Error, weón

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Nicolás

Conchetumare... ¿Dónde estoy?
No me acuerdo de como volví a mi casa, weón.
Recuerdo haber salido de ella pero... No me acuerdo de como llegué.
Bueno... Lo importante es que estoy aquí, en mi dulce hogar.
Me levante con cuidado de mi cama y me doy cuenta de que tengo puesto lo que utilice ayer, hasta las zapatillas. Al poner los pies sobre el suelo, mi cabeza rebota como una bola de básquetbol.

Conchesumadre... Caña culia.

Los rastros del reventón de la noche se hicieron presentes. Mi cabeza y cuerpo estaban en guerra, dolían como nunca. Soy como un panal de abejas, cualquier cosa va a hacer que exploté. Y cuando utilizó esa expresión me refiero a mi cabeza.
Dicen... La gente dice que un poco de sprite te quita la caña.
Espero que funcioné.
Tome la botella de sprite del refrigerador, había sobrado del día de ayer. Me serví un poco y lo bebí con gusto. Pero... Porsi las moscas, puse el hervidor.

Camine hacia el living, y mientras me alejaba podía escuchar cada vez más despacio el hervidor.
Tomé casa cosa, queriendo dejar cada cosa en su posición adecuada. Los vasos usados y otros con un poco de copete, los bote.
Cada vez iba dejando más ordenado el lugar.
Solo faltaba una limpia de piso y una pasa de paño por ahí, y quedamos listo.
Pero... La paja me gano. Así que fui a la cocina y me prepara un café. Tomé la taza entre mis manos y pude sentir el calor... Mi cabeza dolía... Sentía nostalgia, quería al Jaime.
Pero... No, weón. Esa wea ya no puede ser.
Rápidamente me tomé y el café y seguí limpiando.
Pasaron unos 29 minutos y ya tenía el living listo, al igual que la cocina.
Ahora no me tendría que preocupar para cuándo llegarán mis viejos.

Vi la hora... 12:22, tengo que ir a la U, fue lo primero que pensé.
Tenía clases, almorzaría allá.
A seguir con la vida.
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Mis oídos se sentían invadidos por tanto escuchar el sonido del motor de la micro, y de cada wea que la gente hablaba a mí alrededor.
Era un día nublado. Si mirabas el cielo, se podía ver una capa de nubosidad gris. A pesar de todo, quería que lloviera.
Pasaron unos 10 minutos y decidí a sacar mi teléfono y mis audífonos. Conecte estos en el aparato y puse la primera canción que se me paso por la mente. Creó que era ideal para el momento, decía cosas que se me eran difícil de expresar. Use Somebody de Kings Of Leon, comenzó a sonar. La melodía acariciaba mi oído y la letra... mi hacía pensar.

Someone like you..
Alguien como tú...

¡Alguien como tú, Jaime y la reconchetumadre! ¡He dejado caleta de weas por ti, saca wea! ¡Y la wea, es que te sigo queriendo cabro culiao. Yo ahora podría estar culiandome con una mina! ¡Pero no! ¡No! ¡Me fijo solo en ti! ¡Ahora ni siquiera encuentro ricas a las minas...!

Ahh...
Ya, no puedo...

  Mire por la ventana y apoye mi cabeza en está, la canción estaba por terminar y  ya quedaba poco para llegar a la U.

Por la ventana me fije en la gente que pasaba por fuera.  De la nada me fije en dos weones, que disimuladamente se tomaron de la mano. Creó que así me debo a ver visto con el... weón. ¡No! No, diré su nombre, el loco ahora es el innombrable.

Pasaron unos 5 minutos y al fin llegué... Me baje del vehículo, quedando en frente de la universidad. Ya me queda poco... 
Ya estoy a meses de salir de la U... Al fin, conchetumadre.
Me podre ir, olvidar a mi viejo, weón. Podre ser feliz... dedicarme a lo que me gusta, sin tener que pagarle nada a ¡nadie!

Después de cruzar la calle y entrar al establecimiento, me dirigí al departamento de mi carrera. Tenía clases en una de las clases del lugar, ya que el profe era nuevo y nunca encontraba sala en dónde hacer clases. Me gustaba el profe... era simpático, el culiao. Siempre positivo, en muchas ocasiones nos decía que nosotros éramos tan jóvenes... que disfrutáramos la vida porque esta era un problema, un gran nudo pero era el nudo más hermoso del mundo. Tenía tantos caminos...
Yo antes... siempre decía que por que iba a escuchar a un weón de 60 años hablar weas fletas. Esas weas son mariconas. Pero ahora, creó que todo lo que he pasado me ha servido para madurar. Encontrarme a mí mismo de forma más adulta. Ya no vista de forma tan niño, no tan infantil. Ya no soy el cabro chico que si se caía en el nudo de la vida, su madre vendría a ayudarlo altiro. Ahora ni cagando viene mi mamá... Yo creo que por eso me fije en el Jaime... el me daba esa seguridad que había perdido. Cuando me sentía solo... cuando sentía que ni mi vieja me iba a ayudar porque mi viejo me tiraba pa' bajo, él estaba ¡ahí! El Edgar también siempre ha estado para mí, pero con el Jaime es distinto, el me entrega una fuerza que me motiva a seguir adelante. Ahora que el ya no participa en mi vida, no tengo motivación para seguir adelante. Esa fuerza en mí, ya no existe.

Eres mi pololo o mi pololo, elige (JaiNico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora