un hermoso y gran ramo de rosas rojas en su brazo derecho.
- Buenas Noches, soy Shiroyama Yuu.- Saludó el atractivo hombre.
-Hola, soy Akira Suzuki.- Estrechamos nuestras manos, mientras nos estudiábamos con las miradas.
Lo dejé pasar a la sala, donde estábamos todos reunidos.
- Hola, Yuu.- Saludó mi madre felizmente. Él la saludó de la misma manera, entregando el ramo de flores.
Cada uno se presentó con carisma y cortesía ante el hombre mayor, el nuevo jefe de la casa.
Mi madre fue a la cocina con Saeko, dejándonos a los hombres en el comedor esperando por la cena.
- Suzuki, tu madre me ha contado mucho sobre ti y tu hermana.- Comentó.
- ¿Así? A mi no me han contado nada sobre usted.- Estaba sorprendido y molesto, me incomodaba no saber nada sobre ese hombre y que él sepa sobre mi.
-¿Qué quieres que te cuente?- El hombre sostenía una copa con sake, recientemente servida, al igual que yo.
- ¿Cómo conociste a mi madre? ¿De qué trabajas?¿Tienes hijos?¿Por qué mi madre? Ya sabes, lo básico.- Tragué un sorbo del sake.
- Conocí a tu madre en el trabajo, soy abogado. Apenas vi a tu madre y perdí el caso, entonces me dije a mi mismo "Esa mujer es la indicada".- Sonrió de lado, miraba a la cocina con tranquilidad y felicidad.
- Ya veo...- pensé en cuando me pasaría lo mismo a mi, espero que dentro de mucho.
- Quisiera formar un vínculo entre vos, tu hermana y yo. No quisiera que solo me veas como la persona que suplanta a tu padre, sino como un amigo, ¿Qué te parece?- Las dos mujeres de la familia trajeron la cena.
- Me parece bien.- Dije al momento en el que me levanté a servir la bebida, nuevamente, en cada copa de cristal.
- Propongo un brindis... por Shiroyama.- Nos sonreímos el uno al otro y brindamos entre todos.
-Salud!- Dijimos al unísono.
Nos sentamos y saboreamos del platillo especial de mi madre, Katsudon.
El katsudon es un filete de cerdo empanado, pero servido sobre arroz con huevo revuelto y especias por encima. Este plato tiene una curiosa historia detrás, y es que popularmente se toma como 'amuleto'.Esto se debe a que en japonés, katsu es homófono del verbo 'ganar'. Básicamente, uno de los platos más ricos de Japón.
- Shima, ¿Vamos a descansar?- Había propuesto Saeko al terminar de cenar.
- No, no, no...Takashima, tu te quedas aquí mismo.- Ordené.
- Vamos Akira, no seas tan celoso.- Dijo Takashima. Mis ojos se abrieron más de lo común, parecía un americano.
- ¿Celoso, yo?- pregunté, entre risas.- Es mi hermana, inútil.- Volví a mi estado serio.- Y no quiero que ella te corrompa o arruine nuestra amistad, como lo hizo con Tanabe.-Le eché aquel suceso en cara a mi hermanita. Ella solía salir con mis amigos o conocidos, pero nunca duraban mucho tiempo y terminaban. Luego, ellos no se podían acercar ni a la puerta, solo para no ver a Saeko.
- Akira, deja que ellos hagan lo suyo. Tu tienes a Takanori, por algo lo invitaste.- Mi madre es bromista cuando quiere. Taka y yo nos miramos unos segundos, para después, rechazarnos con la mirada.

ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora