Capitulo 3

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Después de llevar un buen rato en el coche me empecé a impacientar y le pregunté a Ethan que a dónde me estaba llevando pero me dijo que era una sorpresa y que tendría que esperar hasta que llegáramos. Unos diez minutos después ví como paró el coche en frente de un centro comercial. Miré con curiosidad el lugar, había estado aquí un par de veces pero no se me ocurría a qué podíamos haber venido.

- Vamos - dijo Ethan abriéndome la puerta del coche. Salí, me cogió de la mano y empezamos a andar hacia la puerta. Estuvimos toda la mañana allí mirando tiendas, Ethan insistió en que me probara vestidos y yo le dije que no necesitaba ninguno, pero después de tanto tiempo sabía que no había nadie mas insistente que él asi que pasamos a una tienda y cogí varios vestidos.

- Venga pruébatelos y sal a enseñarme como te queda cada uno - me dijo dándome un empujoncito hacia los probadores.

Entré y empecé a probarme el primero, era rojo, de palabra de honor, ajustado en el pecho y a partir de la cintura empezaba a caer con algo de vuelo hasta un palmo por encima de la rodilla. No me gustaba como me quedaba pero aún así salí a enseñárselo a Ethan.

- Este no me gusta - dije cuando corrí la cortina del probador. Él frunció el ceño y negó con la cabeza

- No, a mi tampoco, pruébate el siguiente - volví a entrar al probador y me probé el siguiente, este era de color azul marino, básico, con las mangas hasta el codo y una gran apertura que dejaba al descubierto mi espalda. Éste no estaba tan mal. Salí y Ethan volvió a negar con la cabeza

- No me acaba de convencer, pruébate el siguiente - rodé los ojos mientras entraba otra vez al probador y mientras me quitaba el vestido azul me puse a reprocharle lo poco que me gustaba esto

- Si tantas ganas tienes de comprar un vestido deberías ser tu quien se los pruebe, sabes que odio ir de compras, y más si son vestidos - escuché como reía al otro lado de la cortina

- Creo que eres la única chica que he conocido en toda mi vida a la que no le gustan estas cosas - me dijo mientras terminaba de ponerme el tercer vestido.

- Yo también creo que soy la única chica que he conocido que no le gusta esto, pero ya sabes eso es lo que me hace especial -

- Eso no te lo discuto - contestó él. Me miré al espejo y supe que era éste vestido, me encantaba, era negro, de tirantes anchos, con unas pequeñas aperturas encima y debajo del pecho y con la parte de atrás mas larga que la de delante. Sonreí con aprobación al ver que me gustaba como me quedaba y salí del probador diciéndole a Ethan que me quedaba con este.

- Estás preciosa, ese vestido te sienta realmente bien, nos lo llevamos. Ahora a buscar unos zapatos - me dijo mientra yo entraba y me quitaba el vestido.

- No necesito zapatos, tengo de sobra en casa -

- No puedes levar zapatillas con un vestido así Madison - dijo él mientras reía

- ¡Eh! No sólo tengo zapatillas listo - me miró levantando una ceja - Está bien, puede que no tenga un armario lleno de tacones pero ¿sabes lo incómodos que son? - pregunté con un exagerado tono agudo - Me niego a que mis pobres pies tengan que sufrir por culpa de esos endemoniados zapatos - terminé de decir mientras salía del probador con el vestido que me llevaría en una mano y los demás en otra

- Venga Madison, es un día especial, también habrá zapatos de tacón cómodos - me intentó convencer mientras aguantaba una risa ante mi actitud de niña pequeña

- No quiero - hice un puchero - Además no se ni para qué voy a tener que usar esto, asi que hasta que no me lo digas no me pienso probar ningún zapato -

- Oh vamos, es una sorpresa, tu solo hazme caso por hoy ¿si? - me intentó persuadir mientras me cogía por la cintura y me miraba a los ojos con esa mirada a la que sabe que no me puedo resistir - ¿porfi? - dijo mientras ponía cara suplicante

