Capítulo 5
El oficial lo tomó por el brazo y lo arrastró por el corredor pestilente que conducía hasta los baños, Bill intentaba inútilmente soltarse para echar a correr a donde estuviera Tom, temía a donde lo llevaban y es que en tan sólo unos días había logrado comprender a donde era bueno ir y donde no. El oficial se detuvo frente a una gran puerta de metal, introdujo una mano en sus bolsillos y saco un montón de llaves, sin soltar a Bill, abrió la puerta haciéndolo pasar. Dentro sólo había cinco regaderas sin división, ni puerta ni tan siquiera una cortina.
—¿Qué esperas? Hazlo rápido. —Ordenó el oficial.
Bill, avergonzado, bajó la cabeza y lentamente comenzó a sacarse la playera sucia, el hombre no apartaba la mirada de su delgado cuerpo, lo miraba de arriba abajo obscenamente, relamiendo sus labios.
Sus ojos estaban inundados en lágrimas, se sentía humillado, tan pequeño y débil, sólo querías salir corriendo y esconderse debajo de la cama, no quería ser visto ni siquiera por Tom. Tiró la prenda al suelo y llevó sus manos hasta el cierre del pantalón bajándolo con cuidado de no llevarse también la ropa interior.
—No, no, no.— El oficial caminó hasta él, demasiado cerca. —Esto. —Metió su dedo indice entre el resorte de su bóxer y su piel.—Esto también. —Y lo bajó un poco. Bill se apartó rápidamente y él se carcajeo, pero regresó a su lugar en la puerta.
Caminó hasta la regadera más alejada y sacó la última prenda, abrió la llave intentando ignorar la mirada del oficial, en cuanto el agua cayó sobre su rostro comenzó a llorar, ¿Dónde estaba Tom? ¿Por qué no venía por él? ¿Es que acaso no sentía algo de lo que él sentía? ¿Ni siquiera un poco?
Cerró la llave y tomó el bote de shampoo del suelo. Sintió un fuerte tirón de pelo que lo hizo caer de espaldas al suelo, ¡Tom, Tom, Tom.! Comenzó a llorar desesperado, el guardia lo tomó del brazo con fuerza dejándole marcas rojizas.
— ¡No por favor, Por favor no me haga daño! —Rogó, el hombre le ignoró y desabrocho su pantalón frente a Bill, el pequeño apartó la vista cuando el pene del hombre quedo frente a él. —¡Por favor, No! —¡Chupa! — Le gritó en el oído, todo el cuerpo de Bill se deshacía en temblores y las lágrimas seguían saliendo sin parar. — ¡TOM, TOM, TO...
El guardia le atizó tremenda bofetada que le hizo callarse de repente, cubrió su boca con la mano, y se inclinó para mirarlo a la cara.
—Shh shh, no queremos que nos escuchen ¿O si, Bill? —Bill negó enérgicamente con la cabeza.—Bien, que bueno que me entiendes, porque si lo vuelves a hacer, te cortaré este pequeño trozo de carne.—Tomó el miembro de Bill entre sus manos, dándole un apretón que lo hizo chillar de dolor. —¿De acuerdo? — Bill volvió asentir. —Chupa.— Susurró en su oído y lamió su oreja.
Con las mejillas empapadas en lágrimas, el peli-negro tomó entre sus pequeñas manos el miembro de aquel hombre y se hinco delante de él, poco a poco, temeroso, lo introdujo en su pequeña boca, conteniendo las arcadas, entraba y salía de su boca.
—Oh si, hmm. —Gimió aquel hombre, lo tomó por el pelo y comenzó a penetrarlo como si de un culo se tratase. Un par de embestidas más y se corrió en la boca de Bill. Salió de él y se subió el pantalón.—De esto...—Se agachó frente a él y le sujetó por la barbilla para obligarlo a mirarle.— Ni una palabra a nadie.
Salió de ahí dejando solo a Bill, humillado, desnudo y tembloroso en el suelo pestilente de aquel baño, se levantó con pesadez y volvió a introducirse debajo de la regadera. Araño sus brazos intentando quitar todo rastro de aquel hombre, limpió su boca bruscamente con el antebrazo y sin poder contenerse más, vomitó.
ESTÁS LEYENDO
Vergessene Kinder
FanfictionUn día completamente normal, las calles se vuelven tumbas, las huellas están borrosas. No hay búsqueda, la noche es fría, quien se hiele es demasiado débil. Nadie los contará, nadie los ha visto Solos y perdidos. Nacidos invisibles, muertos de frío...