Dejamos el Pasado Atrás.

El Ataque. ¿Mereció La Pena?

Capítulo corregido.

5. El ataque, ¿mereció la pena?

P.V. Hermione.

Los días estaban pasando de forma lenta y rutinaria. Por una parte, con Ronald, la situación seguía igual, ni él nos hablaba, ni nosotros le hablábamos a él, y para colmo, la cosa no queda ahí, sino que Ginny y él discutieron la noche que les dejé en la sala común, y desde entonces no se hablan tampoco, lo cual me preocupa un poco, pues estoy segura de que si Molly se entera de esto, no le va a hacer mucha gracia. Del mismo modo, Harry está confuso por la actitud del pelirrojo. Me ha dicho que va a intentar razonar con él, a pesar de que ambos sabemos que a cabezón no gana nadie a Ronald. Además, Luna y Neville siguen felices el uno con el otro, lo que sumado a que Seamus está con una chica de Hufflepuff, Megan Jones, supone una cita en parejas seguro, no por nada, conocemos perfectamente a Megan y lo romántica que puede llegar a ser a veces.

Para terminar este pequeño resumen de estas semanas, mi situación con las serpientes ha mejorado mucho, en muy poco tiempo, todo hay que decirlo. Malfoy va la mayoría de las noches a mi cuarto y nos quedamos hablando hasta tarde, aunque esto todavía solo lo sabemos nosotros dos. Con Anthony, el chico del ED, no volví a hablar desde aquel encontronazo en el pasillo, lo que me lleva a preguntarme la razón de tal acto, y finalmente, con Peter las cosas iban genial, es un niño muy alegre, que a pesar de tener pocos amigos, procura tenerlos siempre contentos, además, me pidió que le ayudara con pociones y en este mismo instante, estábamos en la biblioteca, inmersos en el asunto.

-¿Herms? -me preguntó él enfrente mía, yo solo levanté la mirada con una pequeña sonrisa, disfrutando del a confianza que había entre nosotros. Porque sí, todo el mundo me llamaba "Herms", "Hermy" y cosas por el estilo, pero nadie lo hacía con tanto respeto como Peter- ¿Te molesta estar aquí conmigo?

-No -respondí yo, completamente descompuesta, dejando la pluma a un lado y cruzando mis brazos en la mesa- ¿Por qué lo dices?

-Porque eres mayor -miró la mesa y le dio vueltas a la pluma con los dedos, mientras sus mejillas adquirían un gracioso tono rosado- Y seguro que prefieres estar con tus amigos que aquí conmigo.

-Deja de decir tontadas -le sonreí y agarré su mano por encima de la mesa, dando un ligero apretón a la misma- Me he comprometido a ayudarte, pues te ayudo sin ningún tipo de problema.

-¿Enserio? -él sonrió de oreja a oreja, consiguiendo que me contagiara.

-Claro -volví a coger mi pluma y seguí con mis tareas de transformaciones- Además, mis amigos son tus amigos, ¿vale?

-Vale -volvió a escribir en su pergamino- Eres buena, Herms.

-Gracias -volví a sonreírle, completamente enternecida con sus palabras.

Mientras seguíamos a lo nuestro, alguien entró en la biblioteca, lo que llamó mi atención. Pues todavía hacía buen tiempo, por lo que lo común era que estuvieran todos en los jardines de la escuela. Por lo que levanté mi vista, Ronald, nos vio, y se acercó a nosotros. Se avecinaban problemas, y mi sexto sentido femenino me lo estaba diciendo.

-Vaya, sangre sucia -sonrió y se sentó en una silla girada, al lado de Peter- Ahora también les haces sus tareas... que bonito.

-Ronald -murmuré, cruzando mis manos con los codos apoyados en la mesa- Si has venido a molestar, puedes irte por donde has venido, porque no estoy dispuesta a entrar en tu juego.

-Solo venía a advertirte -dijo sonriendo e imitando mi gesto- Aléjate de las serpientes, o cuando lo hagas será demasiado tarde.

-Eso, Ronald -agarré mi varita y me levanté lentamente- Es mi problema, y tú ya dejaste muy claro tu posición respecto a mí, por lo que ahora, si me haces el favor de marcharte, mejor para todos.