"Saca el dolor y sigue viviendo"

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Hoy un día como cualquier otro, caminando por el centro comercial mientras actualizaba mi twitter y me llego un mensaje de Monica.
"Hola Anne, ¿nos podemos ver hoy en tu departamento?... si ok, nos vemos luego "
Pensé en contestarle, pero no tenia sentido decir que no, porque de todos modos ella llegará.
Me detuve y alguien chocó conmigo.
-oh, disculpa- dijo un chico de ojos color azulados, pelo castaño y de estatura mediana.
-no te preocupes, pero para la otra fijate bien por donde caminas.
-Esta bien
Lo ignore y seguí caminando hacia mi departamento que tengo que arreglar ya que esta hecho un desastre y no puedi teber visitas en ese estado.
Terminé de arreglarlo más del tiempo que tenia previsto, cuando me decidí por arreglarme faltaban solo media hora.
Me metí en la ducha y me relage mientras tallaba mi cuerpo sucio. Al salir me envolvi en dos toallas una para mi cuerpo y la otra para mi cabello. Me adentre en el armario y saqué una camisa de tirantes junto con una sudadera color negra y unos jeans que hacian juego, seque mi cabello y lo recogí en una trenza.
Salí y fuí directo al sofá de la sala y minutos después tocaron la puerta.
Me levante y camine hacia ella, observé por el picaporte y mire que era Monica, abrí la puerta y me saludo.
-Hola Anne
-Hola Monica, pasa -dije haciendo una seña con mi mano.- ¿a qué se debe tu visita ?
Monica es mi unica amiga del colegio, es la unica con la que hablo; todos los demás me ignoran, y si no lo hacen me dicen de cosas, pero no entiendo por qué me insultan si no me conocen, pero asi es la sociedad. No tengo ningún amigo a pesar de que este es mi segundo año aquí en Canadá, antes tenia más amigos en Inglaterra, pero por haberme mudado la mayoría dejaron de hablarme a excepción de James y Edward; sinceramente yo siempre los consideré mis mejores amigos, ellos sabian cuando me sentia mal y me apoyaban, en cambio los demás solo me hablaban cuando les convenia. Al llegar acá la única persona que me habló fue Monica.
- Pues... Anne, tengo que presentarte a una persona.
- ¿De quién se trata?- dije un poco desanimada
- De un buen amigo, se llama Daniel.
- Y ¿dónde está?
- Espera un minuto -dijo saliendo del lugar
Un minuto después entro un chico de estatura media, cabello negro, ojos color verdes, era muy guap, se miraba que era muy timido; lo noté porque entro con la mirada hacia sus pies, después de él entró Monica.
-Anne él es Daniel, Daniel ella es Anne -dijo preguntándonos.
-mucho gusto Daniel- dije dandole la mano.
- El gusto es mio- dijo mirandome fijamente a los ojos.
- Y ¿qué eres de Monica ?
-El es mi primo de Cancún, acaba de llegar.
-Oh, que bien, ¿ya habías venido antes ?
-No, esta es la primera vez que vengo.
-Oh que bien, espero que te la pases bien y disfrutes todo.
-Gracias- dijo haciendo que se le dibujara una sonrisa en los labios.
Nos la pasamos muy bien hoy, vimos peliculas y encargamos pizza; que para este clima es perfecto. Hacía frío, el agua de la lluvia golpeaba en las ventanas, el sonido era muy relajante que nos quedamos dormidos en el sofá debajo de la manta.

Desperté, ya no estaba en rl sofá sino en mi cama, observé la hora eran las 10: 00 pm, salí y camine hacia la sala pero ya no se encontraban Monica y Daniel. Fuí a la cosina a ver que había para cenar, pero no habia nada asi que decidí irme a dormir de nuevo.
Tardé más de 2 horas en dormir, sedieron las 11:00, 12:00 y a la 1:00 am decidí ir al baño a refrescarme un poco.
Me lave la cara, se senté en el escalon para entrar a la tina, estaba frustrada, ¿la razón? No lo sé; todas las noches me levanto a esta hora y empiezo a llorar. Saqué la navaja junto con las vendas y el agua oxigenada, desinfecte la navaja y la clave en mi brazo izquierdo, jale hacia un costado, duele, pero me gusta este dolor, una, dos, tres, cuatro... pare hasta el corte diez, lloraba inconscientemente, esperé un tiempo y limpié las heridas, limpié la navaja y la desinfecte nuevamente, enrolle mi brazo en las vendas seguido me fuí tranquila a dormir, me recoste en mi cama limpiando mis lágrimas y sobando mis brazos. Observé por la ventana la luna deslumbrante, era noche de luna llena; lo cuál hacia que entrará mucha luz por mi ventana, pasé media hora observandola hasta que por fin pude dormir tranquila, aunque mis brazo aun ardía por la sangre que brotaba de el.

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