- Está bien - dije dándome por rendida - pero que sepas que esto es chantaje emocional - le eché en cara mientras me dirigía a la zona de los zapatos y oí como se reía y me seguía por la tienda

- Tal vez un poco, pero te prometo que merecerá la pena - y me dio un beso para sustituir mi ceño fruncido por una sonrisa

- Está bien, me fio de ti, como me decepciones vas a ser tú el que lleve estos zapatos una semana - le dije enseñándole los zapatos negros de tacón que había escogido para probarme

- Trato hecho - sonrió y me dio un beso en la mejilla

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Acabamos de comer en un restaurante que encontramos en el centro comercial después de haber terminado nuestra sesión de compras y Ethan me guió por los pasillos de aquel centro comercial hasta detenerse en lo que desde fuera podía decir que era una tienda de música.

- ¿Qué hacemos aquí? - pregunté con una mueca de confusión en mi cara

- Ven, hay algo tuyo aquí dentro - dijo mientras tiraba de mi mano para que entrase a la tienda con el

- ¿Mío? - pregunté todavía mas confundida que antes, pero él no me contestó, simplemente sonrió y siguió avanzando por la tienda hasta que paró delante de un chico al que parecía conocer

- ¡Ethan! - exclamó el chico con una gran sonrisa mientras le saludaba - llevo todo el día esperándoos.

- Lo siento Adam, teníamos que hacer algunas cosas - dijo Ethan - Bueno te presento a mi novia Madison - le dijo al chico mientras me miraba - Este es Adam, un viejo amigo - me dijo esta vez a mi.

- Encantado Madison - dijo Adam mientras me estrechaba la mano - Lo mismo digo - dije ahora yo dedicándole una educada sonrisa.

- Bueno seguirme por aquí - dijo Adam mientras caminaba por un largo pasillo. Fuimos detrás de él hasta un gran mostrador. Allí encima había una gran funda de guitarra, Adam la abrió y la sacó con cuidado mientras me la ofrecía.

- Toma, creo que esto es tuyo - no me lo podía creer, era una preciosa guitarra acústica que llevaba mi nombre grabado. Me llevé las manos a la boca realmente sorprendida de que Ethan hubiese hecho esto.

- No me lo puedo creer - dije realmente emocionada mientras cogía la guitarra con delicadeza

- Pues créetelo, esta guitarra es tuya - dijo Ethan con una gran sonrisa al ver lo emocionada que estaba en ese momento. - Me acordé de que en una de nuestras primeras citas me dijiste que te encantaba tocar la guitarra pero que la que tenías se te había roto porque estaba muy vieja ya que era de tu padre y que querías ahorrar para comprarte una nueva - me contó mientras yo estaba a punto de echarme a llorar - así que pensé que este era el mejor regalo de cumpleaños que te podía hacer - terminó encogiéndose de hombros. Dejé la guitarra otra vez en su funda y me tiré a los brazos de Ethan agradeciéndole cien mil veces por esto y diciéndole lo preciosa que era guitarra.

- Muchísimas gracias, de verdad, es el mejor regalo que me han hecho nunca - le dije mientras le abrazaba. La música siempre había sido una parte importante en mi vida, mi padre tocaba la guitarra cuando era jóven y cuando yo tenía 14 años me enseñó a tocar y me regaló su vieja guitarra. Tocar esa guitarra siempre había sido mi vía de escape ante cualquier problema y cuando se me rompió hace unos meses de verdad me propuse ahorrar para comprarme otra, pero con los gastos de la casa todavía no había conseguido reunir el dinero, y que Ethan hubiese hecho esto por mí de verdad significaba mucho.

- Me alegro de que te haya gustado - me dijo mientras que seguía con la cara enterrada en su cuello abrazándole. Le di un beso intentando transmitirle lo agradecida que estaba y le dediqué una de mis mejores sonrisas a lo que él me respondió con otra.

- Venga coge tu guitarra y vámonos que tenemos que ir a tu casa - asentí con la cabeza y cerré la funda de la guitarra. Le dimos las gracias a Adam y me dijo que si tenia algún problema con la guitarra que viniese a verle, le dije que eso haría y salimos de allí.

Storm - Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora