Déjame escribirte y enredarte en mis pensamientos, déjame acariciarte con mis palabras, esas que se enamoran de tus silencios. Deja que mis ojeras se nutran de tu ausencia, déjame sentir tus dedos fríos recorriendo mis mejillas. Te siento tan distante y a la vez tan dentro de mi alma. Podría viajar a la luna sin usar un traje espacial cuando te pienso.
Siento tus manos fuertes y tiernas como un algodón rozando mis caderas, tu firmeza y tu fuerza me hacen sentir protegida. Eres vida en un mundo de muertos, eres felicidad en la melancolía de mi vida. Déjame sentirme amada aun sabiendo que todo es una mentira.
Sedúceme, con palabras.
Acaríciame, con sonrisas.
25 de octubre del 2012.