Amistades y enemistades

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Cuando por fín me pude quitar el gran nudo que tenía en el estómago, y que ascendía hacia mi garganta, el chico ya se había encendido un cigarrillo.
Creo que se dió cuenta de que lo estaba mirando con una cara rara pero no dijo nada.

Yo..me llamo Thomas. -dije con cierto nerviosismo- Oye, ¿se puede fumar aquí?

-Jamie se puso a reír sin control- Pequeño Thomas, aquí vas a convivir con todo tipo de adolescentes problemáticos, que hacían y siguen haciendo cosas no muy recomendables. Yo te ofrezco mi amistad, más que nada para que no te metan puñetazos hasta matarte. Pero.. -levantó las manos- Nada de mariconadas, tengo piva.
Mañana será un día largo, te recomiendo dormir.
-dicho eso, salió por la puerta y me dejó turbado, perdido y lleno de rabia-

Una sombra del ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora