Amar y detestar

Enfado

Hey,
Porque te vas-dijo mientras corría tras de mi.
-A donde no te importa- apretando los dientes.
Rápidamente salí de su casa y me encaminaba a cruzar la calle sentía sus pasos tras de mi y cada vez estaba mas cerca.
-Detente!- dijo tomando mi mano haciendo me voltear.
-Suelta me, no quiero verte Ryan- dije sin mirarlo, con enojo en la voz pero no hice ningún intento por soltarme de sus brazos.
-Porfavor Elizhabeth no te pongas asi- rogaba mientras ponia sus manos en mi rostro
-Mirame ... - dijo y su voz se quebro.
Sus ojos color miel se humedecieron.
Yo estaba confundida y algo molesta por lo ya ocurrido.
-Elizhabeth... Te quiero- dijo delante de mi con su mirada fija en mis ojos.
Estaba paralizada Ryan no era ese, no era el tipo de persona que mostraba sus sentimientos de esa manera.
Asi que por un momento puse mi ira aun lado.
-Tambien te quiero- dije un poco confundida ante sus palabras.
El solo miraba mis ojos marrones y acaricia mi pelo oscuro. Empezaban las ya familiares mariposas en mi estomago a moverse, cuando lo hacia, pero me obligo a no demostrarlo.
Un fuerte viento se arremetio entre nosotros y el frio me asoto. Al ver mi reaccion se acerco a mi para abrazarme, pero no lo permiti ya era suficiente todo el dolor que habia causado y todo lo que tenia en mi cabeza, solo queria uir.
-Elizabeth porfavor perdoname!!!- dijo gritando desesperado pero lo ignore, y cruze la calle rapidamente.
Me siguio. Con sus manos en los bolsillos tranquilamente. Voltee a mirarlo cruzandome de brazos.
-Porque me sigues?- dije muy enfadada.
-Solo quiero asegurarme de que no hagas nada estupido si?-dijo mirandome con preocupacion y a la ves con tristesa.
-No boy a hacer nada estupido ok? ... Puedes largarte!!!- volte a seguir caminando esta vez con mas rapidez. No queria que me siguiera pero a la vez si. Lo amo pero lo detesto. No soy una niña para que me digan que voy a hacer. Esto es muy complicado tantos sentimentos encontrados estoy exausta no quisiera saber nada de el pero a la ves quisiera verlo, tocarlo abrazarlo... Y de nuevo se enloquese mi mente y recuerdo todo lo que ha echo. Suspiro y me encuentro en el bus directo a mi casa.
Aunque lo hubiera dicho, estaba tan enojada que no quería escuchar solo pansaba en uir, en estar sola.