Capitulo 2.

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Abro los ojos dejando pasar poco a poco la luz.
Miro el reloj que hay encima de la mesita de noche, son las ocho y veinte de la tarde. Llevo dormida mas de cuatro horas seguidas. Supongo que ha esto no se lo puede llamar "siesta".
Me pongo de pie y voy hacia el baño a hacer mis necesidades.
Me miro al espejo y lo primero que veo son unas grandes ojeras debajo de mis ojos y mi pelo esta totalmente enredado como si hubiera estado varios días sin peinarme.

Lavo mi cara con agua y jabón, desenredo mi pelo con un peine cuidadosamente para no hacerme daño y seguidamente salgo del baño dirigiéndome hacia el salón.

Bajo las escaleras y ya veo a mi padre en el sofá.
- Buenas tardes papá. - Digo sentándome en uno de los sofás.
- Buenas tardes hija. - Dice el mirándome de arriba a abajo.- Oye,¿ Por que no vas a dar una vuelta al centro comercial y te compras algo de ropa? Puedes usar mi tarjeta si quieres.
- Ya tengo demasiada ropa, y no pienso cambiar mi estilo si es eso lo que quieres. - Digo amenazadamente.
Estoy harta de que todo el mundo me diga que debería de cambiar de vestuario. Me gusta como visto. No soy ningún componente de ninguna de las tribus sociales, como el ser Emo, Hippster, Lolis o de las mil que hay. Simplemente tengo mi propio estilo. Y aun que a mi padre y a las personas de mi alrededor no les guste, a mi sí. Y con mi opinión propia ya tengo bastante, no me interesa las opiniones de los demás. Antes si me importaba, pero ya no.

Soy de estatura media, mido 1'65. De piel muy blanca y tengo algunas pecas bastante visibles por la parte de las mejillas. Tengo los ojos verdes con un poco de ámbar por el alrededor de la pupila. Mis labios son pequeños pero alargados, con forma de corazón. Mi pelo es de un color rojo oscuro natural, pero las puntas me las he tintado de azul. Siempre visto con camisetas que llevarían modelos y no una chica normal, supongo que me gusta lo atrevido. Los pantalones ajustados, y por supuesto con el dobladillo, y algunos rotos por las rodillas. Casi todas las zapatillas que suelo usar son de plataforma, me hacen ver mas alta, y además , son el único calzado con el que me siento cómoda ya que no me gustan ni las deportivas, ni sandalias, ni los zapatos de tacón y mucho menos las manoletinas.

¿Que si mi estilo es raro? si, puede. Pero es lo que me diferencia de los demás, es mi marca. Y no voy a cambiar para los demás.

- Vale Aina, no quería que te lo tomaras a mal.- Dice mi padre levantándose del sillón.

- Ya, pero una cosa es que me lo digas un día, otra, que me lo digas a todas horas. - Bufo y me cruzo de brazos.

- Bueno, lo siento. - Dice rascándose la nuca.

-Bueno, papa, voy a salir a pasear un rato, quiero conocer un poco el barrio.

- ¿A Estas horas?- Dice mirando su reloj.- Bueno, aun son las ocho y media. Te quiero en casa en un par de horas para la cena, ¿Vale?- Asiento y me dirijo hacia mi habitación para cambiarme.

Abro mi maleta y busco algo que ponerme. Esta todo desordenado, mañana me pondré a ordenarlo todo en el armario.

Cojo una camiseta de tirantes blanca y un pantalón vaquero oscuro de tiro alto con un dobladillo mas oscuro que el resto de la tela.
Me pongo unas zapatillas blancas, obviamente de plataforma. Me hago una coleta alta dejando algunos pelitos fuera y así queda mas desenfadada. Me pongo un poco de base de maquillaje, rímel, y me doy unas palmaditas en las mejillas para que cojan color.
Voy bajando las escaleras y cuando llego al perchero que esta detrás de la puerta principal cojo mi chaqueta verde oscuro y me la remango hasta los codos.
- ¡Salgo ya papa! - Grito mientras abro la puerta.
Me pongo los auriculares y escucho "High By The Beach" de Lana Del Rey. Amo esa canción
. Empiezo a caminar en linea recta, siguiendo el camino que adornan unos árboles pequeños.
Todo esto es tan nuevo para mi, las casas con jardín, los edificios con mas de veinte plantas, los cruces súper largos y donde hay mas de cincuenta personas esperando a que el semáforo se ponga en verde, los mil comercios diferentes que hay, los automóviles que van de un lado a otro, etc.
Tiro mi cabeza hacia atrás y en ese movimiento veo que el cielo esta de un color naranja oscuro, parece que es mas tarde que la hora que marca el propio reloj.
- Perdón, - Me dice alguien tocando mi hombro des de atrás. Automáticamente me quito un auricular - ¿Sabes donde para la calle Went? - Me pregunta la chica de ojos azules, mas alta que yo y muy delgada. Parece que lleva bastante tiempo corriendo, ya que esta sudando y le cuesta respirar con facilidad.
- No, lo siento no conozco aun este barrio.- Le digo.
- Ho - suspira - Bueno gracias igualmente - Me dedica una sonrisa y sigue su camino.
Yo hago lo mismo y vuelvo a ponerme el auricular para seguir con la canción.
Hasta ahora no me había dado cuenta de que hay mucha gente a mi alrededor, no tanta como esta mañana, pero si demasiada para estas horas de la tarde/noche.
Me estoy fijando en que hay gente que viste diferente a las demás, eso me gusta.
Observo a un chico que va unos pasos mas adelante de mi. Lleva un skate en su mano izquierda, viste con unos pantalones ajustados hasta el tobillo, una camiseta blanca básica y creo que las típicas Mustangs blancas. Como lo veo des de atrás no se como sera su cara, pero si me fijo en que el pelo lo tiene corto por los lados y por el centro un largo tupé.

Gira hacia la calle de al lado y ya lo pierdo de vista.

Vuelvo a mirar hacia el cielo, se esta haciendo bastante oscuro, mejor volveré a casa y
mañana acabaré mi vuelta. No me gustaba caminar sola por las noches cuando estaba en España, mucho menos me gusta ahora que hay aun mas peligro.

IncomprendidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora