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No respondí a su pregunta; ¿para qué iba a responder a algo que no debía ser respondido? ¿Para qué hacerme más daño?

A simple vista se notaba que venía de estar con ella: su cabello más despeinado de lo normal, la ropa arrugada, la marca de labial mal borrado en las comisuras de sus labios.

Algo en mí se removió por la simple imagen de él.

-¿Acaso no vas a responder, Abby? -preguntó, sin moverse de su lugar; dirigí mis ojos a su rostro, ya que había apartado la vista, y me sorprendí al notar que tenía el ceño fruncido-. ¿De quién te enamoraste?

-¿Para qué quieres saberlo? -gruñí mientras que me levantaba del sofá-. ¿Ahora sí tienes tiempo para mí?

-¿Qué quieres decir, Abby?

Me aparté del sofá, y pasé por su lado, ignorando su pregunta y los ojos de los cuatro clavados en mí.

Cerré la puerta de entrada con un fuerte golpe; no sabía que sentía realmente: dolor por un amor no correspondido, furia por su actitud hacia mí. Mi vida se había convertido en un completo desastre.

Caminé y caminé, alejándome de la casa en donde mis problemas habían comenzado.

Caminé, mientras las lágrimas caían unas tras otras, sin interrupción.

Caminé, y se sentía como si caminara sobre mi propio corazón roto.

Caminé, recordando momentos compartidos, que en esos momentos se sentían como puñaladas en mi pecho.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo, lo ignoré. No quería hablar con nadie.

A los pocos segundos, volvió a vibrar.

Volví a ignorarlo.

Volvió a vibrar una tercera vez; dicen que la tercera es la vencida, por lo que saqué mi teléfono y atendí la llamada.

-No insista, Michael. No voy a volver ahí. Tú lo viste, viste cómo estaba; viste la marca de labial en su rostro-sentí cómo las lágrimas volvían a correr por mi rostro-. No quiero volver para verlo, y que mi corazón se haga añicos más de lo que ya está; no quiero. Estoy enamorada de Luke, pero no soy idiota ni estúpida para quedarme ahí, viéndolo ser feliz con otra.

Silencio se escuchó por el otro lado de la línea; despegué el teléfono de mi oído, para asegurarme de que la llamada no se había cortado.

-Michael, no estoy para una de tus estúpidas bromas-me detuve en la esquina de la calle; como no vi ningún auto, bajé el cordón y empecé a caminar otra vez.

-¿De mí estás enamorada?

Me detuve en seco, sin importarme en donde me encontraba.

-Por favor, Abby. Responde-suplicó Luke por el otro lado de la línea.

Iba a responder pero el sonido de una bocina me sacó de mi aturdimiento.

Pero era tarde.


Memories; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora