Strange Mind (Yaoi)

º5: Feliz.

Me despierto con el sonido de mi móvil. Estoy sobre el pecho de Hayato, abrazado a él, y el duerme como un ángel.

Me estiro hasta la mesa y miro el mensaje. Es mamá, tengo casa sola por toda una semana, viaja por trabajo. ¡Super!

Dejo el móvil donde estaba y me abrazo a Hayato otra vez. Su respiración es tranquila, y tiene aspecto de una persona que sueña con la vida perfecta. Su blanca piel es iluminada por la luz que entra por la ventana, de una forma angelical.

Lo miro un rato largo, su perfección me mantiene ahí, y no quiero moverme. ¿Acaso estoy enamorado de aquél joven? Tengo tanto miedo...

No puedo deducir mis propios sentimientos...¿Él estará enamorado de mi? Eso sería perfecto.

¿Qué es lo que haré...?

Hayato abre sus ojos, delicados a la luz, y me mira sonriente. Su sonrisa alegra cada parte de mi alma. Tengo tanto miedo...¿qué dirán las demás personas? ¿Cómo lo tomarán?

-¿En que piensas? -pregunta con su voz ronca por el sueño.

Bajo la mirada, intentando ignorar su pregunta. El acaricia mi cabello de una forma que logra calmarme.

-¿No vas a decirme?

-Sólo...-suspiro.- tengo un poco de miedo.

-¿De...quererme? -pregunta. Lo miro atónito. En sus ojos puedo ver como el también tiene miedo.

-Y tú...¿de qué tienes miedo?

El me mira fijamente a los ojos.

-Tal vez tengo miedo de que...no me quieras. -dice y mira hacia un lado, evitando mirarme.

-¿Por qué? -le pregunto exaltado. ¿De verdad tiene miedo de eso?

-Porque...eres hiper popular, Natzuki, ¿por qué de un segundo a otro te fijarías en un chico? Además...uno como yo.

Al escuchar eso me apego a su cuerpo, abrazándolo. Puedo escuchar como su corazón late, calmando cada uno de mis pensamientos.

El aún juega con mi cabello. Suspiro y levanto mi mirada hacia él.

-Me enamoré de ti. -le digo, él sonríe sorprendido, apuesto que no esperaba esas palabras de mi.

Pero...tal vez, si me enamoré de el.

_____

Minutos luego estamos levantados, por desayunar. 

-¿Qué quieres que cocine? -pregunta Hayato buscando comida en los estantes de la cocina. Sonrío al verlo de esa forma, me hace pensar en como sería vivir a su lado.

-Ahm...¡panqueques! -digo de una forma extremadamente infantil. El voltea a verme con una expresión tierna, sus ojos brillan en la luz. Me sonríe. 

Voltea y comienza a buscar todos los elementos, me acerco y lo ayudo.

La mañana se pasa rápidamente, cocinamos unos deliciosos panqueques. Todo es risas, como una típica pareja tierna, en su departamento, cocinando. 

Hayato ríe. 

-¡Pasame la miel! La operación panqueques tiene que ser acabada con eso. -dice buscando desesperado la miel. 

-Señor, si señor. -le digo como en una película y tomo la miel. -aquí esta, señor. -se la entrego y me quedo como soldado a su lado. El se ríe divertido. Le pone la miel arriba, que cae por todo el plato, se ve delicioso. 

-¡La operación a sido completada con éxito, soldados! -dice firme. 

-¡Yaaaaay! -salto. El me mira sonriendo y luego hace un gesto duro, jugando.