FEARLESS (Draco Malfoy)

Capítulo 14. En algún lugar

Perdido en la oscuridad esperando recibir una señal, pero sólo hay un profundo silencio. ¿Puedes escucharme gritar? Mi esperanza no se irá, necesito saber dónde estás, sólo estoy seguro de que en mi corazón por siempre estarás. Voy a encontrarte en algún lugar, no descansaré hasta que muera, sólo necesito saber lo que te ha pasado, la verdad me liberará.

¿Cómo había sido posible que Logan metiera mi nombre? Él no me haría eso, no, tenía que ser un error, debía de estar soñando. Alcé mi vista y me di cuenta de que Voldemort tenía su mirada fija en mí, sonrió malévolamente mostrando sus amarillentos dientes, una escena realmente desagradable –Annia– dijo acercándose a mí –creí que no te volvería a ver– me alzó del suelo con su varita y tomó mi cara con una de sus huesudas manos.

–¡Aléjate de ella!– gritó Harry, Voldemort lo miró y fue hacia él.

–Casi me olvidaba de ti– dijo caminado hasta él y lo liberó de la estatua –aguarda un segundo, deja termino con este chico– me dijo, miré a Harry, se estaba levantando –toma tu varita, Potter, no quiero matarte tan fácil– él corrió hasta su varita que estaba a mi lado y en cuanto se alzó, Voldemort lanzó un hechizo al igual que Harry, sus varitas se conectaron, dos luces blancas salieron del centro y se colocaron junto a nosotros, eran los padres de Harry.

–Debes romper la conexión, cuando eso pase deberás tomar la copa y salir de aquí– le dijo su padre –nosotros lo distraeremos pero sólo por unos segundos–

–Saca a Annia de aquí– le pidió su madre –ahora suelta tu varita– Harry negó con la cabeza –estás listo, mi cielo, hazlo– apartó su varita y cayó al suelo junto a mí, la apuntó hacia la copa y me tendió la mano en cuanto la iba a tomar sentí que me arrastraban lejos de su mano.

–¡Harry!– chillé, él me miró espantado y luego miró a Voldemort, igual lo hice y vi que se había liberado y buscaba con la mirada a Harry –¡vete de aquí!– le grité –¡ahora!–

–¡No, no me iré!–

–¡Te mataré Harry Potter!– Voldemort alzó su varita hacia Harry.

–¡Toma la copa, Harry!– grité mientras seguía siendo arrastrada, me elevaron del suelo y me alejaron del cementerio –¡Harry! ¡Harry!– chillaba, me arrojaron al suelo de una habitación y cerraron la puerta. Todo estaba oscuro, escuché un grito proveniente de Voldemort, abracé mis rodillas y comencé a temblar, estaba demasiado asustada como para llorar, lo único que quería era abrir los ojos y aparecer en mi sala común. La puerta se abrió de golpe y vi a dos mortífagos frente a mí, los padres de Logan y Draco, me miraban desde lo alto con autosuficiencia.

–Levántate– ordenó el señor Malfoy, vacilé un momento y luego comencé a incorporarme con ayuda de la pared, no dejaba de temblar, pero no quería que supieran que tenía miedo, respiré hondo y cerré mis puños.

–¡Son unos inútiles!– gritó Voldemort desde afuera y luego entró a la habitación, sus ojos rojos brillaban en la oscuridad –la próxima vez que lo tenga enfrente lo mataré–

–Escapó– musité y miré al suelo.

–Mi señor, ¿qué haremos con la chica?– preguntó el señor Grey.

–Ocúltenla en una de sus casas– ordenó el señor tenebroso –manténganla ahí hasta que esté lista–

–¿Lista para qué?– intervine, él me miró.

–Todo a su tiempo– sonrió con malicia y apuntó su varita hacia mí –Obliviate–

Draco