Apenas abrió los ojos se dio cuenta que no estaba en su casa, comenzó a recorrer con la mirada la sala y sus decoraciones, mientras en sus piernas sentía el ligero toque de los muebles italianos donde la habían acostado; sabia donde estaba, pero sabía que no podría gritar pues nadie le ayudaría a escapar, mientras millones de pensamientos golpeaban su mente, escucho una voz venir de las escaleras "bienvenida a su humilde hogar mija" ella se quedó inmóvil mientras miraba posarse ante ella a aquel hombre imponente, como de 1.85 metros, de tez blanca, cabello negro azabache, barba cerrada y ojos color miel, con una mirada tan profunda y penetrante como si dentro de ella hubiera millones de vidas perdidas a causa de ajustes de cuentas y traiciones; era el "tigre" un hombre de treinta y seis años al que no le importó que paloma era una niña apenas convirtiéndose en mujer, aquel hombre que una vez le advirtió que si no era suya a la buena, sería suya a la mala.
¿Qué pasó mija, no le da gusto verme? ¿Porque me haces esto? Le dijo mientras las lágrimas comenzaban a rodar en sus mejillas; mira paloma yo quise tenerte y traerte a la buena conmigo, yo te dije todo lo que siento por ti desde que te vi la primera vez y tú pensaste que con tus desprecios se me iba a pasar, pues no, más me aferré a ti, porque con esa actitud me demostraste que eres la mujer que quiero, la mujer que no se deja deslumbrar ni le dice sí a cualquier pelado y pues como diría la canción "me canse de rogarle" pues mejor la mande a traer contra su voluntad para que ya no perdamos más tiempo en estar juntos ¿qué piensas? No me puedes tener aquí a la fuerza así no funcionan las cosas tigre, yo a ti no te quiero, no quiero poner mi vida en riesgo ni la de mi familia; pues vas a tener que irle agarrando gusto al riesgo, porque a partir de hoy que eres mi mujer tu vida SIEMPRE va a estar en riesgo. ¡Yo no soy tu mujer! Ah no, no todavía no, pero ahorita que te suba al cuarto si lo vas a ser.
La cargo y la apretó, mientras subía las escaleras que la llevaría a su infierno, ella lo mordía y le golpeaba la espalda para que la bajara, pero obviamente nada de eso lo detendría. Llegaron al cuarto, la tiro a la cama, ella gritaba que no y cerraba las piernas lo más fuerte que podía, ah te vas a poner rejega? Jaja, pues vamos a ver qué tanto aguanta mija, fueron sus palabras antes de darle la primera cachetada, después clavo su puño en la otra mejilla, mientras con su cuerpo intentaba abrirse paso entre las piernas de Paloma, cuando al fin logro penetrarla lo hizo con tal salvajismo como si estuviesen clavando navajas en su sexo, mientras la penetraba fuertemente la estrangulaba con las dos manos, solo se podía escuchar el ruido que hacía Paloma al intentar respirar y el sonido de ese enfermo al estar abusando de ella. ¿Podrías imaginarte tu estar siendo penetrada por un hombre a la fuerza, mientras te estrangulan, no puedes respirar y lo único que sientes en tu pecho es desesperación porque ese maldito infierno acabe? Pues si, ella lo sintió, sintió todo eso al mismo tiempo y pudo sobrevivir a esa noche. Cuando terminó de violarla, la dejo en la cama, inmóvil, ella no intento moverse, tenía el labio roto, la cara hinchada por los golpes y no se podía mover del dolor que sentía entre sus piernas; mientras veía correr la sangre se percató de que ese dolor no sería nada comparado con el que se estaba forjando en su alma ese día, el dolor le llevaría al asco, el asco al repudio y el repudio al odio y todas esas cosas combinadas le darían la fortaleza para ser quien iba a ser...
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Entre bazucas y rosas
Non-FictionCuenta la historia de Paloma, una chica que vivía en un estado al norte de México, a la cual le cambia la vida tras ser raptada y violada por el "tigre" un poderoso narcotraficante que después la convierte en su esposa, Paloma termina siendo igual o...