Capítulo 11.- La mitología del Faisán.

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N/T: me vigilan... atrasé la publicación por que mi mamá me quitará mi celular si descubre que estoy escribiendo Yaoi.
N/T2: ¿Alguien sabe qué miércoles es un Faisán?... (inventaré su significado )
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Pronto, una ligera caminata dirigió al ojiceleste en una hermosa vista a la orilla de un balcón, para así, conectar con profundidad su encarnación en pos de sus sentimientos ..

El viento se había convertido en un manto de sigilo, mientras irrumpía con vaivén una melena dorada que desprendía un melancólico motivo de lágrimas.
Una atmósfera diferente convertía a la incoherencia y la desubicación en un planteamiento del sollozo desgarrador de Len. Las estrellas eran hermosas en un anochecer rojizo, y lo que tan seguido había roto el alma del pequeño ahora era un desahogo sofocante en su existencia.

Piko y Yuma mantenía distancia, sabían que su pecado estaba afectando a todos...

El recuerdo de aquellas palabras expulsando una cruel verdad sustanció los penetrantes significados que nunca quizo saber...
El diálogo... aterrorizaba su destino.

"-¡POR QUE LEN ES... -"

Podía sentir la angustia, la frustración, el miedo, la maldad; y el insuperable sistema idóneo que percibía al ver como la fantasía se iba convirtiendo con desdén en la realidad que afectaba el suelo inadaptable, donde se había obligado a pisar.

- ¿Ahora sí tendremos un contrato formal? - la apatía era una enemiga en Kaito, y el silencio de su pequeño era divergente entre los mínimos datos que todos accedían sin control alguno. Los brazos de Kaito invadieron el espacio personal de Len, y la intuitiva reacción fue detener aquel terrible derrame de lágrimas. La conmovedora escena encubrió aquella triste agonía traspasante, y un pequeño anhelo de esperanza nació...

- Entonces... tomamé... - el asombro compartió silencio, y una sonrisa ladina mezcló los ingredientes con el doble sentido en las minúsculas palabras expuestas en Len.

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El filo de una cuchilla fue culpable del gemido ahogado en las cuerdas vocales del rubio presente, Kaito sonrió, mientras la ausencia de vida solamente la llenaba un alrededor de velas negras abastecidas con el calor fulminante de una mecha sospechosa colorada en zafiro luminoso.

Las hileras carmines invadieron la muñeca de Len, al mismo tiempo que Kaito evitaba el desperdicio y retenía cada gota en un frasco transparente. Nuevamente, la cuchilla se incrustó en piel desconocida, y la explosión de sangre en Kaito fue sometida al encuentro dentro del mismo frasco.

-¿Creés que funcione, Kaito?. - sin aviso previo, las lágrimas de Len volvieron a invadir sus mejillas y su fluidez contaminó a su débil brazo. Una mirada bastó para titubear, ocasionando el impertinente sollozo de Len. El mayor acarició la mejilla del niño, y el estremecimiento de este fue totalmente predecible, seguido de admirar como el semblante de Kaito se enternecía por la vulnerabilidad de su preciado rubiecito.

- Funcionará... - la sangre de Len fue retenida, gracias a la presión puesta sobre su muñeca, con el agarre personal de su otra mano disponible. Por su parte, Kaito, regeneró su herida con simpleza; pues, se trataba de algo ligero en su sistema, lo cual era fácil de recuperar. Kaito cogió el frasco, y sumergió su dedo índice en aquel fluido espeso, de pronto la ocurrencia fue obsoleta al tocar los tiernos labios de Len con la sustancia cubriendo su dulzura. -Ahora bebe... Con esto, nuestro contrato nacerá hasta la eternidad, y nuestras almas serán sólo una... tu ser anterior se extinguirá; ahora, yo seré el único destinado a tí...
Tu unión con Gakupo desaparecerá, al igual que tu mortífero ser carnal genéticamente conectado a la de tu separación hermafrodita*... y tu inmortalidad será mía... ¿aceptas? - no había elección, la vida comenzaría de nuevo...

