Who Knows (He says smirking); Kaisoo | HIATUS

Parte 1 - 4,4k; "No me asusta, en lo mínimo."

La sala de billar se ubica en el sótano del bar, es oscura y hay una sola lámpara iluminando sobre cada una de las mesas, las cuales son 8 en total alineadas perfectamente de a cuatro, bastante separadas una de la otra. Los jugadores se esconden en las sombras a las que no llega esa iluminación homogénea de las ampolletas, con sus tragos descansando en las orillas de las mesas y los tacos entre sus manos. Algunos llenan sus pulmones con el humo de cigarros, aunque todos con ojos fijos en el juego; calculando, midiendo-ángulos, fuerza, opciones.

Jongin llegó a ese lugar por primera vez cuando acababa de cumplir los 18 años de edad, tirado por Sehun y Baekhyun que hace varios días estaban con la idea de probar ese bar. Sin embargo no pasó ni siquiera una hora antes de que Jongin se hallase a sí mismo completamente solo, sentado en un piso junto a la barra de tragos y viendo las espaldas borrosas de sus mejores amigos perdiéndose en la masa de personas, bailando al ritmo de la música atronadora y derritiéndose en luces parpadeantes de colores. A Jongin le encantaba bailar, eso era algo innegable, pero por alguna razón nunca tuvo los deseos necesarios como para mezclarse con la masa y mover su cuerpo contra otros sudorosos y asfixiarse por ellos. Desconocidos; a Jongin no le gustaba interactuar mucho con personas ajenas a su círculo cercano, siempre con esas palabras vacías y miradas sucias-al menos en los bares.

La segunda vez que decidió acompañarlos fue cuando descubrió la bajada al subterráneo; no escondida, pero tampoco a la vista clara de todos. Estaba al fondo, cerca de una esquina y solo había un letrero pequeño pegado junto a esta que indicaba con letras plateadas la bajada al billar. Jongin lo vio en una excursión poco exitosa en busca de los baños, la curiosidad pudiendo con él más que con lo deshabitado que parecía estar abajo. Solo dos líneas delgadas de luces led rojas guiaban a cada lado de las paredes, la escalera bajando helicoidalmente hasta llegar al fondo.

Jongin no esperaba encontrarse con el ambiente pesado de tensión y comodidad extraña en aquella espaciosa habitación. La música llegaba tapada y los bajos retumbaban ligeramente sobre sus cabezas, sin embargo el chocar de esferas de marfil era lo más constante y nítido que llegaba a sus oídos. Y ese sonido le gustó.

Se quedó un rato parado en la bajada, absorbiendo los rostros concentrados de las personas que apenas lograba ver y las varillas apareciendo de pronto a la luz sobre la mesa-acomodar, apuntar, golpear. Una y otra vez, diferentes brazos estirándose y contrayéndose, manos toscas de hombres ambiciosos en busca de ganar un juego distrayéndose de la realidad por la cantidad de tiempo que durase el juego. Suspiros, risas burlescas de vez en cuando entre amigos-o enemigos. Billetes siendo tendidos al terminar un juego y estrechones de manos antes de aventurarse, quizá, a un segundo o tercer juego en busca del golpe perfecto que les haga proclamarse los más calculadores, poseedores del mejor control de sus propias mentes y extremidades superiores.

"¿Jongin?"

El nombrado se volteó al escuchar la voz grave de alguien con sorpresa, y al acomodar su vista se dio cuenta de que no era nadie más que-"¿Chanyeol? ¿Park Chanyeol?"

El joven más alto que él se terminó de acercar los pasos que le restaban para quedar junto a él, el taco en su mano derecha y esa sonrisa llena de dientes alineados perfectamente. El otro de inmediato lo abrazó, pegando unas cuantas palmadas amistosas en su espalda. Chanyeol era un buen amigo suyo que solía ir a la misma escuela que él, pero había salido hace 3 años de esta y por algún motivo habían perdido el contacto hace varios meses, casi un año quizá-sin embargo todavía quedaba en su memoria vívidamente la risa estruendosa y bromas idiotas; las primeras noches alcoholizadas.

"Vaya, ha sido mucho tiempo desde la última vez que te vi," Chanyeol hace una pausa, recorriendo sus ojos por su cuerpo rápidamente y Jongin no sabe qué hacer más que quedarse parado inútilmente. "Veo que has terminado de madurar ese cuerpo, ¿eh?"