Capitulo 27

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Jodie's P.O.V

La luz se hace de nuevo en mis ojos, miro a mi alrededor sin mover ningún musculo. Todo esta tan tranquilo, escuchó una que otra pisada, pero el sonido de ellas es difícil de escuchar en ciertos momentos, intento recordar que fue lo que paso y ¿que diablos hago en el piso? Hasta que todo viene a mi mente en un santi amen.

Intento levantarme lo mas rápido que puedo del suelo, pero me es algo casi imposible por el dolor que siento en mi espalda al moverme, un quejido casi sordo sale de mis labios.

-Maldito rubio.-escupo con enojo.

Ya estando de pie trato de quitar un poco el dolor que se presenta en mi espalda estirando cada uno de mis músculos. Hecho esto, el dolor disminuye, no del todo pero es soportable por el momento. Lo único que me preocupa es el chico blondo que se esconde como una puta gallina quien sabe donde, esta colmando mi paciencia como todo chico que ha estado aquí. Que por ello han muerto en mis manos, por mis propias manos.

-Ay rubio, no durarás mucho aquí.

Digo mientras camino fuera del cuarto, busco alguna señal de aquel imbécil que ronda por la casa, me hace difícil esto. Camino con lentitud por el pasillo; buscando algún movimiento, alguna señal, no es que pida que me grite que se encuentra en algún lugar en especifico, pero venga que mi casa no es tan grande como para perderlo. Esto ya lo he vivido mas de una vez, venga Jodie no es tan difícil.

Detengo mis pies ya estando al final del pasillo, observo y escucho con atención. De la nada el sonido de una puerta cerrarse se escucha.

-Bingo.-susurro, mientras una sonrisa aparece en mi rostro.

Camino con lentitud al lugar donde escuche el ruido, antes de llegar al pasillo me escondo solo donde puedo ver al rubio dándome una perfecta vista de su espalda. Lo veo acercarse a la ultima puerta, la puerta que es prohibida por el momento, camino hacia el sin que me note o se de cuenta de que me encuentro caminando hacia el.

Esta abriendo la puerta...

-Oh cariño, no te gustara saber lo que hay ahí-pienso.

Enciende la luz, su cuerpo se congela justo donde se encuentra.

-Sabes, dicen que la curiosidad mato al gato.

Su cuerpo se tensa mas de lo que estaba, no se mueve, no se voltea, no hace nada mas que estar quito en su mismo lugar, tomo con cuidado un jarrón que se encuentra aun lado mio en una mesita. El jarrón no tiene nada dentro por lo cual es lo primero que tomo, lo levanto; preparada para estrellarse lo en la cabeza y dejarlo inconsciente. Pero mis planes se ven arruinados al momento que voltea con rapidez y golpea de una manera muy agresiva mis manos, causando que el elemento de vidrio salga volando de mis manos, se estrelle en la pared y caiga al suelo convirtiéndose en muchos pedazos de vidrio.

La furia me invade por que me he dado cuenta que es la primera vez que no puedo tener todo en mis manos, que no puedo controlar mis actos, que no tengo el control para manejar esta situación.

-¡Fue suficiente!-grito con fastidio.
Me abalanzó contra el y lo tomo del cuello tratando de asfixiarlo, el toma mis muñecas apretándolas con fuerza para así soltarse de mi agarre, el dolor se hace presente por lo cual quito mis manos y sin darle tiempo a nada, mi puño ya esta en su mejilla derecha, el voltea y caigo al suelo, me incorporo lo mas rápido que puedo y lo empujo no le doy tiempo de nada pues trató de que mis golpes le lleguen lo mas rápido posible, otro puño recibe de mi parte en su mejilla derecha.

-¡Hija de puta!-se queja, sus mejillas tienen un tono rojizo.

-¡Esto es para que aprendas que conmigo no harás lo que te plasca!-mi puño viaja a su abdomen.

-¡Ah mierda!-vuelve a gritar y abraza su abdomen.

-¡Esto es por hacerme enojar!- le doy otro.

Todo sucede tan rápido cuando...

De un momento a otro siento un dolor horrible en mi mejilla, arde como los mil demonios, el acaba de golpearme...me ha golpeado. Regresó mi vista al rubio, su cara de enfurecimiento es increíble, estoy tan sorprendida igual que el, fue capaz de golpearme, tuvo el valor suficiente como para hacerlo, estoy estupefacta y muy enojada, me alejo unos centímetros de el.

-Oh, esto acaba de ponerse serio.







El ático °nh°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora