Lápices caídos

10 0 0
                                    

Siempre he tenido la necesidad de dibujar, escribir, de hacer algo con lápices, con mis manos, con colores.

Ahora siento un vacío en mi interior, mi inspiración para hacer todo esto con esos lápices era lo que veía a mi alrededor, pero ahora no veo nada, sólo veo una oscuridad que poco a poco me va consumiendo, no hay nadie ni nada, sólo estoy yo, con mi ego, mis groserías, mis tristezas, mi antipatía, mis defectos.

Esos lápices que tanto admiraba en cierto momento solamente cayeron, porque no le veía el sentido a escribir o pintar algo de mis defectos, defectos que simplemente odio, porque no me dejan seguir, ni avanzar.

Me puse a pensar ¿por qué esos lápices cayeron? es porque, oigo voces, voces de críticas, críticas negativas.

Intento asumirlas no como negativas, si no como constructivas, pero simplemente no puedo, porque esas críticas no son reales, yo no soy así como ellos dicen, no soy la persona que ellos creen.

Pero palabras me transforman, me transforman en una chica insegura, miedosa, sensible, depresiva.

Luego todos ellos se preguntan por qué ya no les confío ni les digo nada, es simplemente porque ya tienen un historial en mi cabeza, alguna vez fueron desgastando mi alma, y algún día la destruirán, estoy segura de eso, por eso siempre ando sola, o mas bien prefiero estar sola.

Nadie se libra de ser dañado, y simplemente llegué a tales niveles de daño, que ya estoy harta y cansada de ellos, estoy cansada de todos los rumores que se inventan respecto a mí y a la gente que quiero y valoro, pero la gente de mi alrededor no entiende eso, sólo quieren un chisme para que sea la sensación del día, el desastre del día, el daño del día.

Lo peor de todo es que el resto de la gente cree en esos chismes y siempre que te ven lo único que puedes alcanzar a ver es como se susurran palabras al oído, palabras falsas, palabras baratas.

Lo peor de esas palabras es que siempre terminan con una sonrisa de burla, como odio esas sonrisas... simplemente por el hecho que no son verdaderas, son un arma de doble filo para la víctima que las recibe.

Mis lápices cayeron porque estaba triste, tan triste que ni esos lápices me animaban como de costumbre, solamente me hacían ponerme nostálgica pensando en qué alegre yo era cuando esos lápices estaban en mis manos, mientras bailaban entre mis dedos, mientras yo recogía inspiración.

Estúpidos hipócritas... eso son una bola de hipócritas, no todos lo son, pero toda masa tiene sus excepciones, y en este caso las excepciones son muchas, pero aún así me fijo en lo oscuro, en lo negativo, en lo triste.

Pobres lápices, me pongo a pensar, ahora no pueden cumplir sus deberes diarios por el simple hecho que no tengo ganas de pintar algo con ellos, por el simple hecho que no soporto el peso que hay sobre mis hombros, por el simple hecho que me siento débil.

Vivo en un desorden, y con eso siento que todo se me escapa de las manos, me siento débil, sin voluntad, sin sentimientos.

Soy una inútil, ni siquiera puedo poner en orden mi espacio y mucho menos mi cabeza, es un asco.

Veo esos lápices caídos y mi tristeza vuelve... no puedo con esto, estúpida vida, pero no quiero acabar con mi vida, porque quiero ser fuerte, quiero despertar mi fuerza y volver a levantar esos lápices y crear nuevas pinturas, nuevos contrastes, nuevas emociones, para poder ver en el fruto de esos lápices, mi felicidad. 


ConfesionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora