Capítulo 15º

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  • Dedicado a Begoña Aliaga Sirvent
                                    

-Nos vamos a Naith-declaró Aile, tirando una almohada a Annia. Ésta refunfuñó, mientras se envolvía más aún en las sábanas-. ¡¡Annia!!¡¡LEVÁN...levántate!!-exigió, olvidando al resto de huéspedes. Habían alquilado una habitación esa noche, y en su transcurso Aile había estado estudiando zonas "habitables" para dos recluídas. Cuando decidió el pueblo al que irían, curioseó un poco entre los mapas para ver zonas cercanas al bosque donde su amiga se había topado con Misaki y las otras dos.

-Aehm...-gruñó la ninfa.

-Vaga.

-Mmhm...

-Bien-cogió la jarra de agua fría que había en el baño y la vació de lleno en la cara aormilada de su amiga.

-¡¡¡¡AAA...!!!-no pudo gritar más, porque la elfa le tapó la boca. Cuando se repuso, y al ver que Aile se reía, se lanzó contra ella.

-JAMÁS-le reprendió-, JAMÁS SE TE OCURRA VOLVER A HACER ESO. ¿ME HAS OÍDO?

-Sí. Es extraño, normalmente la gente no pelea nada más levantarse-opinó la otra desde el suelo, con una sonrisa burlona.

-Jaja, muy gracioso. Pero en serio, no vuelvas a hacerlo.

-Vale, vale...no seas tan seria.

                                                                     * * * * * *

Un rato después, ambas salían del hostal conversando acerca del tiempo, de qué harían, cómo estaba el tema...Llegaron al prado que delimitaba la aldea, y durante el resto del día cruzaron un par de pueblos. Por la noche, molidas de tanto andar, al fin llegaron a Hattra, capital de Kunee. Era la primera gran ciudad con la que se encontraban. Hattra, la ciudad de las Culturas. Allí se concentraban todos aquellos que querían estudiar historias pasadas, culturas diversas, razas nuevas, lugares inexplorados. Investigadores, arqueólogos...todos ellos concentrados en un mismo sitio. Las dos amigas, maltrechas y jadantes, contemplaban todo a su alrededor, fascinadas. Innumerables cúpulas de cristal lo invadían todo, calles llenas de gente, árboles y enredaderas que se enroscaban en los edificios...Las dos habían estado al menos una vez allí, pero seguía siendo un espectáculo impresionante que dejaba sin palabras. Sin embargo, aunque había razas de todo tipo, ningún humano pisaba esas tierras. Más bien, ninguno pisaba ni conocía ese mundo, y viceversa.

Atravesaron un par de calles, contemplando los techos de cristal y plantas. En realidad buscaban algún hotel, pero hasta bien entrada la noche no fueron a buscarlo. Algún milagro que alguien aburrido les lanzó hizo que uno tuviera aún una habitación libre. Era individual, pero les daba igual. Ya encontrarían algo mejor.

                                                                       * * * * * *

-Gëeidaaaa...

-Eeeoooo...

-No se despierta.

-Y luego nos llama vagas.

-Túúúú-le susurró Yashiro al oído con voz macabra.

-¿Eh?¿Qué?...Oh, vosotras...

-¿Cómo que "Oh, vosotras"?

-Pues eso: Oh, vosotras.

-Gëida-dijo entonces Misaki-. Hay unos que quieren que bajemos. Ha venido la señora Keidd. Estaba muy asustada, decía que tuviésemos cuidado.

-¿Y eso?

-Dice que hay unos abajo, esperando. Y que tienen fusiles-contó Yashiro.

-¿¡Fus...!?

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⏰ Última actualización: May 19, 2013 ⏰

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