Capítulo 27

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Cap. 27 *Narra Pablo*

Os recomiendo escuchar "Emocional de Dani Martín" mientras lo leeis <3.

-Pablo, quizás te gustaría saber esto... creo... que... estoy embarazada...

No. No. No. No. No puede ser. ¡No! Ella. Ella con un hijo. No. No. No. No puede ser. Se acabó. Se acabó todo lo podría ser nuestro. No habrá ningún futuro posible para nosotros juntos. No. Todo acabó. Se fue. Se fueron todas la oportunidades que podría haber tenido con ella. Todo se fue. Todo se fue al traste. Todos mis sueños con ella al lado, todos los maravillosos segundos junto a ella, todas las veces que nos he imaginado a los dos juntos... Todo se ha ido con una sola frase. Una frase que ha roto todas mis esperanzas.

-¡Enhorabuena! - le respondo, intentando parecer lo más feliz posible, aunque por dentro me haya roto es diez mil pedazos.

Y la abrazo. Quizá para ocultar mis lágrimas o quizá intentando consolarme a mí mismo.

Ya no habrá ningún futuro junto a ella. Solo existe el pasado. Un pasado corto y triste. Un pasado negro que ahora tendré que olvidar. Y ahora... ¿qué hago? ¿Qué hago con todos los momentos y los recuerdos?, ¿qué hago con los que vendrían? Ahora me toca volver a aprender como olvidar, como dejar de querer, borrando bien cada huella que quedó en el camino. Al fin y al cabo, igual que ha venido se ha ido: con una simple mirada en un concierto empezó y con una simple frase todo acabó. El regalo que la vida me puso, ahora se fue. Se fue. Todo se fue. Y, ¿qué hago yo ahora con tanto dolor? Tanto daño...

Desearía poder olvidar. Desearía poder volver a empezar. De cero. Con ella o sin ella. Aunque la primera opción es imposible ya.

Tras esto, todo para mí da un giro inesperado. No sé qué hacer. No tengo fuerzas para nada.

Con la escusa de acomodar las maletas en la habitación me alejo de ella. No puedo tenerla delante si quiero pensar con claridad. No puedo mirar sus azulados ojos, ni su cara aniñada, ni su sonrisa. Ni mucho menos su cintura sabiendo que ahí lleva algo que, a pesar de no tener culpa de nada, me ha separado de ella. Y a ella la ha unido a una vida junto a un hombre que no la merece. Pero... ¡qué digo! Ella no va a volver con ese. No debe. No puede. No puede volver a una vida bajo su sombra. Eso es algo que también me aterra. No la puedo dejar volver a eso. Como "amigo" suyo no puedo permitirlo.

Mientras me acomodo en la habitación, pienso sobre qué poder hacer. Quizás debería volverme a mi Málaga y olvidar como al fin y al cabo tendría que haber hecho.

Por alguna extraña razón, algo dentro de mí me dice que no me rinda y que siga. Pero ya no sirve de nada. Ya perdí. Mi tiempo se acabó. Ahora sólo me queda una retirada y olvidar algo que me ha hecho feliz...

No puedo evitar no imaginarme cómo será ese bebé. Su bebé. Si tendría sus ojos sería precioso de verdad. Algo por lo que cualquier padre se hubiera sentido orgulloso, excepto el padre que tiene... Tampoco puedo evitar no imaginarme como hubiera sido un hijo entre nosotros, con su sonrisa, mis rizos, sus ojos y una preciosa voz para cantar... Pero eso es algo que yo no debería ni pensarlo. Nunca pasará. Entonces, me asalta otra duda... Un hijo mío, ¿como sería?, ¿se parecería a mí?, ¿quién sería su madre? Siempre he querido ser padre. Pero padre es una palabra tan grande...

Por un momento, pienso: si todo fuese diferente y ella y yo hubiéramos acabado juntos, si el hijo fuese mío, ¿me haría ilusión? Por supuesto que sí, aunque seamos jóvenes, sería lo más bonito del mundo. Y, si me viera en la situación, ¿Sería capaz de aceptar ese bebé como mío? Eso es algo que ya no tengo tan claro, pero supongo que la respuesta volvería a ser una afirmación.

Un beso, un te quiero y una canción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora