el comienzo

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Aquí es- se dijo ronda así misma- no hay vuelta atrás, recuerda lo que decía papá.
Su padre era un hombre de buena familia y amaba mucho a sus dos hijas, tanto las amaba que todas las noches iba a celebrar, cogía su botella de Ron, su auto y se no volvía en una o dos semanas mínimo, pero era su padre y sea como sea, ella lo amaba y solo eso importaba.
Ella abrió la puerta del aquel gimnasio, al entrar lo primero que percibió fue un olor asqueroso, era mezcla de calcetines sucios con sudor y pipi guardado por días, en un intento en vano de disimular su expresión de disgusto dio tres suaves pasos hacia atrás, sin voltear a ver con su mano empezó a buscar la manija para poder salir, pero no lograba encontrarla así que sin retirar su mano dio media vuelta para buscarla mejor, al momento que se dio la vuelta lo vio, era un hombre alto castaño y de ojos cafés, ella lo miro a los ojos y en seguida bajo la mirada, el le sonrió y le dijo
- hola, veo que te gusta tocar a extraños
Ella un poco extrañada se dio cuenta que tenia su mano en el muslo de el, enseguida alzo la mirada y quito su mano
- Lo siento... yo.. yo.... solo....-tartamudeo
- tranquila muchacha, igual tienes suerte.
- po-por que lo dices
- Por que muchas chicas quisieran hacer lo que hiciste
-ya te lo dije fue un accidente
- pues parece que te gusta cometer accidentes- el puso su mano en el hombro de ella y la aparto, acto seguido se dirigió a su casillero, ella sin haber asumido lo que paso alzo una ceja y se dirigió al baño.

Un amor en el ringDonde viven las historias. Descúbrelo ahora