Mis padres, mis hermanos y yo vivíamos en el linde del bosque, mi padre era carnicero y nosotros le ayudábamos en lo que necesitara, con mi hermano mayor siempre jugábamos con unas varas e imaginábamos que eran espadas.
Defiéndete canalla-dijo
Vas a perder hermano- dije mientras paraba su golpe y lo atacaba de vuelta.
Niñoos su padre necesita carne
Ya vamos mamá-contestó mi hermano
Corrimos a la casa, tomamos nuestros arcos y partimos al bosque en busca de un venado para nuestro padre.
No veo nada-dijo mi hermano cuando entramos al bosque.
Fijate en el suelo, hay marcas de cascos, son de hace poco y son muchos-señalé un camino de pisadas en el suelo
Eres bueno en esto hermanito-mientras me daba un golpe- te enseñé bien
Tú? Papá me enseñó, tu solo sabes espantarlos Tom- dije devolviéndole el golpe- vamos, se cuidadoso
Bueno, bueno
Seguimos las huellas de la manada hasta la ribera de un río.
Mira, ahí están.
Eran cerca de veinte venados que bebían agua en el río, con el viento en contra, nos acercamos un poco más para poder apuntar mejor.
Uno cada uno, asi no tendremos que venir por un tiempo- dijo Tom mientras apuntaba a una hembra que estaba un poco más alejada del grupo.
Me parece bien- apunté mi arco a un macho de gran cornamenta que miraba en otra dirección- no somos los únicos cazando hermano!
Tom lo vio un poco más tarde, un lobo enorme estaba acechando a los venados también, ocultaba su olor con el viento y se escondía detrás de la maleza.
Qué hacemos Tom?
Matemos a dos y con suerte el lobo se llevará uno, si no, tendremos que correr y buscar otra presa
Apuntamos a los venados mientras el lobo a nuestra izquierda avanzaba de a poco, parecía darse cuenta de nuestra presencia pero no nos dio importancia. Disparamos, los alces cayeron muertos al instante mientras el lobo saltaba y acababa con dos grandes machos que estaban mirando en nuestra dirección. Tom y yo observamos a la bestia tomar a los dos machos del cuello y arrastrarlos sin quitarnos los ojos de encima como si nos retara a quitarle sus presas. Cuando se fue soltamos el aire que teníamos contenido y rescatamos nuestro botín.
Suerte que sea un cazador honrado-dijo Tom más nerviosos que alegre.
Suerte que no tuviéramos más carne en los huesos- dije mientras arrastraba al macho hacia la casa.
Cuando íbamos llegando salieron mi madre y mi hermana mayor a ayudarnos con las presas.
Y papá?
Esta con un cliente- dijo mi hermana
Si, estaba preocupado por que no le alcanzara la carne para el pedido-dijo madre sonriendo- pero parece que le sobrará.
Tom y yo sonreímos y le contamos lo que paso con todo detalle.
Asi que se encontraron con un señor del bosque-dijo seriamente - suerte que fuera uno de ellos, no atacan a la gente que no les da excusas.
No debieron contarnos eso hace tiempo?-dijo Tom indignado