14-Heridas

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Tonks se levantó con el cabello rosa chicle, había soñado con Remus. Sacudió su cabeza para tratar de alejar los pensamientos pero no pudo.
-¿Puedo pasar? -dijo Andrómeda asomándose por la puerta.
-Claro mamá- dijo Tonks mientras le hacía un lado a su madre para que se sentará a su lado.
-¿Por qué ese color de cabello?
-Yo... no lo sé, supongo que tuve buenos sueños.
-¿Segura que no es por Remus?
-¿Qué? ¡MAMÁ! Por el amor de Merlín.
-Ayer tu padre y yo notamos la manera en la que se miraban y la forma en la que te tomó de la cintura...
-Mamá, eso lo hace todo el tiempo... No pongas esa cara, él lo hace porque siempre está a mi lado cuando voy a caer, él me a ahorrado muchas caídas.
-A tu papá y a mí no nos gusta la forma que esta tomando su relación, así que seré directa- Andrómeda tragó saliva -¿Sientes algo por Remus?
-¿Estas segura de que podrás con la respuesta?- dijo Tonks mientras Andrómeda asentía -Sí, siento mucha admiración, respeto, cariño...
-No juegues. Sabes a lo que me refiero.
¿Que caso tenía esconder su amor por Remus a su madre?
-Sí mamá, si te refieres a sí me gusta... sí lo hace... No sé en qué momento comencé a sentir algo por él. Quiero estar con él todo el tiempo, quiero platicar con él, lo quiero- la voz de Tonks perdía fuerza -pero ni te preocupes... él no me hace caso.
-¿Te estas escuchando? Tú sabes que él es un Licantropo. Es trece años mayor y por si fuera poco no puede mantener un trabajo estable...
-¿En verdad me estas diciendo eso? Tú, Andrómeda Black, una sangre pura que dejó todo por un nacido muggle... ¡Un Huff! Mamá, pensé que me ibas a comprender, pensé que tu me apoyarías, que tu me darías consejos. Creo que están formando una tormenta de algo que ni siquiera está pasando.
-No es lo mismo -Andrómeda se levanta de la cama y se paraba levantando la cabeza, después de todo nunca había dejado de ser una Black -. Haz el favor de no decirle a tu padre... -dijo Andrómeda vacilante- ... Y no te quites el anillo. Baja a desayunar.

Remus se levantó y se metió a bañar pero como era de costumbre Sirius fue a golpearle la puerta con lo que tuviera en la mano.
-Una sola vez, Canuto. ¡Una sola vez deja que me bañé en paz!- decía Remus mientras salía al pasillo.
-Ya cuando tengas tu casa con Tonks, te bañaras en paz...- Sirius cerraba la puerta mientras se caí a carcajadas.
-¡Eres un imbécil! Abre la puerta.
-¿Profesor?, Buenos días -dijo una voz tras el.
-Ginny, Hermione, buenos días. Lamento que hayan escuchado eso -el tono de Remus regresaba a ser el de siempre.
-No se preocupe, profesor -dijo Hermione mirando al suelo con una sonrisa.
Remus sonrió y las chicas lo miraron atentas. Fueron unos cuantos minutos ya que se empezó a generar un silencio incómodo.
-Chicas, ¿puedo ayudarlas en algo más?
-No profesor, no le quitamos más su tiempo.

Y así el día transcurrió sin anormalidades. Llegada la noche las felicitaciones comenzaron ya que Hermione y Ron fueron elegidos Prefectos.
-Yo nunca fui perfecta. El jefe de mi casa decía que me faltaban cualidades indispensables... como la capacidad de comportarme -dijo Tonks alegre.
-¿Y tú, Sirius? -pregunto Ginny.
-A nadie se le habría ocurrido nombrarme prefecto porque pasaba demasiado tiempo castigado con James. El bueno era Lupin, a él si le dieron la insignia y el premio anual-. dijo Sirius entre risas.
-Creo que Dumbledore albergaba esperanzas de que yo ejerciera cierto control sobre mis mejores amigos -dijo Remus sonriendo-. Ni que decir que fracase estrepitosamente.
Tonks miraba divertida a Remus, ya que el hablaba seriamente con Hermione sobre los derechos de los elfos. El tiempo paso y Molly subió a su cuarto, como la luna se acercaba los sentidos de Remus se agudizaban. Fue entonces cuando escucho las voces alteradas de Molly y Harry.
-Algo sucede ahí arriba- dijo poniéndose de pie seguido por Sirius y un molesto Ojoloco.
-Les he dicho mil veces, ¡alerta permanente! - gruñó Moody, pero Remus no lo escucho pues había subido corriendo las escaleras de dos en dos dejando atrás a Sirius y a Moody, en esos días Remus era más fuerte, más veloz y más ágil que cualquier otro.
-¿Que esta pasando aquí? -dijo Remus cuando vio el cuerpo de Harry, después volteó y vio a Molly y a Harry vivo. El entendió de inmediato-¡Riddikulo! -dijo Remus con voz clara y firme.
Una esfera plateada se elevó y Remus, con un movimiento de varita la desaparició, para después abrazar a Molly.
-¡Los veo muertos continuamente! -decía Molly mientras lloraba aferrada a Remus-. La mitad de la familia está en la orden, si salimos vivos de esta, será un milagro... y Percy no nos dirige la palabra, ¿y si le pasa algo espantoso antes de que hayamos hecho las pases con él? ¿Y que sucede si morimos Arthur y yo? ¿Quién cuidara de Ron y Ginny?
Remus ya había dejado que se desahogara, porque sabía que le hacía mucha falta, pero era hora de que se tranquilizara.
-¡Basta, Molly! Mira, no puedo prometer que nadie vaya a resultar herido, eso no puede prometerlo nadie. Y respecto a eso de quien cuidaría de Ron y Ginny si faltan Arthur y tú ¿qué crees que haríamos, dejarlos morir de hambre? - dijo Remus mientras sonreía recordando todas las veces que Molly le a quitado el hambre.
-Que tonta soy- dijo la señora Weasley.

