Abrí los ojos y un techo de madera fue lo primero que vi. Fruncí el ceño y me senté. Observé la cabaña en la que estaba. Era pequeña pero aun así guardaba un montón de cosas. Además de la cama en la que estaba, había otras dos. Una caja blanca colgaba en la pared y en una mesa había un montón de frasquitos chiquitos. Había una puerta y dos ventanas.
Bajé de la cama y me asomé por una de ellas. El sol brillaba y todos parecían trabajar lejos de donde yo estaba. Sin embargo había dos chicos que custodiaban la puerta viéndola, a cada rato, con preocupación. Sin que me noten, los miré fijamente. Había algo en ellos dos que se me hacía conocido, pero no podía recordar el qué.
Curiosa por saber en dónde me encontraba y quiénes eran ellos, salí. Los dos chicos, al verme, se acercaron con premura. Me alejé cuando vi que estaban muy cerca de mí y ellos retrocedieron unos pasos. Los miraba sin omitir algún ruido y ellos igual.
Hasta que entonces uno de ellos, el chico rubio que había visto rato antes, habló.
—Bienvenida al Área, novata.
Lo miré extrañada y confundida.
"¿Novata?"
—¿Perdón? —dije yo, creyendo haber escuchado mal. El chico que estaba al lado del rubio, uno de piel morena y pelado, suspiró y tomó la palabra.
—Sé que en estos momentos debes estar confundida, o incluso asustada aunque no lo demuestres, pero te quiero explicar y hacerte entender del lugar en el que te encuentras ahora... —al ver que yo no hablaba, el moreno continuó—. Okey, antes necesito que me respondas unas preguntas y luego tú podrás hacer las tuyas, ¿correcto?
Asentí en respuesta.
—¿Te duele la cabeza? —preguntó el rubio y el moreno lo miró con gesto de cansancio.
—Mmm... No —respondí luego de tocarme el lugar donde antes me había golpeado. Porque me había desmayado, pero recordaba dónde me había lastimado.
—¿Recuerdas algo antes de estar en la caja? —preguntó el pelado.
Me quedé pensando unos segundos tratando de recordar, pero nada.
—No.
—¿Sabes, o crees saber, de dónde vienes?
—No.
—¿Qué tienes para decirnos sobre esto? —el moreno me dio un papel y lo leí. Era la nota que estaba en mi bolsillo.
—Estaba en mi pantalón. No entiendo a qué hace referencia ni por qué la tenía yo.
Ambos muchachos se miraron y suspiraron. Mis respuestas eran cortas pero concretas.
—¿Sabes tu nombre? —indagó el rubio y lo miré con gesto de obviedad.
—Claro. Yo me llamo... —mi mente se quedó en blanco. Mi mirada se fijó en los dos chicos que me observaban curiosos, pero yo empecé a asustarme. ¿Cómo podría ser esto posible?—. N-no lo recuerdo, no recuerdo mi nombre. ¡¿Cómo puedo no saberlo?!
Ellos me miraron con una sonrisa triste.
—Tranquila, no te asustes porque es normal que los novatos no recuerden su nombre cuando llegan. Lo sabrás en unas horas, o en unos días. Tal vez mañana, no lo sabes —asentí respirando más despacio. Este lugar cada vez era más extraño.
—¿Podrían decirme en dónde estoy? —cuestioné cuando el interrogatorio había concluido.
—Estás en el Área —empezó el moreno—. Un lugar que tiene la forma exacta de un enorme cuadrado. Tenemos un pequeño bosque, varias cabañas que funcionan como baños, cocina y enfermería. Somos alrededor de cincuenta hombres y estamos aquí, la mayoría, hace tres años. ¿Ves estos muros altísimos que nos rodean? —asentí—, ellos nos protegen. Como notarás, cada muro tiene una enorme puerta que se abre a la mañana y se cierra antes de que el día finalice. Y... fin.
Los miré sorprendida.
—¿Cómo que fin?
—Eso, que no hay más que esto. Estás en tu nueva casa.
Negué con la cabeza.
—No, imposible. Quiero irme de aquí.
—No lo harás. Nadie nunca salió de aquí —me dijo el rubio y empecé a temblar.
—¿Estamos atrapados en este lugar?
—Sí —dijo el moreno mientras me tomaba por los hombros e intentaba calmarme—. Al igual que nosotros, nadie sabe por qué estamos acá. Pero debes quedarte tranquila, todos nosotros te ayudaremos y estaremos contigo por precisas algo.
Sonreí en respuesta y ellos también lo hicieron. De pronto, un ruido metálico se sintió en el Área y el rubio miró al moreno.
—Las puertas cierran. Iré a recibir a los chicos —el pelado asintió y el rubio antes de irse, me miró—. Mi nombre es Newt. Si necesitas algo, me avisas.
Y antes de que me respondiera, se alejó a paso rápido.
—Bien. Yo me llamo Alby y aun me faltaron cosas que decirte. Vení —el moreno se sentó y me hizo sentar a su lado en el césped. Él me sonrió y me palmeó la espalda. Lo miré sin entender—. Lo siento, es que estoy acostumbrado con los muchachos.
—Oh... está bien, no hay problema.
—Ya te expliqué en dónde estás, así que ahora te diré las tres reglas fundamentales que hacen que todos convivamos en paz y sin conflictos. Debes tenerlas siempre en cuenta, porque si rompes una de ellas, serás desterrada y no es nada bonito.
—De acuerdo.
—Regla número uno. Deberás trabajar y estar activa. No queremos holgazanes aquí —reí por su tono de hablar y asentí—. Regla número dos. Nunca ataques a otro Habitante, o serás desterrada para siempre del Área —asentí rápidamente. Su tono de diversión se había ido de un momento a otro—. Y la regla número tres es la más importante. Jamás salgas tras estos muros.
—¿Por qué? —pregunté viendo las puertas.
—Porque cuando la noche llega, las cosas no son agradables y algo malo puede pasarte. Sólo pueden salir de día los corredores.
—¿Corredores? —repetí y giré mi cabeza para ver a Alby—. ¿Quiénes son? ¿Y por qué son corredores?
—Son tres de nuestros mejores hombres y cada uno está preparado para cualquier situación. Y son corredores porque exploran lo que hay detrás de las paredes, buscando algo, alguna salida. Sólo ellos conocen bien su tarea y son los únicos que pueden romper la regla tres —respondió Alby seriamente—. Hazme caso, mujer. No salgas.
—Bueno, está bien —contesté rendida. Alby aplaudió y se puso de pie de un salto.
—Bien, mi trabajo ya acabó. Puedes dar un paseo si quieres y conocer más el Área. Cualquier duda que tengas, búscame o busca a Newt, él es mi segundo al mando.
Sonreí. Sentía muchas ganas de conocer este lugar.
—Okey, Alby —contesté y me alejé de él para explorar.
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¿Juntos?♡ •TMZ: Thomas•
FanficLa nota que sujetaba en su mano preocupaba a todos los Habitantes del Área. ¿Por qué una chica? ¿Por qué la enviaban luego de tres años de ser sólo chicos en el Laberinto? ¿Por qué ahora ella era la última?