El comienzo del final

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Un invierno como cualquier otro, mis tres amigos y yo decidimos ir de vacaciones a un lugar especial. Una cabaña. Y si, en el medio de una montaña, nos gustaba la idea de la nieve. El lugar no era solo un pedazo de cabaña, sino que era un terreno completo y todos para nosotros. O eso creíamos.

Decidimos en hacer habitaciones de a dos, ya que esta cabaña solo consistía en estas. Carto y yo, Lucas, dormimos juntos en una, mientras que Santiago y Matias, durmieron en la otra. También quedamos en juntarnos en una habitación a las once. A esa hora los pasillos de la casa daban miedo, soy sincero, ya que estos estaban oscuros y silenciosos.

Nos tomamos unas horas para apreciar todo este terreno, para ver, desde lo mas pequeño, hasta lo mas notorio de la cabaña. Aunque también paseamos por el exterior. Naturaleza pura, un pasto verde inundaba todo el exterior, aunque la nieve no dejaba mucho ver este.

Identidad no tan secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora