Dilema de amor.

1: La vida cambia..

Mi vida era mas de lo que podía pedir, tenia una familia grandiosa, con conflictos como en todas, pero no me quejaba, dos hermanos maravillosos y una madre encantadora, vivíamos en una pequeña casa en el estado de Madrid, España. Mamá se caso muy joven, digamos que a mi parecer sufrió mucho en su primer matrimonio, aunque ella jamás trato de hablar sobre ello; al pasar el tiempo eso termino, vamos, el imbécil ese nunca la trato como ella se lo merecía. A pesar de todo lo que sufrió, siempre dijo que lo único bueno de esa volátil relación fueron mis dos hermanos mayores, era la mujer más fuerte que había visto en toda mi vida.

Matty, mi hermano mayor, con solo 22 años, era tan jodidamente guapo, tanto que la verdad ya estaba cansada de las chicas que venían todos los jodidos fines de semana a casa, lo peor del caso es que trataban de llegar a mi para acercarse a el, "repugnante".

Era insoportable, pero no hay que ser idiota para darse cuenta, cualquiera se babeaba por un castaño de ojos claros, con un magnifico cuerpo que a simple vista estaba bien trabajado; por otro lado era mi hermano, era ilógico verlo de la misma forma que mis amigas lo hacían, para mi era un idiota realmente tierno.

Siempre nos hemos llevado realmente bien, me había apoyado en todo, tengo que admitir que es mi figura paterna, ya que papá siempre trabajaba y la verdad, nunca estuvo al pendiente de mi, sin embargo jamás me quejé.

Por otro lado estaba Luciano, mi otro hermano, que para mi había sido cambiado en el hospital.

La verdad, nunca nos hemos llevado bien, ¿El porqué?, jamás lo supe, siempre fue muy cerrado y rudo; a mi parecer, el típico chico misterioso, que a diferencia de Matty, no era para nada cariñoso ni atento conmigo, pero que de igual forma me quería a pesar de lo reservado que podía llegar a ser. Con 19 años estaba realmente bueno, eso decían mis amigas cada vez que lo veían, incluso era mucho más alto que Matty; castaño de piel clara, ojos color avellana, con un cuerpo y una sonrisa realmente perfecta, sin olvidar que era tan alto que muchas veces lo llegue a confundir con un poste.

Siempre le preguntaban a mamá porqué físicamente yo era diferente, la razón era que ellos eran productos del primer matrimonio de mi madre Clarisse, mi madre tenia ojos oscuros, una hermosa cabellera de color castaño oscuro, al igual que sus ojos. A pesar de poseer 41 años, mamá era hermosa y lucia realmente joven para su edad, algunas veces decían que era mi hermana, nosotras nos parecíamos muchísimo; mamá a pesar de su terrible carácter, siempre fue mi mejor amiga, mi mayor ejemplo a seguir.

Yo fui producto de su segundo matrimonio, que apenas comenzó supo que debía terminar; antes de yo haber nacido, mis padres se habían separado, a mi parecer, fue lo mejor que mi madre pudo haber hecho.

Mi padre Derek, a diferencia de mi, era un atractivo hombre de piel clara, ojos color avellana, con un lacio cabello negro y siempre había sido un mujeriego de alta categoría. Es curioso, pero mamá no tuvo suerte con las relaciones amorosas, es por ello que decidió quedarse sola, tengo que decir, que fue la decisión más sensata que tomó, odiaría verla sufrir por imbéciles que no merezcan su atención.

Yo poseía muy pocas características físicas de mi padre, digamos que me sentía el bicho raro de la familia, es que no poseía nada impresionante, solo era una típica castaña con ojos marrones, no tan claros pero si bastante saltones.

A diferencia de los dioses griegos de mis hermanos, era aburrida, tenia poco busto, baja de estatura, digamos que lo único lindo en mi era mi dentadura y que se habían dignado en mandarme una cadera bastante grande y extraña  para mi cuerpo pequeño.

Mi vida siempre había sido magnifica, tenia el novio perfecto, la familia de mi novio era increíble; no todo en la vida podía ser tan maravilloso y la felicidad tenia un precio muy alto que cada uno de nosotros debíamos pagar. Eso decían, aunque para mi, la felicidad jamás culminaría, es decir, todo estaba bien, todo era increíble.