En la noche cuando ya todos se encontraban en sus cuartos una luz alumbraba el salón. Era Remus, quien leía algo sobre metamorfomagos.
-¿Que haces aquí tan tarde?- pregunto Tonks.
Remus se extrañó, ya que no se había percatado de su presencia y cuando recordó lo que estaba leyendo cerro el libro y lo puso entre sus brazos.
-Estaba leyendo, ¿tú qué haces aquí?
-Pues yo bajaba a tomar leche caliente, no puedo dormir. ¿De qué es tu libro? -dijo Tonks acercándose a donde estaba Remus.
-¿Por qué no podías dormir? -dijo Remus levantándose de su lugar y colocando el libro tras su espalda.
-Porque las chicas me contaron del boggart y ... no sé, creo que comparto el miedo de Molly. No puedo imaginar lo que un hijo sentiría al perder a sus padres en una guerra- Tonks cruzó los brazos- ¿Qué estabas leyendo?
-No tienen porque preocuparse, ya no es como antes.
-Remus...
-¿Si Tonks?
-¿Que estabas leyendo?- Tonks se acercó a él y trató de tomar el libro.
-Nada, sólo es ... ¡es muggle! - dijo el licántropo levantando el brazo, Remus estaba entre los más altos de la Orden así que el libro se alejo considerablemente del piso.
-En verdad, quiero verlo. Desde siempre me ha gustado la literatura muggle -decía Tonks saltando para alcanzar dicho libro.
-No.
-Accio libro -y el libro fue directo a las manos de Tonks- Metamorfomagos, ¿por qué lees esto?
-Curiosidad -Remus sentía su cara roja -porque me gusta.
-Puedes preguntar lo que quieras, Remus -Tonks se había acercado a él- ¿Lo sabes, cierto?
-Claro que sí -Remus se había acercado más a ella, casi podía sentir sis labios sobre los suyos.
-Tienes unos ojos muy peculiares -Tonks posó su mano derecha en la mejilla de Remus.
Remus gritó, gritó como hacía mucho tiempo no lo hacía, grito como si lo quemaran y eso había pasado... El anillo de plata que tenía Tonks quemó la piel de Remus. Gracias a Merlín la madre de Sirius no se despertó.
-¡Maldición!- Remus se tocaba la mejilla sangrando- ¿Qué traes en la mano?
-Yo... Remus lo lamento -y alzó la mano para que Remus lo notará- Me lo han dado mis padres y... y-yo no pensé que fuera a causarte daño.
-¿Tus padres? ¿cuándo?
-Sí, el día que me acompañaste a su casa. No entiendo ¿Remus, qué pasa?
-Pasa que tus padres me quieren lejos de ti. Te han dado un anillo de plata, la plata es dañina para los licántropos, nos causa quemaduras -dijo Remus señalando su mejilla-. Diles que entendí el mensaje.
-Remus, me lo quitaré... y-ya está- Tonks sostenía entre los dedos el anillo-. Fin del problema.
-Puedes ponértelo, no volverás a tocarme -dijo Remus tan cortante como nunca.
Y sin mas dejó a Tonks sola en el Salón. Cuando Tonks lo vio alejarse su cabello se tornó rojo, invocó tinta y pergamino y comenzó a escribir una carta a sus padres.

La carta decía:

¡Felicidades! Su plan dio resultado. Le provoque una quemadura de tercer grado a Remus, todo gracias a su mente cerrada. ¿No se dan cuenta de que pude herirlo de una manera peor? Pensé que ustedes me apoyarían pero veo que no. Sólo están logrando que yo me aleje.

N. Tonks.

Terminó la carta y se las envió a sus padres.

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