Meghan es la típica adolescente renegada que nunca creyó en el instituto o no sé, la humanidad.
Solo imagínense como es ser criada por un padre atractivo y enamoradizo que pensó que la madre de Meghan estaría junto a ellos por lo menos una semana.
Pero se equivocó. ¿Esas cosas pasan, no?
Algunas madres no nacen para ser mamás.
Y Pamela Wilson es el vivo ejemplo.
Pero en uno de esos giros del destino Pamela hace caso a su remordimiento y decide hacer lo que ella cree que es correcto.
Y eso es juntar a sus tres hijos bajo el mismo techo.
Ahora Meghan no solo tiene que compartir apartamento con sus hermanos que apenas se enteran de su existencia, si no que los tres son polos apuestos.
Y por si fuera poco su idiota medio hermano tiene la gran idea de invitar a vivir a sus dos mejores (E idiotas) amigos junto a ellos.