-¿Qué mierda he echo para que me fastidies tanto?.-Logré reconocer el rostro de Riker en medio de la oscuridad, era él el que me sujetaba de una parte del cuello y me miraba con toda la ira del mundo.
-¿Yo? ¿Fastidiarte?.-Afortunadamente la actuación es algo que se me da.-¿Ahora qué hice?.
-Volverte porrista, ese grito.-Sentía su respiración mezclándose con la mía.-Entiéndelo, no me interesa nada relacionado contigo, ni tu amistad y mucho menos tu "apoyo".-Liberó mi muñeca pero mi cuello seguía siendo prisionero.
-¿Seguro?.-Susurré sobre sus labios mientras subía mis manos a su cuello, solo que yo, al contrario de él, lo acaricié suavemente.Tragó saliva, aunque lo disimulara olímpicamente, estaba nervioso. Detuve mis manos en su nuca, para lentamente eliminar los escasos centímetros que nos separaban.
Capturé su labio inferior succionando de este para iniciar el besa, él permanecía rígido pero al rozar mi lengua por su labio superior esto cambió. Su mano que sujetaba fuertemente mi cuello redujo la fuerza con la que lo hacía, al mismo tiempo que posicionaba su mano libre en mi cintura.
Me siguió, sus carnosos labios se rozaban con los míos de una manera increíble. Había perdido el control, ahora era él quien llevaba el ritmo del beso mientras que yo lo seguía. Sus dos manos se encontraban en mi cintura, sus brazos estrujándome hacía aún más increíble el beso. Comenzó a avanzar hacía mí y por inercia comencé a retroceder. Seguimos retrocediendo hasta que chocamos con el que seguramente sería mi auto.
"Rayos" pensé al escuchar que la alarma se había activado.
Lynch se separó bruscamente de mí, dejándome completamente aturdida.
-Sabía que eras fácil.-Susurró en mi oído, sacándome del estado en el que estaba.-pero no creí que tanto...-Me miró despectivamente y se dio la media vuelta.
-Todos saben que es más fácil conseguir ver a la reina en persona que obtener una cita conmigo.-Podía decirme lo que quisiera. Falsa, hipócrita, narcisista pero fácil, NUNCA.
-Pues, ya te lo dije.-Volteó y se acercó nuevamente a mí.-No me interesa conocer en persona a la maldita reina y muchísimo menos una absurda cita contigo.-Me señaló con su dedo índice.
-Simplemente estas hablando...-Le dije seriamente bajando su mano.-Hablando como si realmente me conocieras.-Me había dicho "falsa", "hipócrita" y "Fácil" en solo dos veces que nuestras palabras se intercambiaron.
-No necesito conocerte para saber cómo eres.-Dijo con asco.
-¿Eres psíquico o adivino tal vez?-Solté una carcajada y él mantuvo su mirada de pocos amigos.-No, ya lo tengo, eres brujo.-Contesté obvia y volví a soltar una carcajada.
-Mira...
-Adivina el número que estoy pensando, por favor.-Bromeé sin poder parar de reír.
-¿Ves?.-Dijo con su fuerte forma de hablar.-No necesito conocerte para saber que eres una hueca al igual que Shaniece y el par que la sigue siempre.-Mi risa cesó. Me estaba comparando con Shaniece Nesbitt.
-¿Yo? ¿Igual que Shaniece? ¡Já! Si, seguro.-Dije con sarcasmo.
-Da lo mismo, solo aléjate de mí.-Dijo antes de darse la media vuelta.
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El siguiente Lunes:
(Galeria) Las piernas me estaban matando, no pude ni levantarme de la cama en todo el fin de semana, pero si dejo a las animadoras ahora, digamos que se verá algo obvio. Así que eso no estaba entre mis planes. Solo decidí no usar tacones, se que todos pensarán que es algo extraño pero realmente mis piernas son el infierno.