- Sí ...- un metálico sabor ahogó el placer de meditar la perdición consecutiva causada por la rebeldía distante a la manipulación del conformismo, mientras la inocente mirada perdía el color celeste y se componía, con dolor, de rojo intenso; el plan de Kaito iba tomando la forma de su propia estrategia.

- Buen chico... - la respuesta Kaito había estado buscado, apareció.
- Ahora estaremos juntos... - finalmente, el hierro se adentró en la garganta del peliazul, con un ardor confortable invadiendo nudos en ese mismo lugar.

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-¡Rei ~!, ¡lo necesitoooo~! - con la entonación agudizada, Oliver, aquel chico de cabello amarillo y cubierto de vendas, comenzó a hostigar su petición a la presencia de su amado. Las respuestas eran vagas, sin embargo, él tenía que informarle al subjefe lo sucedido anteriormente; la cuestión era que ni siquiera él mismo podía explicarse aquella extraña plática que orilló en Len a huir.

-NO. - la frivolidad era algo común en Rei, pero se debía a que los sentimientos cerraban la expresión en su actitud; el miedo a perder la confianza lo había convertido en lo que ahora era...

-¿¡REALLY!? , PERO NO PUEDO DARTE UN INFORME SIN INFORMACIÓN.-

- Oliver, sabes muy bien que me tienen prohibido el acceso a la información confidencial de las razas para seres No autorizados. Así que lo siento, pero... ¡NO!. - las lágrimas dramáticas del menor inundaron todo el salón, mientras Rei simplemente veía de manera graciosa la actuación barata de Oliver. El pequeño comenzó a patalear en el suelo, durante las suaves palmaditas del azabache que acariciaban su melena rebelde.

- ¡¡¡Buaaaaaaa!!!, ¡¡Rei eres muuuuy cruel!!, ¡buaaaa!. - sólo un segundo de distracción fue suficiente para el mayor, consiguiendo calmar a Oliver con una casta plasmación entre sus labios y los de su contrario; con una corriente de energía hermosa jugando un momentáneo dulzor que sólo ellos dos sentían al hacer tan significativo dilema que unía el sonrojo con el interno amor, obviando, la relación que mantenían en secreto tras los prepotentes problemas corriendo a su existencia . El instante de amor cesó, y unas pequeñas risitas compartieron eco con la dosis perfecta de ternura.

- Si encuentro aquello que necesitas con tanta urgencia...¿me dejarás en paz?. - el brillo del ojito sobresaliente en Oliver fue la luz de su oscuridad, para desgracia de Rei, su pregunta retórica y totalmente sarcástica, ahora era una tarea más para su inaccesible agenda.

-COMPRENDO... Entonces... ¿Qué necesitas?. -

- La mitología del "Faisán ".-

-¿¡TE REFIERES AL MITO DEL CREADOR DEL REY AGRILLION GAKUPO !?.-
De un momento a otro, la voz de Rei se convirtió en su propia condena al ser un grito eminente en los oídos de Len.
El recuerdo... había vuelto.

El techo fue absorbido, y unas sombras negras decoraron el cielo....

Un chico de cabello rubio y ojos carmín, que se suponía estar siendo vigilado por guerreros, ahora flotaba en los brazos de un ser con alas negras y de cabello azul; la risa sádica en Len fue suficiente para temer...

El diálogo repercutió en el alma de Oliver, y su pánico sólo mal organizó sus sentidos coherentes...

"-¡POR QUE LEN ES... -"

Los labios de Oliver temblaban, e inconsientemente la frase había sido acompletada por parte de su pavor...

-... El destino amoroso de Gakupo.-

La mirada de Len fue dirigida a Oliver, y su frialdad al verlo paralizó a dúo, Len se avorazó de los labios de Kaito, con una lujuria descabellada en donde su saliva sobraba y sus lenguas hacían más que danzar, puesto que Len se atrevió a robar más de la sangre de su mayor con la fuerte mordida de labios que le había entregado...
Entonces, sus alas se expandieron, y la caída al suelo con el propósito de castigar a golpes a Oliver se convirtió en más que una advertencia...

- Repitelo... - la maldad estaba desgastando su inocencia...
Y el miedo fue de mal en peor...

Lunas Acarameladas (Yaoi-KaiLen)[En edición y por terminar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora