Capítulo 2

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Esa frase me dejó desorientada. ¿A qué se referiría con eso? Tenía como objetivo seguir ignorándolo no es que fuera huyendo de los malos rollos, es que simplemente no quería interaccionar con nadie, solo buscaba la tranquilidad de refugiarme en mi interior.

Cuando por fin se acabaron las clases y me fui a casa, pero justamente en el camino de vuelta noté algo extraño, tenía la sensación de que me faltaba algo, así que me detuve en la acera y miré por todos mis bolsillos y la cartera haber si me faltaba algo. MI MÓVIL, lo había perdido, así que retrocedí hasta el instituto para ver si se hubiera quedado allí. Tras entrar en la clase, me encuentro al chico que estaba el despacho, el que decía que me iba a hacer hablar.

-¿Se te ha perdido algo?- me dijo con voz burlona y sosteniendo entre su mano izquierda mi teléfono.

-Devuélvemelo- le dije con la voz un poco temblorosa.

-¿y porque tendría que hacerlo?-seguía desafiándome.

-Porque eso no te pertenece- dije con más seguridad.

-Lo haré con una condición- Dijo levantando su dedo indice y señalándome - Tienes que contestarme a una pregunta. -¿Qué pregunta?- Todo esto me hacía temblar, aunque no sabía bien porque, ya que yo había pasado por líos más gordos que estos.

-¿Por que antes no has contestado a mi pregunta? -Porque no quería hablar contigo.-No debería de haber dicho eso. -¿Por qué no?- Preguntó levantándose de la silla en la que estaba sentado y acercándose hasta donde yo estaba.

-¿Me devuelves el móvil -dije intentando esquivar esa pregunta.

-No hasta que no me contestes.-Dijo acercándose cada vez más a mi.

-Porque no quería y punto.- Dije subiendo un poco el tono de mi voz.

-¿y porque no querías?-Dijo susurrando a escasos centímetros de mi oreja.

-Porque solamente quiero poder cumplir ya los 18 y no estar a cargo de nadie y así poder dejar de estudiar.

Esa fue la última frase que dije antes de arrebatarle mi móvil de sus manos y salir corriendo del instituto.

Estaba a unos cuantos metros del instituto, quería detenerme, pero cuando iba a hacerlo veo que viene corriendo detrás mi, así que corro más deprisa.

No se rinde así que decido intentar despistarlo metiéndome por algunas calles aleatoriamente.

Tras recorrer varias calles, cruzo la esquina de la calle en la que me encuentro. Me detengo para poder recuperar el aire. Cuando estoy ya más o menos recuperada,decido volver a casa. Pero no es así.

Giro la cabeza y me encuentro con él otra vez.

-¿Crees que me voy a dar por vencido?-Dijo, también recuperando el aliento.

-¿Qué quieres de mi?-le pregunto para ver si me puedo librar de él.

-Sólo quiero hablar, conocerte mejor.

-¿Por qué?-Pregunto asombrada por su respuesta.

-Porque creo que tú y yo tenemos algo en común.

-¿Algo en común?-Sigo estupefacta por sus respuestas.

-Si- Dijo simplemente, sin darme explicaciones.

-Bueno, si eso ya hablaremos en clase, es que tengo que volver a casa.

-Te acompaño, así nos vamos conociendo.-Dijo intentando conseguir su objetivo.

-No, no hace falta.-Dije intentando situarme para encontrar el camino de vuelta a casa.

-¿Seguro? ¿pareces un poco perdida?-Dijo en un tono burlón.

-¿Donde estamos?-Le pregunté ya rendida.

-Dime donde vives.

-No te voy a decir donde vivo.

-Si no me lo dices no voy a poder ayudarte.-Dijo encogiendo los hombros, con una sonrisa pícara en la cara.

-Vivo cerca del límite del pueblo, en una urbanización llamada "La belleza tranquila".

-Un nombre que coincide mucho con tu personalidad.

-¿y como sabes tú, como soy yo?

-Es verdad no lo sé, pero lo pienso descubrir.-Otra vez me vuelve a dejar desorientada.

-¿bueno sabes como puedo volver o no?-dije evitando todas esas frases que me decía, que conseguían dejarme desorientada y me sacaba algún color.

-Si, venga vamos te acompaño.

-Vale- le dije siguiendole por la calle.

-Bueno, ¿Qué te ha hecho venirte a vivir aqui?

-¿Eres un poco lanzado, no? Ni siquera sabes como me llamo.

-Si soy lanzado y tu nombre ya lo sé Ariel Einter. Eres tú la que no conoces mi nombre.

-Pues dimelo.

-¿Eres muy lanzada, no?-Dijo imitando mi tono de voz cuando le pregunté lo mismo.

-Si, venga dime tu nombre.

-Te lo digo, pero con una condición.

TroublemakerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora