39. Verdades.

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Harry conducía en total silencio, mientras yo miraba hacía la ventana. Simplemente pensaba, en todo, y a la vez en nada. En cómo una mentira destruyó una amistad. En cómo un "Adiós" destruyó a una persona, y en lo egoísta que soy como para no volver a mi hogar, luego de un largo tiempo.

-¿Quieres ir a verlo? -preguntó Harry, rompiendo el silencio y haciéndome estremecer con su voz profunda.

-No, ahora no.

-Pero, ¿Quieres hacerlo? -volvió a preguntar, mirando hacia la carretera.

-No te mentiré. Sí, si quiero ir a verlo. Pero creo que no sería lo mejor, no sé. La verdad es que estoy bastante confundida, . Debo pensar muchas cosas, y asimilar otras. Ha sido demasiado sólo por un dia, y para una persona. -confesé. Mi voz sonaba entrecortada.

-Si, debe ser difícil, Bonnie. Pero, deberías ir al menos a ver cómo está, quizás puedan llegar a ser amigos,o conocidos, no olvides que tú y el compartieron muchas cosas, dejando de lado el amor que se tienen, el hecho de que Zayn se haya intentado suicidar por tí, y que te haya mentido descaradamente, aún pueden ser amigos.


Nunca le pidan a Harry Styles un consejo, nunca.


-Harry, ¿Te han dicho que no sirves para ayudarme? -bromeé mientras reía.

-Sí, lo sé. Pero al menos te saqué una sonrisa, para eso sí soy el mejor. -me guiñó un ojo.


Y tenía razón.


-Me siento como una mierda. -volví a hablar, esta vez con una mueca en mi rostro.

-¿Por qué?

-Es que... no sé, me siento como la culpable de todo lo que Zayn ha hecho, y Harry, yo siempre estuve enamorada de él -para ese momento, mis ojos estaban llenos de lágrimas. Lágrimas que rodaban por mis mejillas-. Siempre fue él en quien pensaba, quien me hacía reir, con quien podía llorar, todo. Y sí, también estaba Niall, pero sólo intenté sacarme de la cabeza a Zayn, porque, según yo, me había resignado a que jamás iba a tener una oportunidad, pero luego pasó lo que pasó. Y yo estaba dolida por su mentira, porque haya traicionado mi confianza de esa manera. Simplemente, no supe que hacer. Y sólo huí, Harry. ¡Huí como una cobarde! -grité, haciendo que el rizado se sobresaltara en su asiento.


Me miró de reojo y aparcó su auto.


-En primer lugar, cálmate, porque si nos morimos como idiotas, es tú culpa -a pesar de estar histérica, reí ante eso. Ese era el propósito de Harry, hacerme reir-. Y en segundo lugar, ya el pasado no importa, Bonnie. Aprovecha el tiempo que tienes ahora, aprovecha que tienes la oportunidad de verlo una vez más y decirle todo aquello que nunca pudiste. Quizás mañana sea demasiado tarde, y luego te arrepentirás. Ese es mi consejo.


Sonreí, y lo abracé levemente.


-Quizás no eres tan malo dando consejos.

-Quizás, quizás. Ahora suéltame, tus lágrimas estan manchando mi camisa.


Me alejé de él mientras lo golpeaba en el hombro con suavidad.


-Mira, éste es mi número -abrió uno de los pequeños cajones de su auto, sacó un papel, anotó los dígitos y me lo entregó-. Llámame para saber qué vas a hacer, y buenas noches, dulzura.

Enamorando a Verónica → zaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora