El colegio estaba organizando un viaje de estudio a Paris. Como es obvio de viaje de estudio, no tiene nada, pero todos estábamos muy entusiasmados y ya nos moríamos de ganas de que sea septiembre para ir.
Quedaba 6 meses para el tan esperado viaje yo y mis amigas ya nos estabmos preparando, viendo que llevabamos para vestirnos, hablaban de con quien se iban a sentar en el bus y todas esas cuestiones. En eso recibe un mensaje, era Mateo un chico del otro curso:
El: ¿Viajas?
Yo: ¡sí! ¿Vos? J
El: sí, sí.
Yo me admire, nunca antes había hablado con él, era la primera vez. En ese momento, no dije nada. Al otro día, en el colegio, estaba sentada en frente de mi curso esperando a que alguna de mis amigas llegue. Ninguna llegaba.
Mateo se apareció y se sentó conmigo, ninguno de los dos hablábamos, era un poco intimidante y raro, entonces me anime y hable yo:
-¿Con quienes vas a compartir las habitaciones?-
-Creo, que con Matías, Nahuel y Julián, ¿vos?
-somos 5 asique, capaz que o nos separemos o busquemos alguna habitación que sea para 5.
Otra vez ese silencio feo. Por suerte llego Marisol, lo salude y le dije que hablábamos después.
Como era obvio Mari me hizo un cuestionario de porque estaba hablando con él, -estábamos hablando, no es tan malo- ella se rio sarcásticamente a mí no me gusto para nada su reacción pero no me iba a enojar por esa tontería. Las demás llegaron y toco la campana.
Ya habíamos salido yo siempre vuelvo caminando a mi casa y hoy no era una excepción, ya me quedaba la mitad del camino, en cuanto escucho un grito
Mateo: -¡India! ¡Espérame!
Yo hice caso y pare.
El: ¿te puedo acompañar?
Yo; ¡Claro! ¿Dónde vivís?
El: de acá a cinco cuadras
Yo: Ah igual que yo, deberíamos volver juntos, ¿Te parece?
El: dale
Desde ese día Mateo se convirtió en un amigo, y cada vez que pasaban más y más los días se hacía mejor nuestra relación.
Después de dos meses de que hablamos por primera vez, Mateo ya era oficialmente mi mejor amigo, era a quien primero acudía si me pasaba algo o necesitaba desahogarme, ya nos conocíamos perfectamente y nadie nos separaba.