Capitulo 1. Reencuentro.

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Tras salir de su pequeño apartamento, cerró la puerta tras de sí y la aseguró echando la llave. Torció en la primera esquina a la derecha del pequeño pasillo que corría delante suya y comenzó a bajar las escaleras con un ligero trote.
Una vez terminó de bajar los 4 pisos, cruzó el rellano hasta salir al pequeño jardín que pertenecía a la comunidad. Cuando salió se dió cuenta de que una anciana vecina suya se encontraba regando un tiesto con margaritas plantadas.
-¡Buenos días, señora Molly! -Dijo con una amplia sonrisa mientras agitaba la mano con delicadeza a modo de saludo.
-Ah, Sherry, cielo, buenos días. -Sonrió dulcemente. Molly era una mujer de 80 años viuda y sin hijos que vivía en el mismo bloque de pisos que Sherry, de pelo canoso por encima de los hombros, ojos verdes y entrada en carnes.- Luego pasate por casa, he hecho bizcocho de calabaza, tu favorito.
-Muchas gracias, iré esta tarde. Nos vemos luego. -Le sonrió una vez más y salió del recinto.
Sherry era una mujer de 29 años de cabello rubio y muy corto, ojos azules, labios sonrojados, piel pálida y nariz respingona, con un aire dulce e inocente. Ella no tenía padres ni abuelos, así que la señora Molly era como la "yaya" que nunca había tenido, al igual que sherry era una nieta para ella.
Una vez en la calle, se arregló las zapatillas de deporte, se puso los cascos y puso en reproducción aleatoria la lista de música de su móvil. Estiró un par de veces y empezó a correr cuesta arriba.

A Sherry le encantaba salir a correr por su barrio. El ambiente era realmente bueno, la gente agradable, y siempre que pasaba por la panadería podía aspirar el delicioso olor a pan recién hecho. Pero lo que más le gustaba, sin duda alguna, era que se sentía libre.

Prácticamente toda su vida ha vivido encerrada, manteniéndose al margen de la sociedad, siendo invisible, sin existir en la realidad. Esto fue a debido a que su padre, un científico de gran prestigio, creó un virus, un arma bioterrorista a la que Sherry fue expuesta. Por suerte para ella, Leon S. Kennedy y Claire Redfile, los mejores amigos que ha tenido, la rescataron en el infierno que se convirtió Racoon City y pudieron administrarle la vacuna a tiempo. El señor Birkin murió por su propia creación y el virus que habitaba en sherry se adaptó a ella, creandole la capacidad de regenerarse y curar heridas a una velocidad inimaginable. Es por ello que Sherry se quedo bajo la custodia del estado para que nadie pudiera utilizarla para atentar contra la humanidad y para experimentar con la sangre tan especial que poseía. Hasta 2009 no pudo llevar una vida normal, cuando le ofrecieron trabajar como agente bajo la supervisión de Derek C. Simmons a cambio de su libertad.

Sherry no conocía mucha gente fuera de su vecindario y amigos, en los que solo puede incluir a Leon, Claire y Chris, hermano de Claire. La persona que mas ha marcado la vida de la rubia, fue Claire. Siempre la ayudó y le dió ánimos para continuar y luchar por una vida libre, convirtiéndose así en una hermana para ella. Aquello siempre lo había tenido claro hasta hace dos años, el último ataque bioterrorista que había tenido lugar hasta la fecha. Ella era encargada de encontrar y escoltar a Jake Muller, un joven de 22 años en aquel año, pelirrojo y pelo casi rapado, ojos grises y rasgados, labios carnosos, rasgos angulosos decorados con una cicatriz en la mejilla, alto y fuerte, también poseedor de una sangre muy especial, al igual que Sherry. Este poseía unos anticuerpos especiales desde su nacimiento, para combatir el virus C, creado por una asociación bioterrorista llamada Neo-Umbrella.
Ella sabía que sentía algo por Jake, y también que el sentía lo mismo, pero también sabía que sus vidas eran muy distintas, y aunque hubieran querido, hubiera sido imposible estar juntos.

Tras volver a América de aquella caótica misión, pensó que tan solo le costaría unos meses olvidarse del pelirrojo, pero estaba equivocada. Muy equivocada.
Pasados dos años, su cabeza seguía confundida, y cada vez que el rostro de Jake aparecía en su mente no podía evitar esbozar una sonrisa. Pero aquella sincera sonrisa siempre era rápida en desaparecer, puesto que sabía que, probablemente, nunca más volvería a ver al único hombre que podría haber amado en su vida.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2015 ⏰

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