El extraño viaje

El comienzo de la locura

Cuando abrieron la puerta todos se asombraron de ver la razon de todo el ruido. Dos mujeres se encontraban en una cama, una estaba amarrada de manos y pies a merced de la otra la cual estaba disfrutando de tener a la otra a su merced su cara de locura llena de placer mientras tocaba sus pechos y una de sus manos bajaba a la entre pierna de la inocente que derramaba unas cuantas lagrimas de no poder hacer nada. Todos quedaron impactados con tal escena el perro que entro junto a los demás ladro sin razón alguna y el muchacho reaccionó y vio que la joven de pelo largo que estaba en tal acto no se percato de quienes habían entrado mientras que la inocente miraba con cara de tristeza y de suplica buscando ayuda, asi que el reaccionó y se fue a quitar a la joven de pelo largo lo mas rápido que pudo tirandola al suelo las dos mujeres desnudas quedaron en total silencio, las demás aun seguian impactados y solo se quedaron mirando durante ese momento hasta que optaron por juntar una de las prendas que estaban en el piso y se la pusieron a la que se encontraba en el suelo mientras que el muchacho se quito la camisa para ponersela a la que se encontraba en la cama para asi desatarla con más comodidad para él.
La pobre aún lloraba mientras la desataban y cuando termino el muchacho de desatarla ella con desesperación se quito la mordasa que tenía en la boca y lo abrazo con miedo de que la otra intentara algo mientras le decía gracias una y otra vez entre lágrimas. Las demás intentaron ayudar a la que aún se encontraba en el piso asombrada aunque desde el principio los que entraron nunca pudieron verle la cara por el pelo que se encontraba tirado por su rostro, la que abrio la puerta intento quirarle el pelo del rostro para preguntarle si se encontraba bien y antes de que lograra tocarle el pelo ella se levanto camino hacia donde estaban sus ropas, las tomo y se fue de la habitación desnuda sin decir una sola palabra, todos quedaron en silencio y solo se oia a la pobre victima aún llorando y diciendo gracias en brazos de quien se diría la salvo.