Recuerdos Olvidados

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Algo en mi mente y corazón atormenta, recuerdos olvidados y a la vez tallados en la memoria. Como si la semilla de una flor luchase dentro de mí para crecer y florecer, sin saber que ha crecido y se ha marchitado; o sabiéndolo sigue queriendo estar conmigo.
Algo he olvidado y lo reclama mi corazón, tal flor pide agua y luz para sobrevivir.
El tiempo intenta hacerme recordar un alegre pasado con un triste final. Siento que aquellos recuerdos nunca fueron parte de mi vida y que de modo paralelo, sus estigmas están grabados en mí.
¿Qué es lo que he de recordar? De ninguna manera estoy seguro de ello; las imágenes de ese pasado no son claras, y aun así mi corazón juega, ríe y ama tal niño y sufre tal condenado.
Veo ese lugar, el lugar al que gustaba ir, dos personas en un cálido abrazo, mas quienes sean no logro reconocer; escucho risas y palabras de afecto; pero de algún modo son irreconocibles.
Pasan los días y se aclaran los recuerdos; sorprendente saber que una de esas personas soy yo; pero ¿con quién he de encontrarme? Solo veo la figura de una mujer ¿quién será ella? Lo dirá el tiempo.
El paso del tiempo no me ha dado pista de quien es ella, sin embargo aumenta el sentimiento de dolor ¿era importante? no lo sé pero ese dolor que siento en mi corazón desgarra una fina tela entre el presente y el pasado, ese pasado que no reconozco. Sigue ese recuerdo, queriendo ser mi fuente de vida.
Vivir con tal sentimiento sin saber porque se produce y no saber el pasado que me pide recordar.
Pasa el tiempo, y pasa la vida; pero de alguna razón parece haberse detenido. Cuando pasan esos felices recuerdos, aunque no entienda el porqué, se siente un agradable calor en mi corazón y al seguir y ver ese lamentable pasado, se ha de congelar de tristeza y quemar de ira, un hielo ardiendo sin derretirse.
He decidido ir al bosque para tranquilizarme; ha pasado al parecer mucho tiempo de la última vez que fui a aquel paraíso de tranquilidad, aunque ahora una pena llega a mi corazón. Este lugar ahora está todo florido, como la última vez que recuerdo haberlo visitado. Me siento a los pies de este árbol, con cuidado de no dañar a mis tocayos en el suelo; florecidos en la tierra en toda su expresión y sus tres gamas, predominando el rojo en sus pétalos. Parecen intentar tocar unas flores que están en unos arbustos mientras estas solo les hablan. La voz de estas, me suenan familiar, y a su vez, extraña. Su apodo es lo que le susurra a mis tocayos, y también me lo susurran a mí.
"No me olvides" suenan al unísono, llegando a romper mi corazón, haciendo que suelte una lagrima. Las Camellias también sufren en el suelo, mientras se agarran a mí, de una manera yo soy ellos en este momento. Siguen los susurros, sintiéndolos aún más cerca de mí, dañando mi corazón y mi alma. Mientras solloza mi corazón, las flores susurrantes las atrae a mí el aire, intentando de alguna manera abrazarme. Al tacto de estas se siente cálido y los recuerdos se aclaran totalmente.
Tocayas tuyas eran, tu eres estas flores; me susurran tus palabras, las ultimas que dirigiste a mí. Mis gemelos intentan llegar a las tuyas, que se desvanecen en el viento, y solo susurran el "no me olvides" que pronunciaste antes de dejar este mundo.
Sylvatica, aunque te olvide, el tiempo volverá a traerte a mi mente porque mi corazón nunca se olvidará de ti.

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